El líder religioso de la provincia de Taslak se había pronunciado contra aquellos que abandonan el país para buscar trabajo en el exterior y los bailes de las jovencitas. El Estado uzbeko, según la tradición postsoviética, trata de impedir las tendencias fundamentalistas del islam, aunque en las redes sociales se difunden cada vez más contenidos antisemitas, anticristianos, antioccidentales y ofensivos contra las mujeres.
Tashkent (AsiaNews)- El imán principal de la provincia de Taslak, en la región Fergana de Uzbekistán, Shukrullo Egamberdiev, fue destituido por la Administración para los musulmanes del país por rigor excesivo. Ya conocido por declaraciones provocativas y anatemas contra las formas "demasiado libres" de comportamiento social, esta vez parece haber ido demasiado lejos incluso para los responsables de la comunidad musulmana uzbeka.
El comunicado de la Administración afirma que “Egamberdiev ha reconocido que cometió un error en sus declaraciones públicas, que causaron una gran controversia, y pidió disculpas.
El imán-khatib ha asegurado que no repetirá ese error en el futuro. Pedimos que se abstengan de desacreditarlo, sobre todo porque se aplicará una evaluación legal a sus acciones y se tomarán las correspondientes medidas".
Una de las expresiones de Egamberdiev que provocaron reacciones negativas en las redes sociales fueron sus críticas contra los trabajadores migrantes que se van al exterior para mantener a sus familias. En el video dice que “se quejan de que no tienen trabajo, pero hay muchos que no se van y encuentran trabajo aquí en nuestro país. Hay que trabajar con la cabeza, esforzarse y confiar en Alá, dejando de lado la arrogancia. Aquí no barren las calles y van a barrerlas en Rusia, aquí no se limpian los establos, y ellos van a limpiar los excrementos de los cerdos... si uno no se esfuerza por estudiar y trabajar en casa, termina siendo esclavo de amos extranjeros".
Mayor resonancia incluso tuvieron sus palabras contra las jovencitas que bailan valses en las fiestas de fin de curso. “Miren lo que ocurre en esas veladas… ¿Acaso terminar la escuela significa que uno puede hacer lo que quiera? ¿Por qué se permite a los estudiantes salir de vacaciones? Hasta empiezan a bailar el vals, ¿y dónde están mirando los profesores? ¿Qué será de una jovencita de 17 años que se pone a bailar con un compañero delante de todos? ¿Quién tendrá el coraje de casarse con ella, después de que todos la han mirado en Internet, sabiendo que no le será fiel a su marido?
La comisión convocada para evaluar estas declaraciones concluyó que "no son dignas de un imán". Ahora tendrá que buscar trabajo fuera de las mezquitas y queda bajo la supervisión constante de las autoridades civiles. El Estado uzbeko, según las tradiciones postsoviéticas, trata por todos los medios de impedir las tendencias fundamentalistas del Islam y otras religiones.
Por otra parte, como muestra el informe del departamento estadounidense sobre libertad de conciencia a nivel mundial, Uzbekistán no es sutil cuando se trata de controlar los excesos del activismo religioso. Se estima que al menos hay 1.800 presos acusados de pertenecer a grupos fundamentalistas que cumplen diversas condenas por extremismo y terrorismo. Aunque entre ellos hay varios que en realidad son activistas por la libertad religiosa.
Algunos están en la cárcel porque se negaron a afeitarse la barba, a otros les han cortado la barba directamente los policías. Se han registrado 4 nuevas asociaciones religiosas, pero otras 16 fueron rechazadas. Muchos activistas afirman que en las redes sociales uzbekas se están difundiendo cada vez más contenidos antisemitas, anticristianos, anti occidentales y ofensivos contra las mujeres, sobre todo por parte de blogueros islámicos.
La alternativa parece consistir entre el fundamentalismo y el laicismo de Estado, ambos en formas muy poco respetuosas de la libertad de conciencia y las relaciones sociales.