22/03/2018, 10.15
PAKISTÁN
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Mons. Arshad: en Pakistán, los cristianos son ‘un pequeño rebaño, fuerte en la fe’

de Anna Chiara Filice

Los obispos pakistaníes se encontraron con el Papa Francisco en ocasión de la visita “ad limina”. “Fue un encuentro amigable, fue como estar en familia”. La Iglesia pakistaní trabaja para todos, y es apreciada en el campo de la educación y de la atención médica. El diálogo con los jefes religiosos; las experiencias con los jóvenes.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Los cristianos, en Pakistán, constituyen “un pequeño rebaño”, pero son “fuertes en la fe”. Es lo que afirma, al dialogar con AsiaNews,  Mons. Joseph Arshad, presidente de la Conferencia episcopal pakistaní. Nos reunimos con él en Roma, en ocasión de la vista “ad limina” de los obispos pakistaníes al Vaticano. El prelado habla del diálogo inter-religioso, de la obra de la Iglesia en la sociedad, del extremismo islámico. Sobre este último tema, él se preocupa por precisar que la violencia “nos afecta a todos, no solamente a los cristianos, sino que también [azota] mezquitas y escuelas islámicas”. El problema, reafirma, está en la base de la sociedad, que “también está dividida en base a criterios económicos”.

Mons. Arshad, de 53 años, también preside la Comisión nacional Justicia y Paz. Ordenado sacerdote en 1991 por manos del Card. Fernando Filoni, estudió Derecho canónico en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma.  Luego, trabajó durante 14 años en el servicio diplomático de la Santa Sede. En 2013, el Papa Francisco lo nombró obispo de Faisalabad. En 2016, el pontífice lo eligió para desempeñarse como administrador apostólico de la diócesis de Islamabad-Rawalpindi, y luego, el 10 de febrero pasado, como arzobispo de la misma diócesis.  

 

Excelencia, ¿cómo ha sido el encuentro con el Papa durante la visita ad limina de los obispos pakistaníes?

El encuentro con el Papa Francisco ha sido muy amigable, como un [encuentro] en familia. Nos sentamos juntos, y fue como un encuentro de fraternidad, de familia. Hablamos con él acerca de la realidad de la Iglesia pakistaní y él nos alentó a seguir adelante en el servicio que estamos desarrollando para la sociedad, y en nuestro compromiso dedicado a contribuir en favor de la paz y la armonía dentro de la sociedad.

Él nos sostiene y ama a estas Iglesias que son pequeñas y lejanas. Agradecimos al Santo Padre que nos recibió como a hermanos. Él ama a la Iglesia pakistaní, una de las periferias del mundo, de las que tanto habla. Nos gustaría mucho que, algún día, en caso de que las circunstancias lo permitan, él pueda venir a encontrarse con el pueblo pakistaní.

 

¿Cómo viven los cristianos pakistaníes? ¿Cómo desarrollan su obra en la sociedad?

Pakistán es un país de aproximadamente 200 millones de habitantes, de los cuales casi dos millones son católicos. Si bien somos una pequeña grey, el servicio que ofrece la Iglesia es reconocido y estimado por toda la población, y también por el gobierno. Nuestra contribución es apreciada, en particular, en los sectores de la educación, la atención médica y los servicios sociales. Nuestras instituciones ofrecen un gran apoyo a la gente y a la nación pakistaní.  

La Iglesia trabaja para todos, no solamente para los cristianos. Por ejemplo, en nuestras escuelas, la mayoría de los alumnos profesa la religión musulmana. Por eso, nuestra presencia en Pakistán se siente a través de nuestras instituciones, que están abiertas a todos. Incluso, le diré más: son muchísimos los musulmanes que quieren ingresar a nuestras escuelas, porque saben que allí pueden encontrar un buen nivel de educación. Ellos aspiran a venir a nuestras escuelas, porque saben que podrán tener mayores oportunidades de carrera, pero sobre todo, porque formamos a nuestros estudiantes desde el punto de vista humano.  

 

Alumnos de varias religiones, que estudian juntos. ¿Qué tipo de lazos se crean entre ellos?

Entre los que asisten a las mismas escuelas se crean relaciones de amistad. Yo mismo tengo muchos amigos musulmanes. El problema no es la pertenencia religiosa, sino las discriminaciones dentro de la sociedad: quien es pobre y no tiene dinero es automáticamente identificado como una mala persona. Es una actitud que deshilacha [el tejido de] la sociedad pakistaní: quien es pobre, es marginado; quien es rico, se considera superior.  

 

En Pakistán, es frecuente que los cristianos sean perseguidos a causa de la religión. Siendo una minoría religiosa en un país musulmán, ¿cómo se vive la fe?  

Es claro que existen realidades muy complejas, tanto desde el punto de vista político como social y económico. En la sociedad hay varios problemas que provocan sufrimientos, pero no solamente a los cristianos, sino también a los musulmanes. El origen de este sufrimiento deriva de la brecha económica que caracteriza a la sociedad: por una parte, hay personas sumamente ricas; por otra, hay personas muy pobres. Estas últimas, pobres y marginadas, constituyen la mayoría. No existe la clase media. Por ende, el país se divide entre aquellos que tienen mucho poder, y los débiles.

Ciertamente, los cristianos forman parte del sector de la población marginada y oprimida. En todos sus problemas, ellos se dirigen a la Iglesia en busca de ayuda. Y la Iglesia brinda una esperanza.

En esta situación, hay dos aspectos que son muy importantes para la Iglesia. Ante todo, el diálogo inter-religioso; luego, promover la paz y la armonía en la sociedad. Trabajamos en estas dos direcciones fundamentales, porque somos todos hombres, tantos los cristianos como los musulmanes. Todos hemos sido creados por Dios, y nuestra tarea es respetarnos mutuamente.  La sociedad de hoy en día necesita estos valores: respetarnos unos a otros, desde el punto de vista religioso, y como personas, como seres humanos.

 

¿Hay libertad religiosa? ¿Pueden profesar en libertad el Evangelio?

Si quiero construir una iglesia, estoy habilitado para comprar el terreno, para edificar el lugar de culto. Los sacerdotes tienen libertad para desplazarse, para celebrar la misa en las iglesias del país. Entre nuestros fieles, podemos profesar libremente las enseñanzas de Cristo.

Pero en todas partes hay un problema de seguridad. Y quiero subrayar que el problema vale para todos, no sólo para los cristianos. Las mezquitas y las escuelas musulmanas también son atacadas por fundamentalistas. Hay un problema en la sociedad, que es generalizado. Pero también debemos recalcar que el gobierno nos ayuda a proteger las iglesias. Por ejemplo, las autoridades envían soldados para presidiar los lugares cristianos durante las celebraciones religiosas. El problema es la mentalidad que está difundida en el país, la intolerancia de ciertos grupos fundamentalistas que ambicionan propagar su modo de ver el islam, en Pakistán.

 

¿Es posible dialogar con los militantes?

Hemos instaurado un diálogo con los jefes religiosos. Además, participamos en sus fiestas y los invitamos a estar presentes en las nuestras, como en Navidad o en Pascua. De esta manera, se va formando un clima de diálogo.

Gracias a la creación de estas relaciones, cuando existe algún desacuerdo en la sociedad o en las aldeas, logramos intervenir juntos, a tiempo, y somos capaces de resolver el conflicto antes de que se haga más grande. A menudo logramos salvar a las personas, antes de que se propague la noticia. En nuestro país, es frecuente que se reúnan grandes multitudes, dispuestas a tomar la ley en sus manos [para hacer justicia por mano propia]. Por el contrario, nosotros, a través de los grupos inter-religiosos, evitamos que ocurra todo esto.  

 

¿Qué espera Usted para la Iglesia pakistaní? ¿Y en particular, para los jóvenes, a quienes se les ha dedicado el próximo Sínodo?

Este año, en Pakistán celebramos el Año de la Eucaristía. Esta experiencia espiritual de devoción eucarística es una iniciativa muy importante para nuestro pueblo católico. A pesar de los problemas que afrontamos todos los días, la fe de nuestra gente sigue siendo mucho más fuerte, tanto en los jóvenes como en los ancianos. A través de este Año de la Eucaristía, la fe de nuestro pueblo se verá renovada, y se volverá más fuerte. Tenemos varios programas a nivel local, como las procesiones eucarísticas, y los retiros espirituales. Además, en las parroquias de todas las diócesis, se organizan seminarios para explicar los sacramentos.  

En lo que respecta a los jóvenes, para nosotros, el Sínodo dedicado a ellos es muy importante, porque el 60% de la población pakistaní está compuesta por jóvenes. Esperamos que este Sínodo pueda difundir un mensaje con el cual contribuir a la formación de la realidad juvenil de Pakistán.

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