De Bagdad a San Diego: el nombramiento de Mon.s Warduni abre “una nueva página” con la “diócesis rebelde”

El auxiliar de Bagdad substituye a Mons. Jammo, que deja por límites de edad. Las diócesis fue protagonista de un duro enfrentamiento con el patriarcado, arriesgando un mini-cisma. Dirigiéndose a los fieles y sacerdotes, Mar Sako pide abrir “una nueva página” en las relaciones. Renovando la invitación a la unidad, él habla a las “conciencias” de sacerdotes y monjes revoltosos, para que piensen en sus responsabilidades”.


Bagdad (AsiaNews)- Un llamado a la unidad, a la reconciliación y a la oración, para abrir “una nueva página” en las relaciones entre el patriarcado caldeo y la diócesis rebelde de San Diego (California). Y también una invitación a la “conciencia” de sacerdotes y monjes que has “desobedecido” en el pasado, para que “piensen en sus responsabilidades” en cuánto “consagrados a Cristo”. Así, Mar Louis Raphael Sako I, en un mensaje “a los sacerdotes, monjes, hermanas, diáconos y fieles” de la iglesia de San Pedro Apóstol, comentó el cambio de guía al vértice de la diócesis estadounidense. El 7 de mayo, el Papa Francisco nombró a mons. Shlemo Audish Warduni, por largo tiempo obispo auxiliar de Bagdad y personalidad de primer plano de la Iglesia iraquí como nuevo administrador apostólico. Él substituye al obispo “disidente” Sarhad Joseph Jammo, dimisionario por límites de edad.

En los últimos tiempos, la diócesis estadounidense estuvo en el centro de un “tira y afloje” con los vértices del patriarcado caldeo y Su Beatitud, Mar Sako, por haber acogido (y poder ejercitar) a sacerdotes y monjes que se habían escapado de Irak sin el permiso de sus obispos o superiores. Una controversia que ha marcado por largo tiempo a la Iglesia caldea y que no sólo en los últimos tiempos parecía haberse compuesto después de un difícil trabajo de mediación.

El enfrentamiento entre el Patriarcado y la diócesis inició en 2013, con el neo electo Patriarca Sako (que sucedió al card. Delly) que llamó la atención a mons. Jammo por haber acogido a sacerdotes y monjes escapados de Irak sin el permiso de sus obispos o superiores. Varias veces el Patriarca ordenó el retorno de monjes y sacerdotes a Irak, recordando el deber de obediencia al obispo rebelde, sin obtener ningún resultado.

La fractura que involucró también al Vaticano en un difícil trabajo de mediación, hizo temer por largo tiempo el riesgo de (un mini) cisma al interior de la Iglesia caldea. El mismo Mar Sako había muchas veces amenazado dimitir en el caso sus órdenes no fuesen acatadas, porque el cargo de Patriarca habría significado sólo “un título honorífico, lo cual no me interesa”.

El neo administrador apostólico de la diócesis de San Diego de los caldeos y nació en Batnaya, ciudad de la planicie de Nínive, en el norte de Irak el 24 de abril de 1943; fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1968 y obispo el 16 de febrero de 2001. Por años recubrió el rol de auxiliar de Bagdad y de brazo derecho del patriarca Delly y del sucesor Mar Sako.

En su mensaje a la diócesis el patriarca caldeo recordó la importancia de la “unidad” de la Iglesia caldea, caracterizada por las relaciones entre sacerdotes y fieles marcadas “por el amor y la colaboración” para enfrentar “los crecientes desafíos, las amenazas, los riesgos”. Renovando la invitación a la “reconciliación”, Su Beatitud auspicia la apertura de “una nueva página” en las relaciones entre Bagdad y la comunidad de San Diego, que será llamada a “demostrar apoyo y solidaridad” hacia los hermanos que viven en la madre patria y deben enfrentar “amenazas gravísimas”.

Mar Sako dirige además un pensamiento particular directo a las “conciencias” de monjes y curas que han “desobedecido” a la Iglesia y han “dejado” diócesis y monasterios. “Os invito- escribe el patriarca- a dirigir la atención hacia lo que realmente es esencial, pensando en vuestras responsabilidades en cuánto consagrados a Cristo”, removiendo “todos los obstáculos” que “os impiden cumplir plenamente vuestra misión”. Una invitación ni siquiera muy velada la del Patriarca, para que monjes y sacerdotes “rebeldes” vuelvan a Irak a disposición de sus superiores, convirtiéndose en “verdaderos testigos de Cristo” no sólo “en palabras”, sino con el “ejemplo”. Dirigiendo palabras de agradecimiento por la obra desarrollada por mons. Jammo, el patriarca invita a la comunidad a rezar para que “el Espíritu Santo inspire la elección de un nuevo obispo”.