La tortura en Asia es "una plaga en expansión"
Phil Robertson, vice-director Asia de Hrw, confirma el uso regular y sistemático de los métodos violentos, a menudo con el aval del Estado. Los funcionarios que se manchan del crimen gozan de inmunidad o son defendidos por el sistema mismo. Él invita a redoblar los esfuerzos para combatirla. El pedido del Papa Francisco el domingo en el Ángelus.

Bangkok (AsiaNews)- en muchas naciones de Asia, la tortura es una "plaga en expansión", usada en modo regular y sistemático; castigar a os responsables de los abusos y entregarlos a la justicia, además es siempre más difícil en particular donde esa es "una práctica perpetrada por el Estado". Es cuánto denuncia Phil Robertson, vice-director para el continente de Human Rights Watch (Hrw), el cual hace el elenco las tre formas de abuso que entran dentro de la categoría tortura. Infligir dolor mediante el uso de la fuerza física, plegar la voluntad del individuo y tratar de aniquilar la personalidad de cada uno. Según el derecho internacional, la tortura es un "crimen" y el 26 de junio se celebra en todo el mundo la 15 Jornada de las Naciones Unidas por las víctimas de la tortura; sin embargo, a despecho de las campañas de sensibilización y del llamado lanzado por el Papa Francisco en los días pasados, que expresó una "firme condena", esa continúa manifestándose en muchas zonas de la tierra.

Para el activista de Hrw, algunos gobiernos usan en modo "sistemático" la tortura como medio para reprimir "aún la más leve de las disidencias". En particular Asia, está siempre presente en las denuncias que hacen las organizaciones pro derechos humanos, que pone al índice algunas naciones- más o menos autoritarias- en las cuales la práctica está bien difundida: Corea del Norte y China entre todas, pero no faltan denuncias en India, Indonesia, Malasia, Myanmar, Filipinas y Japón. Y a menudo los funcionarios que se manchan de este innoble crimen pueden gozar de derechos de inmunidad.

Las fuerzas de policía, denuncia el vice-director Asia de Hrw, en el sur y en el sudeste del continente, pero también en Asia del este, utilizan la tortura como práctica estándar para sacar confesiones. Él cita el caso de Malasia, donde surge un uso "sistemático" tanto que a veces termina "con el deceso en la cárcel" de la víctima. Episodios de violencia se registran también en los centros de recuperación de toxico-dependientes, sobre todo en laos, China, Camboya y Vietnam donde en lugar de las curaciones les aplican más sufrimientos.

Entre las modalidades más difundidas para aplicar las torturas, cuenta Phil Robertson, están los golpes a los pies y a las manos, electroshock, ser atados con lazos y cuerdas, quemaduras con cigarrillos u otros medios, violencias sexuales (a hombre y mujeres), latigazos y bastonadas.

Él agrega que castigar a los responsables es siempre más difícil, porque los abusos suceden al interior de las cárceles del sistema y de la estructura opaca, de difícil acceso dese el exterior. Hasta ahora solo un pequeño número de personas fueron incriminadas y procesadas por las violencias cometidas, también porque- explica el activista- indagar uno "significa revelar los métodos, entre los cuales la tortura, usados normalmente para las investigaciones". "La tortura es una plaga en expansión en Asia-concluye Robertson. Por esto es necesario redoblar los esfuerzos para combatirla y perseguir en los tribunales a cuántos la practican".