02/02/2015, 00.00
COREA - NUEVOS ESCLAVOS
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Emigrantes irregulares en Corea, "motor marginado" de una economía que crece

de Maurizio Giorgianni OMI
El próximo 8 de febrero la Iglesia celebra la primera Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas. En preparación a ésta, AsiaNews presenta historias y testimonios de emigrantes en Asia y de misioneros que tratan de ayudarlos. La situación de la rica Corea del Sur, donde el trabajo no falta nunca pero demasiado a menudo los trabajadores son "nuevos esclavos".

Gwangju (AsiaNews)- Lo emigrantes son el "motor marginado" de la economía coreana, en fuerte crecimiento pero marcada por graves disparidades sociales. Es cuánto surge de la reflexión firmada por el p. Mauricio Giorgianni, misionero Oblato de María Inmaculada, que desde hace años trabaja con los emigrantes irregulares en Corea del Sur. AsiaNews presenta en estos días testimonios y datos en relación con el fenómeno de la migración y de la trata de seres humanos en Asia, en preparación de la Jornada de oración y reflexión contra la trata de personas que la Iglesia celebra el próximo 8 de febrero. La segunda parte del texto del p. Giorgianni será publicada mañana.

Como en Italia, también en Corea el bienestar ha llevado a la sociedad a la búsqueda de una condición de vida y de trabajo siempre mejores. Por lo cual los trabajos más humildes, fatigosos y difíciles son evitados. Los emigrantes trabajan en los así llamados "3D Work" (sucios, difíciles y peligrosos). Y luego hay que considerar el hecho que en la sociedad coreana se apunta sólo en producir: aquí se preocupa más del negocio que de la persona. El jefe de una fábrica, para garantizar la puntualidad en la producción, puede llegar a pedir a sus obreros que trabajen 24 horas seguidas, sábado y domingo incluidos.

En este modo de obrar entran también los motivos culturales, en el sentido que la cultura confuciana-que reconoce el nivel de dignidad personal según el estado social- en un cierto sentido puede hacer pasar como un modo de pensar "normal" en aquel segundo caso en que quien pertenece a las clases más pobre sea considerado también inferior a los otros. Y por lo tanto su situación de "esclavitud" sea tolerada. En realidad, se debe decir también que los coreanos mismos a veces son tratados como siervos.

En corea hay diversas categorías de emigrantes. Están los que llegaron con un contrato ya estipulado, por lo tanto en situación de "regularidad". Están aquellos que tienen permisos de turista y luego van a trabajar a las fábricas, en situación de "irregularidad".

Están aquellos que una vez que sus permisos caducan, en vez de volver a sus países de origen (como lo indica la ley) deciden permanecer en Corea sin ninguna visa (los así llamados "ilegales"). Y después están aquellos que emigran a Corea (sobre todo mujeres) a través de agencias matrimoniales y los bróker que trabajan para los "matrimonios internacionales" entre coreanos (en prevalencia hombres) y extranjeros. El matrimonio se vuelve una ocasión para emigrar y eventualmente encontrar también un trabajo.

La inmigración en Corea es muy controlada: el migrante llega al país ya con  el visto y conociendo la fábrica a la que irá a trabajar. Su permiso de permanencia está estrechamente ligado al tipo de trabajo que hará y con la fábrica en la cual trabajará. Para hacer un ejemplo. Un emigrante que debe ir a trabajar en los campos de arroz (trabajos agrícolas) tendrá una visa que no le permite trabajar en una fábrica (trabajo industrial) y viceversa. Además también cambiar lugar de trabajo (en caso de problemas) no es completamente libre: después de haber cambiado lugar de trabajo por 3 veces la visa caduca.

Estos tipos de restricciones ya en la visa muestran cuánto sea la vida del emigrante en Corea, o sea nada fácil. Muchas veces sus alojamientos son contenedores (muy fríos en invierno y de mucho calor en verano) y el modo en que son tratados en las fábricas o en los campos agrícolas no es bueno. Los emigrantes que comparten conmigo sus experiencias se sienten heridos en su dignidad, cuando en la fábrica no sólo no son llamados por sus nombres sino que les ponen apelativos vulgares.

Para decir la verdad, también el trabajador coreano en las fábricas no es tratado bien. Esto depende también del tipo de cultura "confuciana" que evalúa a las personas y como consecuencia el modo con el cual deben ser tratados según su posición social. Significa que en la fábrica el "Jefe" está arriba y los trabajadores abajo, al servicio de los que él dice.

Los horarios de trabajo, a veces pueden ser masacrantes. Aparte de las 8 (a veces 10) horas de trabajo diario, muchas veces se agregan horas extraordinarias y también trabajo nocturno, por lo cual se puede llegar a trabajar 24 horas de corrido. El salario mensual está entre los más altos de Asia (unos 900 dólares) pero a veces las horas extraordinarias no son pagadas o no son calculadas según los criterios que la ley prevé (las horas extraordinarias y el trabajo nocturno deberían ser pagados de más respecto al pago diario). A veces los contratos pueden der "fácilmente" no respetados por el patrón (en el sentido que el "Jefe" siempre tiene razón). Pero si el trabajador no respeta su contrato su visa puede ser anulada.

Los emigrantes regulares pueden encontrar ayuda, en el caso de problemas en el trabajo, apelándose a las sucursales del Ministerio de trabajo que se encuentran en la zona. Pero muchas veces la impresión es que estas oficinas, más que garantizar los derechos de los trabajadores, tienden a favorecer a los patrones. Y esto tiene que ver solamente con los trabajadores emigrantes "regulares".

Los emigrantes irregulares se encuentran en una situación más difícil, porque su situación de irregularidad no permite a ellos el poder apelarse a las oficinas de trabajo sin correr el riesgo de ser denunciados al Ministerio de inmigraciones. Al emigrante regular le es garantizada una aseguración sobre el trabajo y también una asistencia médica en caso de accidente. Al emigrante irregular todo esto le es negado. Pero para ambos han centros de consulta y acogida ya sea en la Iglesia católica que en otros grupos, religiosos o no. Uno de éstos es el que yo fundé en el año 2007.

La vida del migrante por lo tanto, se desarrolla prevalentemente en su lugar de trabajo (fábricas, construcciones o campos agrícolas). Como hemos visto, ya sea el regular que el irregular no viven en situaciones fáciles. Es necesario agregar el estrés de una cultura (la coreana) completamente diversa y una lengua difícil de aprender, con dificultades de comunicación aunque sean simples, lo que hace que el emigrante se sienta en una situación de "inseguridad" social y psicológica.

También la "cultura del trabajo" es distinta, en el sentido que el estilo de trabajo en Corea no es igual al de Filipinas, de Bangladesh, de Sri Lanka o de los otros países de los cuales provienen los emigrantes. Por lo tanto el estrés cultural no es indiferente y también los problemas de carácter psicológico no son raros entre los emigrantes que llegan a este nuevo ambiente. En esta situación, los problemas de soledad o de depresión pueden a veces llevar a empeorar el rendimiento en sus lugares de trabajo, con consecuencias de dificultades en la inserción social.

Otra componente en la dificultad es el trabajar en la misma fábrica con extranjeros de otras nacionalidades (muchas veces hay discriminaciones también entre los mismos trabajadores extranjeros). Al emigrante ilegal se le agrega también el miedo de ser agarrado por la oficina de migración y ser repatriado, en una condición aún peor de la que ya se encuentra.

Pero, todo esto no frena el flujo. Los últimos datos publicados recientemente por el ministerio de Justicia muestran que el número de emigrantes irregulares en Corea en el año 2014  es casi de unas 208 unidades: un aumento del 14% respecto al 2013 (Fin de la primera parte)

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