Francisco al G7 de Hiroshima: 'De las armas nucleares no proviene ninguna seguridad'

Carta de Francisco al obispo de la ciudad mártir japonesa donde se desarrolla la cumbre. “La bomba atómica multiplica los riesgos porque solo ofrece una ilusión de paz. Se requiere una cooperación multilateral responsable que aborde temas como el acceso a los alimentos y el agua, el respeto por el medio ambiente y la salud, y la distribución equitativa de los bienes”.

 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “Las armas nucleares y todas las armas de destrucción masiva representan un multiplicador de riesgo que sólo da una ilusión de paz”, afirma el Papa Francisco en una carta enviada al obispo de Hiroshima, monseñor. Alexis Mitsuru Shirahama, con motivo de la cumbre del G7 que se desarrolla en la ciudad japonesa, víctima del bombardeo atómico del 6 de agosto de 1945. El mensaje también aborda en forma directa los peligros de la carrera para desplegar nuevas armas nucleares en Asia que impulsan las actuales tensiones en relación con Taiwán, Corea del Norte y el Mar de China Meridional.

“Mientras los miembros del G7 se reúnen en Hiroshima para discutir las cuestiones urgentes que hoy enfrenta la comunidad mundial -dice el pontífice- quiero asegurarles mi cercanía espiritual y mi oración para que la cumbre sea fructífera. La elección de Hiroshima como lugar de encuentro es particularmente significativa a la luz de la continua amenaza del uso de armas nucleares". El Papa recuerda su visita de 2019 al Memorial de la Paz y sus palabras sobre las armas atómicas como “un crimen, no solo contra el hombre y su dignidad, sino contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común”. “A ese futuro -agrega- miran ahora con preocupación los hombres y mujeres responsables, especialmente después de la experiencia de una pandemia mundial y la persistencia de conflictos armados en diversas regiones, como la devastadora guerra que se libra en suelo ucraniano".

Recordando el horizonte de fraternidad y solidaridad en la familia humana, el Papa afirma que “en el mundo multipolar del siglo XXI la búsqueda de la paz está estrechamente vinculada a la necesidad de seguridad y a la reflexión sobre los medios más eficaces para garantizarla". Pero “la seguridad global debe ser integral, capaz de abarcar temas como el acceso a los alimentos y al agua, el respeto del medio ambiente, el cuidado de la salud, las fuentes de energía y la distribución equitativa de los bienes del mundo”. Por eso pide a todos los actores, gubernamentales y no gubernamentales, que sigan el camino de la “cooperación multilateral responsable”.

Como "símbolo de la memoria", Hiroshima "proclama enérgicamente la inadecuación de las armas nucleares para responder con eficacia a las grandes amenazas actuales a la paz y garantizar la seguridad nacional e internacional". Y no sólo por las devastadoras consecuencias de un posible uso de armas nucleares, sino también por "el despilfarro y mal uso de los recursos humanos y económicos que conlleva su producción" y el "clima de miedo y sospecha que genera la mera posesión de las mismas, lo que compromete el crecimiento de un clima de confianza mutua y de diálogo".

“Asegurando mis oraciones por usted y por todos aquellos que han sido confiados a su cuidado pastoral - concluye el Papa Francisco - me uno en la oración para que la cumbre del G7 en Hiroshima dé pruebas de una visión lúcida para sentar las bases de una paz duradera y una seguridad estable y sostenible a largo plazo”.