Encarcelado por blasfemia en Pakistán debido a una publicación en las redes sociales sobre el fraude alimentario
de Shafique Khokhar

Zaki Masih es cristiano y fue arrestado por la policía de Sargodha. Una disputa por tierras es la verdadera razón de la denuncia; incluso el imán salió en su defensa. Los activistas por los derechos de las minorías en Pakistán están cada vez más preocupados por la escalada de acusaciones por motivos religiosos en el país.

 


Sargodha (AsiaNews) - La policía de Sargodha arrestó a un cristiano acusado de blasfemia por compartir una publicación en Facebook. Este nuevo arresto "por blasfemia" -que se suma a las decenas de arrestos de miembros de la comunidad religiosa musulmana ahmadí- ha elevado el nivel de preocupación entre los activistas por los derechos de las minorías en el país y piden a las autoridades que aborden el problema del uso indebido de las leyes contra la blasfemia, que se han convertido en instrumentos para resolver controversias  y venganzas personales.

Zaki Masih, cristiano de 35 años, fue arrestado por la policía de Sargodha, una ciudad a medio camino entre Islamabad y Lahore, el 8 de julio. Los cargos en su contra fueron presentados por Muhammad Awais, un vecino musulmán, por "actos deliberados y agresivos destinados a ultrajar los sentimientos religiosos de cualquier clase insultando su religión o creencias religiosas". Este delito conlleva una pena de hasta 10 años de prisión y una multa. La policía intervino a pesar de que el imán de la mezquita del pueblo y otros musulmanes del vecindario también se pusieron del lado de Zaki y afirmaron que la publicación en las redes sociales del hombre no faltaba al respeto a ninguna religión. Por otra parte ni siquiera era un mensaje "original" de Masih, sino una publicación compartida por otra persona -por cierto, un musulmán- en la que se criticaba a los que cometen fraudes alimentarios. La familia considera que la acusación es consecuencia de una antigua disputa por tierras -que ganó Zaki- con personas que todavía guardan rencor, a pesar de los esfuerzos de reconciliación promovido por los ancianos del pueblo.

Cuando se produjo este caso, Joseph Jansen, activista por los derechos de las minorías, expresó su profunda preocupación por el creciente número de denuncias y arrestos por blasfemia dirigidas principalmente contra miembros de minorías religiosas, y pidió a las autoridades que afronten el uso indebido de las leyes contra la blasfemia. Jansen también exhortó a las personas a tener cuidado al usar las plataformas de redes sociales y a tomar medidas para protegerse de posibles "pruebas" en su contra por blasfemia. Ashik Naz, activista de derechos humanos, explicó que "entre 300 y 400 personas, incluidos niños pequeños, se han visto obligadas a huir de sus hogares debido a las falsas acusaciones de blasfemia contra un miembro de la familia".