21/07/2021, 12.54
LÍBANO
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Las virtudes de las reliquias de san Chárbel para salvar al Líbano de la crisis

de Fady Noun

Por la pandemia de Covid y las dificultades políticas y económicas, se constata una caída en el número de peregrinos. Aún así, el santuario sigue siendo una meta de peregrinación para pedir gracias para uno mismo y para el país. El convento de Annaya es visto como un Servicio de Urgencias de hospital al que se acude cuando todos los métodos y tratamientos parecen fallar.

Beirut (AsiaNews) - En todo momento, pero especialmente “en estos tiempos de desgracia”, para retomar una expresión que utilizó el papa Francisco el primero de julio pasado, Annaya es un destino muy querido para los libaneses de todas las confesiones religiosas. Y es porque brinda un bien que escasea hoy en día: el consuelo de la esperanza y, a veces, también curaciones que no tienen una explicación científica válida. 

Los restaurantes que rodean el monasterio dan cuenta de la progresiva caída de clientes, un factor que también funciona como un barómetro confiable del panorama general del país. La situación sanitaria va acompañada de otros efectos catastróficos: la reducción de la libre circulación, la suba de precios exorbitante -que impacta en los artículos de primera necesidad, el combustible y transporte público. Todo esto ha sido un freno para una realidad que antes, al menos en parte, solía ser próspera. Hoy en día hay muchos menos clientes, aseguran los conductores de los minibuses que enlazan la ruta Jbeil-Annaya, donde las tarifas ya superan las 15.000 libras libanesas (unos 8 euros). 

Quizás el coste del transporte explique la ausencia del patriarca en la misa solemne del tercer domingo de julio, día en que la Iglesia maronita celebra a San Chárbel. Este año, quien celebró la misa en presencia del jefe de Estado fue el superior de la orden monástica libanesa, el abad Neemtallah Hachem.

Las dificultades económicas también son evocadas por el padre Louis Matar, quien lleva un registro de las curaciones y las gracias obtenidas por los visitantes por intercesión de san Chárbel. El monje y sacerdote confirma que hoy en día faltan certificados médicos que den fe de las curaciones (milagrosas). "Debido a los costes adicionales que conllevan, los fieles consideran que estos documentos son superfluos, cuando en realidad, son la mayor prueba del milagro obtenido", asegura.

Numerosas curaciones tuvieron lugar en la tumba de San Chárbel, cerca de su cuerpo que, inexplicablemente, seguía rezumando sangre más de 60 años después de su muerte, ocurrida en la noche de Navidad de 1898. Este prodigio, que ya ha cesado, fue observado por decenas de miles de libaneses en la apertura de la tumba de San Charbel en 1952.

 

La comunión de los santos

Para Edina Bozoky, experta de origen húngaro y profesora de Historia Medieval en la Universidad de Poitiers, "el culto a las reliquias se basa en el concepto de una fuerza (virtus) que imaginamos permanece viva y activa en los restos de los santos".

"Uno de los signos más importantes que da testimonio de la fuerza viva que reside en los restos de los santos es el estado incorrupto de los cuerpos. A veces, va acompañado de ciertos fenómenos que demuestran la continuidad de la vida: el crecimiento de los cabellos, de la barba y las uñas, pero también la sangre fresca que brota del cuerpo"; todos fenómenos que pueden ser observados en San Chárbel.

“Por último, imaginamos que las almas de los santos ya están con Dios, donde pueden interceder por los vivos”, subraya la experta. “Este concepto de "comunión de los santos", que atenúa la separación entre los vivos y los muertos, también debe tenerse en cuenta para entender el culto a las reliquias. Los recovecos en los que se guardan", concluye, "constituyen lugares de mediación, lugares sagrados (loca sancta) que conectan la tierra y el cielo, el cuerpo y el alma”.

No se podría describir mejor el monasterio de Annaya. "Cuando venimos aquí lo hacemos de la misma manera que cuando vamos a una Sala de urgencias de un hospital", dice una mujer casada que ha acudido al lugar sagrado con su marido y su hija. "Venimos cuando todos los intentos de curación han fracasado y no hay más remedio, salvo un milagro. También acudimos para otras urgencias ajenas al ámbito médico", añade con discreción. "para las necesidades apremiantes de los sentidos".

En estos días, mucha gente acude a Annaya en busca de un milagro para el Líbano. Desde el convento que domina el valle santo, el Patriarca Beshara Raï celebró la misa el 17 de julio y dio el ejemplo: "A ti te confiamos nuestra patria, y tu patria, el Líbano. Necesitamos un milagro y sabemos que tú eres capaz de conseguirlo". El prelado se hizo eco de las palabras del padre Louis Matar, quien quiso recordar la forma en que al ermitaño de Annaya le gusta presentarse a las personas que encuentra en sueños: "Soy San Chárbel del Líbano, y vengo a curarte".

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