Mientras se agrava el enfrentamiento por los aranceles con Washington y Bruselas, Beijing se dispone a revocar la última medida de represalia aún vigente contra Canberra. Así lo anunció el primer ministro australiano Albanese, quien en estos dos años ha intentado enmendar las relaciones manteniendo separados los asuntos comerciales con China de las cuestiones geopolíticas.
Sydney (AsiaNews/Agencias) - Mientras la guerra comercial con Estados Unidos y Europa se intensifica - en los últimos días llegaron noticias sobre los aranceles que ha impuesto Bruselas a los automóviles eléctricos y las represalias de Beijing en las importaciones de brandy - la República Popular China parece estar cerrando este tipo de enfrentamientos con Australia.
El primer ministro Anthony Albanese, en efecto, dijo hoy que China levantará su prohibición sobre el lucrativo comercio de la langosta australiana. La declaración se hizo tras un encuentro con el primer ministro chino Li Qiang al margen de la cumbre de la ASEAN que se celebra en Vientiane. Se refiere al último enfrentamiento que comenzó entre 2020 y 2021, cuando Beijing prohibió las importaciones o impuso tasas por valor de 15.000 millones de dólares a diversos productos australianos, desde el vino hasta la madera, durante los años de endurecimiento de las relaciones con Canberra. El comercio de langosta, valorado en 500.000 dólares al año, era la última gran exportación australiana que se mantenía bajo sanciones, y la eliminación de estas - que se espera que tenga lugar el próximo Año Nuevo chino, cuando la demanda del producto es mayor - es el resultado de meses de esfuerzos diplomáticos.
La guerra comercial con Canberra comenzó en 2020 por la represión de Australia contra las operaciones de influencia extranjera china, con la decisión de impedir que el gigante tecnológico Huawei opere la red 5G de Australia, y por el pedido de que se llevara a cabo una investigación sobre los orígenes de la pandemia de Covid-19.
El levantamiento de la prohibición de importar langosta constituye una notable victoria política para Albanese, que aspira a la reelección a principios de 2025. De hecho, muchos productores proceden de Australia Occidental, un Estado clave en la batalla. En términos más generales, el primer ministro de Canberra ha invertido mucho en estos dos años de mandato tratando de aislar las relaciones comerciales vitales con China, el principal socio comercial de Australia, de los contrarios vientos geopolíticos provocados por las tensiones en el Mar de China Meridional, en los que Canberra se encuentra alineada con Washington y sus aliados.
Se estima que antes de la prohibición el 97,7% de las exportaciones de langosta australiana se destinaban a China, más de 1.600 toneladas por año. En los últimos años algunos productores australianos han encontrado nuevos mercados en Estados Unidos, Europa, Asia y Oriente Medio, mientras que otros han eludido las sanciones creando un "mercado gris" de exportaciones a China a través de Hong Kong, Hanoi y otras ciudades asiáticas. Según investigadores de la Universidad Tecnológica de Sydney, el volumen de exportaciones a Hong Kong aumentó más del 6.100 por ciento después de la prohibición.
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