Sri Lanka, el presidente Sirisena devuelve las tierras a 300 familias tamiles
de Melani Manel Perera
Se trata de las tierras que el ex presidente Rajapaksa había expropiado a los pobladores de Sampoor. Alrededor de 825 familias se vieron obligadas a vivir como desplazados en los campamentos de refugiados. Un Tamil: "Estamos contentos, aún si tenemos que empezar de nuevo". La Unión Europea, la India, UNICEF y el UNHCR financian la construcción de nuevas viviendas. Llamado de Sirisena: "Vivamos juntos como hermanos y hermanas, sin miedo".

Colombo (AsiaNews) - "Estamos realmente muy felices. El presidente que hemos elegido en enero pasado nos ha dado lo que había prometido a nuestra tierra". Así lo dice Kanamadipulle Lingeswaran, un hombre tamil de 49 años, presente hoy en el pueblo de Sampoor (el noreste de Sri Lanka), en la ceremonia oficial en la que el presidente Maithripala Sirisena devolvió las parcelas de tierra a un grupo de alrededor de 300 familias Tamil (v. foto), desplazados a raíz de la sangrienta guerra civil que asoló el país durante más de 30 años. "Ahora podemos respirar. Ahora tenemos una tierra donde vivir. Estamos muy contentos, aún si tenemos que reconstruir todo de nuevo", dijo el hombre a AsiaNews.

Lingeswaran dice que desde que los medios de comunicación locales informaron que el gobierno restituiría las tierras de Sampoor, unas 300 familias se apercibieron para reasentarse en su pueblo de origen. Son 818 acres de tierra que el ex presidente Mahinda Rajapaksa había expropiado a sus legítimos propietarios tras el fin de la guerra civil entre el gobierno y los Tigres Tamil (Liberation Tigers of Tamil Eelam, LTTE), aprovechando su popularidad por “haber implantado la legalidad en la nación”. De esta manera, 825 familias se vieron obligadas a abandonar sus propiedades y vivir como personas desplazadas en los campamentos de refugiados. La mayoría de ellas encontraron refugio en el campamento Kattiparichchana, en el distrito de Trincomalee.

La familia de Lingeswaran se dedicaba a la agricultura antes de la guerra. Pero ahora se ve obligada a ganarse la vida con trabajos ocasionales. Una de las hijas mayores logró tomar el examen final de sus estudios recién este año, a la edad de 22 años. "Hemos perdido el tiempo en vano - dice -, hemos perdido años de vida. No queremos más guerra ni sufrimientos".

Desde que fuera elegido en enero, en lo que se ha llamado la elección “más importante en la historia del país”, Sirisena ha condenado con dureza la brutalidad de la guerra, por la cual el entonces gobierno de Sri Lanka fue declarado culpable por crimenes de guerra en una resolución de la ONU. Sirisena en los últimos meses ha expresado su solidaridad para con las víctimas, concediendo por primera vez a los parientes recordar a sus difuntos, y el país ha apoyado el cambio eliminando al ex presidente Rajapaksa de la vida politica en modo definitivo .

Durante la ceremonia en el pueblo de Sampoor, Sirisena afirmó: "Más que cualquier otra, la población tamil ha experimentado el trauma de la guerra [cuya violencia se vive en la memoria hasta hoy - ndr]." Luego aseguró el compromiso del Gobierno de trabajar con entusiasmo para ofrecer las mismas facilidades y oportunidades a las minorías en el noreste del país. También reveló que su gobierno ha recibido ayuda para la construcción de viviendas: de la Unión Europea (1.000 viviendas), de UNICEF ​​(140 viviendas), de UNHCR (140) y de la India (240).

Por último, hizo un llamado a construir una sociedad unida y pacífica: "Las guerras dañan gravemente el sentido de humanidad, la verdad, la misericordia y el amor entre las personas. La guerra no es buena para nadie. Todos debemos vivir en armonía y amor. Estos niños - refiriéndose a los muchos niños presentes – deben tener un futuro. Vamos a trabajar duro para mejorar la educación, la salud y las condiciones económicas en estas provincias. De esta manera ya no existirán diferencias de raza o religión, y todo el mundo tendrá los mismos derechos. Debemos vivir como hermanos y hermanas, sin miedo".