Peregrinación a Mariamabad para redescubrir la armonía entre cristianos y musulmanes
de Shafique Khokhar

Los fieles llegaron al santuario por distintos medios desde todo el país para realizar ofrendas y oraciones. Al acto, que duró tres días, del 8 al 10 de septiembre, asistieron cientos de personas. Según el P. Khalid Rashid Asi, el santuario es el mejor lugar para "abrir el corazón a María".


Mariamabad (AsiaNews) - Mientras en Pakistán continúan las repercusiones de la violencia en Jaranwala, en el distrito de Faisalabad, donde tras el ataque a seis iglesias y numerosas viviendas, los cristianos han seguido siendo blanco de ataques, también hay ejemplos de convivencia pacífica y de diálogo interreligioso, como la 74ª peregrinación al santuario mariano de Mariamabad, que vio caminar juntos a cristianos y musulmanes. Comenzó el 8 de septiembre y terminó el 10. Participaron cientos de miles de personas, entre ellas obispos, sacerdotes y monjas. 

Los peregrinos llegaron a la gruta de la Virgen desde todo el país, algunos en tren, otros en moto, otros en camión y algunos incluso a pie para mostrar su devoción a María, una figura venerada en el cristianismo pero también en el islam. En el santuario, los peregrinos cantaron himnos, ofrecieron flores y oraciones, la gruta de la Virgen se cubrió de telas y ropas de colores, mientras los niños desfilaban llevando regalos al altar. Los tres días del acontecimiento, el santuario celebró la Santa Misa.

En conversación con AsiaNews, Najam Munir, un cristiano de 46 años, declaró: "Llevo ocho años visitando el santuario. Cuando mi único hijo tenía cinco años, no podía hablar, así que mi madre me sugirió que visitara el santuario y rezara ante Nuestra Señora. Lloré ante la Madre María. Volví a casa y lo digo en serio: en una semana mi hijo empezó a hablar. María obró ese milagro en mi vida y ahora, gracias a Dios, mi hijo es estudiante y lleva una vida sana. Desde entonces vengo en peregrinación al santuario todos los años".

"No sé en qué año empecé a visitar este santuario", dijo Nasreen Bibi, una mujer cristiana de 65 años. "Pero puedo decir exactamente lo que siento: paz. He experimentado mucha serenidad en mi vida gracias a la paz que me ha concedido la Virgen. Ahora soy abuela y siempre vengo con mi familia a saludar a nuestra Madre para recibir sus bendiciones y enseñanzas. Le pido a María que traiga la paz a todo el país y ponga fin a la violencia y al odio entre las personas."

P. Khalid Rashid Asi, dirigiéndose a los participantes en la peregrinación, dijo: "Estoy aquí para abrir mi corazón ante la Madre María porque éste es el mejor lugar para hacerlo. La Madre María es una maestra para nosotros, que nos enseña a vivir la vida y a consagrarnos a la felicidad de Jesucristo. Ella es la que pidió a su hijo su primer milagro y lo guió; lo hizo porque tiene empatía, amor y sentimientos por los demás. Seamos luz para los demás y difundamos el mensaje de paz, solidaridad y amor en el mundo como hizo María a lo largo de su vida."