Activistas camboyanos detenidos bajo la acusación de 'revuelta campesina'

En pocos días detuvieron a cuatro personas acusadas de querer derrocar al gobierno en la provincia nororiental de Ratanakkiri. En su contra pesa el cargo de participar en un grupo de trabajo de la Coalition of Cambodian Farmers Community. Continúa la represión del ejecutivo antes de la votación de julio, el primer ministro Hun Sen amenaza a los gobiernos y embajadas extranjeros.


Phnom Penh (AsiaNews) - Con el cuarto arresto bajo la (falsa) acusación de un "levantamiento campesino" destinado a "derrocar al gobierno", las autoridades camboyanas prosiguen su represión contra activistas y campesinos en Ratanakkiri, provincia del noreste del país, con el objetivo de acallar las voces críticas antes de las elecciones. La persona detenida, según las fuerzas de seguridad, supuestamente formaba parte de un grupo de trabajo promovido y dirigido por un grupo que lucha por los derechos de quienes trabajan la tierra llamado Coalition of Cambodian Farmers Community (Coalición de la Comunidad de Campesinos Camboyanos, CCFC), que opera en la zona desde hace tiempo.

Fuentes locales informan de que la cuarta persona detenida es Chan Vibol, investigador independiente, que ya fue acusado de conspiración e instigación en virtud de los artículos 453, 494 y 495 del Código Penal, junto con el presidente de la CCFC, Theng Savoeun, y los activistas Nhel Pheap y Than Hach. El delito de conspiración -que conlleva una pena de cinco a diez años- se sumó a los cargos anteriores que se hicieron oficiales en los últimos días, a pesar de las protestas de los campesinos que organizaron una marcha de protesta espontánea en dirección a Phnom Penh. En el camino, instaron al ministro del Interior, Sar Kheng, a retirar los cargos. 

Según CamboJA News, el fiscal de Ratanakkiri habría calificado el encuentro de "reunión secreta" para debatir "cuestiones políticas" con el objetivo de agitar a los campesinos y animarlos a "provocar disturbios en la sociedad, que conduzcan al derrocamiento del gobierno". Otro funcionario del gobierno comparó la reunión de los miembros del CCFC con un levantamiento que recordaba al promovido por Pol Pot y los Jemeres Rojos en la década de 1970, cuyo régimen fue culpable de las peores atrocidades contra el pueblo camboyano.

"Montar estas falsas acusaciones contra destacados líderes de la sociedad civil demuestra hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno para silenciar a los críticos antes de las elecciones de julio", señala Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch (HRW). Tiene que haber un coro internacional de condena dirigido al primer ministro Hun Sen y a su gobierno, pidiendo que acaben estas tácticas de intimidación", añadió. 

Palabras condenadas a caer en saco roto, como se refleja en las últimas directrices del primer ministro, que ordenó a los ejecutivos y embajadas extranjeros que "guarden silencio" hasta después de las elecciones del 23 de julio. "A partir de ahoray hasta las elecciones, por favor, guarden silencio", continuó Hun Sen. "Utilicemos las normas locales para resolver el problema de la democracia en Camboya". Con esto hizo referencia a las críticas de los representantes extranjeros a su prolongado liderazgo y a la creciente represión de la disidencia, el deterioro de las normas democráticas y la persecución de más de un centenar de simpatizantes de partidos políticos de la oposición.

En los últimos días, el líder de la oposición camboyana en el exilio, Sam Rainsy, calificó de "farsa" y "vergüenza" las próximas elecciones previstas para julio, a las que Hun Sen y la mayoría se presentan sin oposición. Además, pidió a las naciones democráticas que no reconocieran su legitimidad, en un contexto de creciente represión de las voces críticas y de exclusión del Candlelight Party, el único partido que se opone a los dirigentes en el poder. En marzo, Phnom Penh condenó a 27 años de cárcel a otro líder de la oposición, Kem Sokha, acusado de conspirar contra fuerzas extranjeras.