Elecciones en Bihar: una dura derrota para el premier Modi
La “Gran alianza laica” obtuvo 178 bancas sobre un total de 243. La National Democratic Alliance liderada por Modi se detuvo en 58 bancas. El debate electoral signado por los ataques de los radicales hinduistas contra los escritores laicos y las minorías religiosas. El prémier intervino en 26 debates. El Estado de Bihar es el tercero del país en población y dimensión. Un “nuevo amanecer” para la democracia en la India.

Patna (AsiaNews/Agencias) – El premier hindú Narendra Modi admitió ayer la derrota sufrida en las elecciones para la renovación de la Asamblea en el estado de Bihar. La coalición denominada “Gran Alianza laica” –formada por dos partidos regionales y el Congress- venció a la National Democratic Alliance de los partidos nacionalistas hindúes de centro-derecha liderados por el BJP (Bharatiya Janata Party) de Modi. Sobre un total de 243 bancas, los adversarios lograron adjudicarse 178; los nacionalistas hindúes se detuvieron en 58 asientos parlamentarios. La larga carrera electoral, desarrollada en cinco llamados para acudir a las urnas, y marcada por una campaña agresiva tanto en su tono como en sus modos, fue considerada como un verdadero y liso referéndum acerca de las políticas económicas y sociales de Modi, quien ahora es invitado a  “revolucionar” su agenda.

Los medios del país asiático durante meses siguieron la campaña electoral, en la cual Modi se ha comprometido en primera persona, participando en 26 debates públicos. El estado de Bihar, de hecho, reviste una importancia fundamental: es el tercero del país en términos de población y dimensión (cerca de 100 millones de habitantes), pero es a la vez uno de los más pobres, y uno de los que detenta mayores dificultades en lo que hace a la convivencia entre las clases.

Modi estaba a la búsqueda de una victoria, luego de la derrota sufrida en febrero en el territorio federal de Delhi, donde sacó mayor ventaja el partido anticorrupción Aam Aadmi Party (AAP). Por este motivo, él decidió tomar parte en numerosos congresos locales, prometiendo políticas para el crecimiento y el desarrollo.

Pero la carrera electoral estuvo signada, sobre todo, por la preocupación por el creciente clima de intolerancia religiosa y social, difundido por grupos de radicales hinduistas que defienden la ideología Hindutva en todo el país. En las últimas semanas, de hecho, el debate público fue sacudido por episodios de violencia desencadenados por fundamentalistas contra los escritores laicos y los fieles musulmanes: los primeros, hallados “culpables” de apoyar el pluralismo y la laicidad del Estado, y los segundos, en la mira debido a sus hábitos alimentarios. Los analistas políticos consideran que el resultado electoral fue asimismo influenciado por las recientes declaraciones de un grupo militante hinduista afiliado al BJP – el Rashtriya Swyamsevak Sangh – que ha pedido revisar la política nacional sobre las minorías religiosas, para contener el aumento de cristianos y musulmanes, lo cual provocaría un “desequilibrio demográfico” en perjuicio de los fieles hinduistas.

Los resultados en Bihar abren nuevos e inesperados escenarios. Ante todo,  ratifican el nacimiento de una coalición de centro como alternativa al partido de Modi, representada por el partido Janata Dal (United) del actual Jefe de Gabinete de Ministros, Nitish Kumar – ex miembro del BJP, quien luego se despegó de él porque definió al prémier como alguien animado por tendencias “sectarias”–, y por el partido Rashtriya Janata Dal de Lalu Prasad Yadav. Ambos líderes políticos (v. foto), de extracción socialista, fueron rivales durante largo tiempo, pero crearon una asociación política junto al Congress Party de Sonia y Rahul Gandhi. Al término del escrutinio, Kumar declaró: “Ha vencido la unidad. Ésta ha sido una elección que ha sido seguida de cerca en todo el país. La victoria de hoy  [por ayer] tiene repercusiones a nivel nacional. En toda la India las personas quieren una oposición fuerte y alternativa”.

Los analistas sostienen también que la votación funcionó como una “prueba de fuego” para las políticas de gobierno. Los periódicos locales hablan de “piedra angular”, voto “revolucionario” y de una “derrota clamorosa”, a la cual debe seguir un “cambio estructural de las políticas nacionales”. Se habla también de un “momento regenerativo de la democracia hindú”, de una “lección caliente contra las políticas sectarias del BJP”, de un “nuevo amanecer” para el Estado de Bihar, considerado por algunos como “el cementerio de todas las revoluciones”, pero que hoy surge como una “fuente de esperanza” para todo el país.