Lavrov considera que, en la crisis del corredor de Lachin, EE. UU. y la UE sólo están tratando "de penetrar en la región para perjudicar los legítimos intereses de la Federación Rusa". Por su parte, Lukashenko pretende presentarse como el "padre noble" de la CSTO, la alianza militar euroasiática. Ereván vuelve a denunciar la "limpieza étnica" que está llevando a cabo Bakú.
Minsk (AsiaNews) - En el encuentro de la CSTO -la alianza militar euroasiática- que se realizó en Minsk en los últimos días, el canciller ruso Lavrov dijo que Moscú no está en contra de la intervención de otros mediadores internacionales en el proceso de regulación de las relaciones entre Armenia y Azerbaiyán. Sin embargo, advirtió que "debemos apuntar a acuerdos que reflejen el equilibrio de los intereses de los pueblos armenio y azerí, y de los Estados que los representan".
El jefe de la diplomacia rusa también afirmó que no está convencido de la sinceridad de los occidentales cuando se trata de ayudar al proceso de paz en el Cáucaso, y espera que "tanto Bakú como Ereván sean conscientes de ello. Incluso -dijo- hemos hablado con franqueza al respecto entre nosotros". En su opinión, EE. UU. y la UE en realidad solo están tratando de "penetrar en la región para perjudicar los legítimos intereses de la Federación Rusa" y ampliar las fronteras de la zona de influencia de la OTAN y la Unión Europea.
Los posibles socios internacionales, según Lavrov, deberían contribuir a la firma de acuerdos trilaterales entre Armenia, Azerbaiyán y Rusia para desbloquear los flujos económicos y de comunicación entre los dos países en conflicto, y en todo el sur del Cáucaso, a partir de los documentos que ya se han discutido en anteriores encuentros en Moscú.
Por su parte, el presidente bielorruso Lukashenko sostuvo que “lo que pide Armenia a la CSTO tiene fundamento”, y hay que darle respuestas que no sean meramente formales, dadas las frecuentes críticas a la alianza de no intervenir en la solución real de los problemas. Recordó que “Kirguistán también está pidiendo ayuda para solucionar el conflicto con Tayikistán, y no podemos seguir acusándonos unos a otros sin hacer nada”.
Lukashenko quiere presentarse como el "padre noble" de la CSTO, que toma a Armenia bajo su tutela junto con Rusia a la hora de evaluar las crisis militares. Repite que “siempre hay problemas, incluso entre Bielorrusia y Rusia, pero hay que tener el coraje de tomar las riendas de la situación, por complicada que sea. De lo contrario, les damos lugar a los 'asesores' occidentales”. Armenia está esperando una posición clara de la CSTO desde el encuentro de noviembre del año pasado, cuando los armenios denunciaron las agresiones azerbaiyanas en septiembre de 2022.
Mientras tanto, el primer ministro armenio Pashinián recibió en Ereván a una delegación encabezada por la presidenta de la Comisión de Seguridad del Parlamento Europeo, la francesa Nathalie Loiseau, cuyo objetivo es destacar la estrecha colaboración de las instituciones europeas en apoyo a las demandas armenias de reapertura del corredor de Lachin. A su juicio, la crisis humanitaria en la zona fronteriza sigue agravándose, ya que desde hace días ni siquiera permiten el paso de productos alimenticios. Por eso se considera más oportuna que nunca una misión humanitaria internacional para verificar la situación en la zona y también para ayudar al tránsito de todos los transportes necesarios para la supervivencia de la población armenia de Nagorno Karabakh.
Además, afirma Pashinián, Azerbaiyán "continúa con su retórica agresiva y con la práctica de violar el régimen de alto el fuego, alimentando las tensiones en toda la región". Con motivo del Día Mundial del Refugiado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Armenia denunció la política de "limpieza étnica" de Azerbaiyán, en razón de la cual "miles de armenios fueron trasladados por la fuerza de las ciudades azerbaiyanas de Sumgait, Bakú y Kirovabada, y también de las zonas del territorio de Nagorno Karabaj que están bajo el control de los azeríes”.