Desde hace tiempo es motivo de controversia el uso de Bollywood con fines propagandísticos. Los ultranacionalistas hindúes siguen promoviendo la teoría de la conspiración de la "love yihad" contra la minoría musulmana. Incluso intervino la Corte Suprema, que ordenó a los productores que especificaran que la historia que se cuenta en la película "es ficticia". Mientras tanto, sin embargo, la violencia que estalló a principios de mes acabó con la detención de al menos 100 personas en Maharashtra.
Milán (AsiaNews) - Los estrenos de las grandes películas indias van cada vez más acompañados de polémica, enfrentamientos físicos e ideológicos y, en algunos casos, incluso batallas legales: el caso más reciente es el de "Kerala Story", que se estrenó el 5 de mayo, una película que cuenta la historia de tres mujeres indias que se unen al Estado Islámico. Esta semana, en la ciudad de Akola, en el estado occidental de Maharashtra, al menos 100 personas fueron detenidas después de que una persona muriera y otras ocho resultaran heridas. Al parecer, la violencia estalló después de que se difundiera una conversación en las redes sociales. Según la policía, algunos de los mensajes "herían los sentimientos religiosos" de una de las personas implicadas, pero no dieron más detalles. También en Cachemira, la región de mayoría musulmana disputada con Pakistán, algunos estudiantes recibieron una paliza a raíz de opiniones sobre "Kerala Story" que intercambiaron por WhatsApp. "Un estudiante fue atacado con una barra de hierro y sufrió heridas en la cabeza. Tiene 12 puntos de sutura", explicó Nasir Khuhami, coordinador nacional de la Asociación de Estudiantes de Jammu y Cachemira.
La película de Sudipto Sen fue promocionada en algunos estados gobernados por el Bharatiya Janata Party (BJP) -el partido ultranacionalista hindú del que procede el primer ministro Narendra Modi- y menos publicitada o incluso prohibida en otros estados de la Unión India en los que gobiernan formaciones políticas de la oposición que temen una escalada de enfrentamientos sectarios, especialmente después de la violencia que estalló en el estado de Manipur la semana pasada. Uttar Pradesh y Madhya Pradesh, ambos gobernados por el BJP, eximieron de impuestos a las entradas para la película.
Ayer, la Corte Suprema india suspendió la suspensión impuesta por el estado de Bengala Occidental (donde el BJP está en la oposición), que había prohibido la película alegando que quería mantener la paz social después de que algunos espectadores gritaran eslóganes antimusulmanes durante las primeras proyecciones. Pero la cosa no acabó ahí: en el estado sureño de Tamil Nadu (otro estado no gobernado por el BJP), los propietarios de varias salas de cine se negaron a proyectar "Kerala Story", alegando también razones de seguridad; ante esto, la Corte Suprema respondió ordenando que se garantizara la protección de los espectadores.
En noviembre, cuando se estrenó el tráiler, la película ya había empezado a generar polémica después de que una de las actrices principales afirmara que su personaje era uno de los 32.000 de Kerala que se habían unido a grupos terroristas. Los creadores de la película declararon que habían llevado a cabo una exhaustiva investigación para "descubrir la verdad oculta sobre la mayor amenaza invisible para nuestras hijas", rememorando la teoría conspirativa de la "love yihad", que durante mucho tiempo popularizaron los ultranacionalistas hindúes para alimentar la islamofobia. Según esta versión, los musulmanes secuestran y se casan con mujeres hindúes y cristianas con el único propósito de convertirlas al islamismo y librar una guerra religiosa contra los hindúes. Una escena de la película muestra a un clérigo musulmán aconsejando a un grupo de jóvenes que dejen embarazadas a mujeres de otras confesiones si es necesario para obligarlas a unirse al Estado Islámico. También en noviembre, la policía de Kerala (otro estado no gobernado por el BJP) había registrado un primer parte informativo afirmando que el tráiler difundía información falsa. "La libertad de expresión no es una licencia para comunalizar este país, difundir mentiras y dividir a la gente. Se emprenderán acciones legales contra todas estas actividades antisociales", había declarado el Primer Ministro del Estado, Pinarayi Vijayan, que pertenece al Partido Comunista.
En su sentencia de ayer, la Corte Suprema ordenó a los productores que especificaran no sólo que la historia que se cuenta "es ficticia", sino también que "no hay datos reales que apoyen la suposición de que el número de personas convertidas es de 32.000", ni siquiera información sobre "ninguna otra cifra". Los jueces también declararon que verán la película antes de la próxima audiencia, prevista para julio.
Según los informes más recientes, la cifra de indios que se unieron al Estado Islámico en todo el país no supera las sesenta personas, cifra confirmada por las estimaciones del gobierno, que incluso afirma que los militantes indios no son más de unas decenas. Al contrario, en los últimos años varios investigadores han señalado una cierta apatía de los musulmanes indios hacia la yihad mundial apoyada por Al Qaeda y otros grupos terroristas.
Sin embargo, Bollywood lleva mucho tiempo utilizándose para alimentar el sentimiento antimusulmán en todo el país: en los últimos años han surgido polémicas en relación con las películas "Kashmir files", "RRR" y "Pathaan", por citar sólo algunas. Las divisiones sectarias no sólo tienen consecuencias violentas, sino que también se ventilan explícitamente en la campaña electoral: en Karnataka, estado vecino de Kerala, donde el gobernante BJP perdió las elecciones, Modi había acusado al Congreso de querer "encarcelar a Hanuman" (el conocido dios-mono hindú) a raíz de la propuesta del partido de la familia Gandhi de abolir el Bajrang Dal, también llamado "ejército de Hanuman". Se trata de una organización extremista, basada en la ideología hindutva, que cometió varios crímenes contra minorías cristianas y musulmanas.