01/12/2021, 11.03
TURQUÍA - VATICANO
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El Papa en Chipre, Mons. Bizzeti: la fraternidad es posible; alegría para los cristianos turcos

de Dario Salvi

Para el Vicario de Anatolia, el viaje apostólico consolida las relaciones y las alianzas. La isla fue el primer lugar donde se proclamó el Evangelio fuera de Tierra Santa y Antioquía. La figura de Bernabé es fundamental para ser una comunidad y abrirse a las diferentes culturas. Sobre los migrantes y los refugiados, recuerda que "no es una política sabia encerrarse dentro de los propios muros".

Estambul (AsiaNews) - "Ecumenismo, diálogo interreligioso y migrantes". Según monseñor Paolo Bizzeti, vicario apostólico de Anatolia y presidente de Cáritas Turquía, el viaje del Papa Francisco a Chipre y Grecia, del 2 al 6 de diciembre, volverá a poner en primer plano los tres grandes temas en torno a los cuales construir un futuro más fuerte que el odio. Factores que la pandemia de Covid-19 y el agravamiento de la crisis económica han exacerbado hasta el punto de crear nuevas y más profundas barreras entre los pueblos y las naciones, en un clima de conflicto exasperado. Allí donde había divisiones en el pasado", dijo el prelado a AsiaNews, "donde se cruzan las grandes religiones y las diferentes visiones del mundo, el Papa viene a fortalecer las relaciones, las alianzas, a anunciar que es posible la fraternidad", que deviene un elemento de alegría y redención.Y esto es así "incluso para los cristianos de Turquía: ellos se alegran cuando el Papa dedica atención a esta parte del mundo y se sienten parte de esta experiencia". 

La presencia del Papa en Oriente Medio, en la orilla oriental del Mediterráneo, "es siempre un motivo de alegría", subrayó Mons. Bizzeti. En el pasado, esta ya era una zona "de gran importancia" y más recientemente, también, "un lugar de divisiones, basta pensar en la isla de Chipre". En la región "se encuentran las grandes religiones monoteístas y las diferentes visiones del mundo" y es aquí donde Francisco quiere proponer una vez más el valor de la convivencia. Chipre es el primer lugar donde Bernabé y Pablo se sienten anunciadores del Evangelio, enviados por la comunidad cristiana (Hechos 13)", recuerda el prelado.

Otro elemento de gran valor, continúa, es la exaltación de la figura de Bernabé: "Siempre se habla de San Pablo -explica-, pero no habría sido el Apóstol de los Gentiles si no hubiera sido por Bernabé, una personalidad extraordinaria. Y el propio Papa "está en línea" con estos dos paladines de la fe, porque como ellos "trata de ayudar a las personas a unirse, tanto en la comunidad de los discípulos de Jesús como abriéndose a personas y culturas diferentes", relanzando "el diálogo ecuménico e intracristiano". La visita a los "hermanos en la fe", continúa Mons. Bizzeti, "es una forma de mantener viva la fraternidad y profundizarla". Lo mismo ocurre con el diálogo interreligioso con el Islam, aunque no es "el objetivo principal de este viaje". Más bien quiere recordar la importancia de una isla en la que han coexistido diferentes pueblos y religiones durante milenios. Chipre [en sus dos caras, griega y turca] es de todos y debemos encontrar la manera de vivir juntos. Donde hay muros que derribar, allí está el Papa". 

Por último, está el tema de los refugiados, muy querido por un pontífice que vuelve a Lesbos para recordar a "una Europa asustada" que "no es una política sabia encerrarse en sus propios muros". El Vicario de Anatolia recordó que ninguna civilización de la historia que se haya encerrado en sí misma "ha tenido futuro". La cuestión de los refugiados y los migrantes "es compleja" y no puede resolverse de forma "simplista", admitió el prelado. La propia Turquía "ha hecho un gran esfuerzo de acogida", pero no se puede "delegar" en una sola nación un problema que "concierne a todos" y que implica a "millones de personas". Hay situaciones tan terribles, como estar sometido al régimen talibán, que incluso es preferible una huida desesperada... Espero que Europa no tome una decisión equivocada". 

El Papa sitúa la cuestión de los inmigrantes en otra perspectiva, la del "multiculturalismo", recordando que las grandes civilizaciones "son capaces de integrar a las minorías", mientras que el cierre es un signo de "decadencia". El agnosticismo de fondo de Europa - concluye Mons. Bizzeti - favorece el fundamentalismo, tanto islámico como cristiano, y es una plaga terrible. Lo que se necesita es una visión equilibrada que no niegue la identidad y la tradición, sino que las sitúe en la perspectiva adecuada, como una elección de vida consciente y sabia". 

La isla de Chipre, dividida entre el gobierno de Nicosia y la parte del norte, turca, es un mosaico de diferentes sectas y religiones: el 80% son cristianos ortodoxos, el 18% musulmanes y el 2% restante está formado por latinos, católicos maronitas, ortodoxos armenios, protestantes, hindúes y budistas, con una pequeña representación de judíos, testigos de Jehová y bahaíes. Actualmente, las cuatro parroquias de Chipre están bajo la jurisdicción del Patriarcado Latino de Jerusalén, con un vicario en Nicosia. La Iglesia maronita tiene una circunscripción eclesiástica propia (archieparquía), en comunión con Roma desde el siglo XIV. La única visita de un pontífice a la isla se remonta a junio del 2010 (con Benedicto XVI). Chipre también es la nación europea que tiene el mayor número de refugiados en proporción a su población (alrededor del 4%).

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