Hamás lanza una ofensiva contra Israel. Párroco de Gaza: la escalada es "grave, pero se la esperaba"
de Dario Salvi

Desde la Franja lanzaron miles de bombas contra el sur de Israel y grupos de milicianos tomaron el control de algunos centros en territorio "enemigo". Se habla de numerosas muertes y decenas de rehenes llevados a Gaza. Israel está respondiendo con ataques aéreos masivos. La operación palestina comenzó al amanecer del Shabat, exactamente 50 años después de la guerra de Yom Kipur. Padre Romanelli: ya hace meses que "habíamos activado todos los preparativos para una situación de emergencia".

 


Jerusalén (AsiaNews)- Israel está preparado para una “guerra total”, en respuesta a la operación militar más imponente que han lanzado en los últimos años los milicianos de Hamás, que controlan la Franja de Gaza. En las primeras horas de hoy dispararon miles de cohetes y se infiltraron en el territorio "enemigo" tomando el control de algunos kibutz en el sur de Israel, mientras la población local huía. Un ataque durísimo al que posteriormente se sumó la Yihad Islámica, que ha desencadenado un nuevo conflicto abierto -que sin duda provocará más víctimas civiles- como consecuencia de una situación de fortísima tensión entre las partes que se arrastra desde hace tiempo. Es una escalada "grave", que "estaba en el aire", explica a AsiaNews el párroco de Gaza, padre Gabriel Romanelli, quien añade que "no se sabía cuándo, pero muchos estaban seguros de que esto iba a pasar" y la gente "se estaba preparando".

Esta mañana, hacia las 7 hora local, Hamás lanzó una vasta operación militar contra Israel, denominada "Inundación de Al Aqsa", en la que se dispararon al menos 5.000 cohetes y misiles desde la Franja contra Israel, al mismo tiempo que grupos de guerrilleros ingresaron por Sderot, en el sur. En este momento muchas noticias se encuentran bloqueadas por la censura militar israelí, aunque ya se habla de al menos 22 muertos y más de 200 heridos, si bien es probablemente esta cifra seguirá aumentando con el paso de las horas. Rumores insistentes e incluso algunos vídeos refieren también que hay decenas de rehenes israelíes en manos de milicianos palestinos. El jefe del movimiento extremista islámico que controla Gaza, Mohammad Deif, afirmó que este era el "día de la gran revolución", en el que "decidimos poner fin a todos los crímenes" derivados de la "ocupación" israelí.

La respuesta de Israel fue inmediata. Lanzó una vasta operación militar denominada "Espadas de Hierro", convocó al servicio a decenas de miles de reservistas y alertó al ejército que debe estar "preparado para una guerra total". El ministro de Defensa israelí Yoav Gallant proclamó el estado de emergencia en el sur del país y en un radio de 80 kilómetros de la Franja. A pesar de que estos son días festivos [Israel celebró recientemente Rosh HaShaná, el Año Nuevo judío], el gobierno también ha prohibido las reuniones en Tel Aviv y congeló todas las protestas previstas contra la reforma judicial que presentó el ejecutivo de Benjamín Netanyahu. Las sirenas de alarma contra misiles se escucharon en varias partes del país y en este momento continúan los combates terrestres en al menos siete localidades de Israel. 

El primer ministro israelí Netanyahu se dirigió a la nación y habló explícitamente de guerra: "No es sólo una operación, es realmente una guerra". Al mismo tiempo, ordenó una respuesta "que el enemigo no ha conocido hasta ahora". Para el líder de Hamás Ismail Haniyeh - que rezó ante las imágenes televisivas del ataque - el principal motivo de esta nueva deriva violenta es "la agresión de Israel contra la mezquita de Al Aqsa", sumado a las agresiones contra "los lugares santos y los prisioneros". Esta agresión, advirtió, "comenzó hace muchos meses y se ha intensificado en los últimos días". El presidente Isaac Herzog utilizó las redes sociales y publicó un mensaje en X en el que habla de "un momento difícil para el país", pero añade que "podemos derrotar a todos los que quieren hacernos daño. Envío mi aliento y mi fuerza - concluye - a todo el pueblo de Israel que está siendo atacado".

Contactado telefónicamente por AsiaNews, el párroco de Gaza - que en este momento se encuentra detenido en el paso fronterizo a la espera del que le concedan los permisos para regresar a la Franja - afirmó que "por el momento mis parroquianos están bien", pero existe un "temor" generalizado de que este enfrentamiento "degenere en otra guerra". Desde el patriarcado latino, continúa el p. Gabriel Romanelli, "están intentando ponerse en contacto con los responsables del paso" para que me permitan cruzar la frontera, pero "hasta ahora no han respondido". Espero que me dejen volver allá lo antes posible - continúa -, mañana por la mañana a más tardar. Lo que está ocurriendo ya estaba en el aire - explica - y lo confirma el hecho de que desde hace algunos meses habíamos comenzado todos los preparativos para una situación de emergencia". Desgraciadamente la población tiene "experiencia" en la guerra y "esperaba una escalada" después de la guerra de cinco días de mayo de este año. Muchos suponían que habría “una guerra aún mayor.. No se sabe cuándo pero sin duda la habrá. Este tiempo nos sirvió para prepararnos, sabiendo que estallaría un nuevo conflicto". Ahora esperamos "la respuesta israelí - concluye el párroco - y en Gaza toda la población está muy asustada, esperemos que el conflicto no degenere en exceso, aunque en este momento las perspectivas no inducen al optimismo".

La operación que hoy ha lanzado Hamás (y la Jihad Islámica) desde la Franja podría convertirse en un conflicto abierto exactamente 50 años después de la guerra de Yom Kippur, que tomó a Israel desprevenido. Es una referencia histórica importante y que sin duda Hamás ha tenido en cuenta. En efecto, a diferencia de los "Seis días" de 1967, la guerra de Yom Kippur no terminó con una verdadera victoria para Israel. Por el contrario, la acción combinada de Egipto y Siria alimentó durante varios días el deseo de "venganza" del mundo árabe por la derrota sufrida cinco años antes.. Incluso el armisticio final, casi tres semanas más tarde, no se consideró una derrota, especialmente para El Cairo (y el presidente Muḥammad Anwar Sadat). Si bien el ataque contra el Estado judío llegó hoy desde el sur, más de un comentarista ha invitado a mirar también hacia el norte y observar con atención los movimientos del Hezbollah libanés (vinculado a Irán, enemigo histórico de Israel en la región), que podría entrar el juego en caso de una escalada.