Abuso infantil: a la Comisión India solo le interesan las 'conversiones'

Una investigación periodística acusa al presidente del NCPCR, el organismo nacional indio para la protección de los derechos del niño: "Implementa la agenda de la Hindutva contra cristianos y musulmanes". Mientras tanto, la pandemia de covid-19 ha dejado en la India más de 147 mil huérfanos.

Nueva Delhi (AsiaNews)- “Cómo la Hindutva secuestró el ente de protección de la infancia”. La fuerte acusación contra los movimientos nacionalistas hindúes que constituyen la base política del primer ministro Narendra Modi es el resultado de una investigación que publicó hace pocos días en la India el sitio de información Scroll.in. Es un tema que en los últimos meses hemos tratado a menudo en nuestras crónicas de AsiaNews: las instituciones públicas indias, que se supone deben defender los derechos de los niños, están cada vez más involucradas en las campañas "anti-conversión" de los nacionalistas hindúes, que atacan escuelas y albergues cristianos para menores.

La investigación centra la atención en el trabajo del actual presidente de la Comisión Nacional para la Protección de los Derechos del Niño (NCPCR), el organismo nacional indio creado en 2007 para proteger a los niños. Desde 2018 el responsable de esta Comisión es Priyank Kanoongo, de 40 años, un profesor de Madhya Pradesh que se formó en el Rashtriya Swayamsevak Sangh (Rss) -el movimiento de referencia de los nacionalistas hindúes- y en el ala juvenil del BJP, el partido de Modi. Basta consultar su perfil de Twitter para ver claramente qué tipos de abuso infantil son particularmente importantes para Kanoongo. Hace unos días, por ejemplo, acudió inmediatamente a Tamil Nadu para seguir de cerca la historia de la niña que se suicidó en el albergue de las franciscanas del Inmaculado Corazón de María. A raíz de su visita, el caso -por el que sigue en la cárcel una religiosa, acusada de haber instigado la decisión ejerciendo presión para que la niña se convirtiera- fue transferido a la jurisdicción del Central Bureau Investigation, la agencia federal que se ocupa de los delitos más graves.

Como documenta la investigación de Scroll.in, el tema de las conversiones se ha transformado en los últimos tiempos en una auténtica obsesión para la NCPCR. Se recuerdan otros casos, como el ataque a la St Joseph’s School de Ganj Basoda, que se encuentra en Madhya Pradesh precisamente en el distrito del que proviene Kanoongo. A principios de diciembre la escuela fue víctima de un violento ataque por parte de los acostumbrados grupos de nacionalistas hindúes después de que la Comisión inició una investigación (inmediatamente revelada por un "sitio amigo") a partir de una evidente instrumentalización: la primera comunión de 8 niños de familias cristianas de la parroquia de San José se habían hecho pasar por "conversiones" de niños de la escuela, que en realidad se encuentra en otro lugar y no tiene nada que ver con la parroquia.

Por no hablar de las acusaciones contra un orfanato dirigido por las Hermanas de Madre Teresa en Gujarat, que también se presentaron a raíz de una inspección del Comité local para la Defensa de la Infancia. Los funcionarios consideraron que el hallazgo de algunas Biblias en la casa de las religiosas era una "prueba del crimen". O la inspección en las habitaciones de las niñas del Bishop Clemens Memorial Boarding en la diócesis de Sagar, también en Madhya Pradesh, realizada personalmente por Kanoongo.

En el artículo de Scroll.in, el presidente de la NCPCR se defiende afirmando que da curso a todas las denuncias que recibe. Pero la investigación releva una sospechosa frecuencia de actuación en los casos planteados por el Legal Rights Observatory, una organización con sede en Maharashtra fundada por Vinay Joshi, quien también proviene de las filas del RSS. Sin embargo, Kanoongo no consideró necesario intervenir en 2019, cuando numerosos menores musulmanes fueron detenidos por la policía en el marco de manifestaciones contra la ley de ciudadanía y denunciaron públicamente haber sufrido violencias durante su detención.

Vandana Prasad, ex miembro de la NCPCR, llama a este uso con fines políticos de la Comisión una "abdicación total de su función". "Pero con estas organizaciones - comentó a Scroll.in - sucede a menudo, en detrimento de los ciudadanos comunes y de los principios de equidad, justicia e igualdad".

Shantha Sinha, una activista histórica en la lucha contra el trabajo infantil en la India, que fue presidenta de la NCPCR durante dos mandatos entre 2007 y 2012, se muestra prudente pero igualmente preocupada: "La Comisión debe desempeñar el papel de guardiana de la condición de la infancia. Es la única institución que tenemos para que los niños mejoren su vida y protejan sus derechos”. Agregó que los efectos de la pandemia de covid-19 deberían ser la principal preocupación de la Comisión en este momento.

No faltarían razones para hacerlo: en un informe presentado a la Corte Suprema el 13 de enero, la Comisión registró más de 147.000 menores en el país que quedaron huérfanos por el covid-19. La gran mayoría vive con familiares u otros cuidadores, mientras que 1843 se encuentran en orfanatos u otros centros de acogida en espera de adopción. Kanoongo reivindica este trabajo realizado por el organismo que él preside y afirma que es el primer censo de huérfanos desde la independencia de la India. Asegura también que la NCPCR está ofreciendo ayuda económica a través de programas gubernamentales o apoyando iniciativas privadas. Muchas organizaciones que trabajan en ese campo, sin embargo, cuentan una imagen muy diferente, con un alto número de huérfanos que todavía están buscando ayuda.

"INDIAN MANDALA" ES EL BOLETÍN DE ASIANEWS DEDICADO A LA INDIA

¿QUIERES RECIBIRLO TODOS LOS VIERNES EN TU CORREO? SUSCRÍBETE A LA NEWSLETTER EN ESTE ENLACE