La víctima tenía sólo ocho años cuando fue golpeada y violada por un vecino. Activistas de derechos humanos: "Que esta decisión judicial se convierta en un fuerte mensaje contra todos los abusos a menores en Pakistán".
Sahiwal (AsiaNews) - En una sentencia histórica, un tribunal de Sahiwal condenó a cadena perpetua a Muhammad Boota, declarado culpable de haber secuestrado y agredido sexualmente con brutalidad a Liza, una niña cristiana que sólo tenía ocho años al momento de los hechos. La violencia, que tuvo lugar el 2 de septiembre de 2021, conmocionó a la comunidad y suscitó preocupación por la seguridad y la protección de los niños en Pakistán.
La víctima había sido brutalmente golpeada y violada por un hombre musulmán que vivía en su barrio. La trasladaron inmediatamente al hospital DHQ de Sahiwal, donde los informes médicos confirmaron el carácter atroz de la agresión y no dejaron lugar a dudas sobre la culpabilidad de Muhammad Boota.
Después de que lo denunciaran en virtud del artículo 376 (delito de violación) del Código Penal paquistaní, la policía detuvo al hombre en otra ciudad a la que había intentado huir. Y ahora, ante pruebas irrefutables, se le impuso la cadena perpetua.
Joseph Jansen, activista por los derechos humanos que lleva tres años apoyando a la familia implicada en este caso, elogió la decisión del tribunal y comentó el veredicto en este caso especialmente atroz, en un contexto lamentablemente marcado por el fenómeno recurrente del secuestro de niñas que pertenecen a minorías para obligarlas a contraer matrimonio. "Esta decisión envía por fin un fuerte mensaje contra todos los abusos a menores en Pakistán", afirmó Jansen.
Ashiknaz Khokhar, representante de Voice for Justice, expresó su profunda preocupación por el futuro de la niña, traumatizada por el incidente y actualmente en tratamiento con psicólogos y médicos para ayudarla en el proceso de recuperación. Nadia Stephen, activista por los derechos de la mujer, hizo hincapié en la urgente necesidad de abordar las violaciones de derechos humanos en Pakistán, especialmente los casos de violación de menores, conversiones religiosas forzadas y blasfemia. Stephen instó a los activistas a unir sus voces para crear conciencia y condenar estos actos a fin de promover una sociedad sana y los derechos humanos en Pakistán.
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