Volvió a Wenzhou -pero bajo vigilancia- Mons. Pietro Shao Zhumin

Había sido alejado de su vivienda junto al Pbro. Jiang Sunian para evitar que participasen en los funerales de Mons. Zhu Weifang. El Vaticano confirmó que Mons. Shao es obispo de Wenzhou. Los fieles fueron exhortados a la calma.


Wenzhou (AsiaNews)-  Fuentes de AsiaNews confirman que el 8 de octubre pasado, a las 16.30, Mons. Pedro Shao Zhumin ( a la derecha en la foto 1), fue llevado por la policía a Wenzhou. Con él estaba también su secretario (y canciller de la diócesis) el Pbro. Pablo Jiang Sunian (a izq. en la foto 1). Mons. Shao es un obispo reconocido por la Santa Sede, pero no por el gobierno.

Ambos, miembros de la comunidad no oficial de la diócesis, fueron llevados por la policía “para emprender un viaje”, en el caso del obispo a Qinghai, en el otro, a Yunnan. Las vacaciones obligatorias del 23 de agosto -prácticamente un secuestro- fueron programadas para así excluirlos de los funerales del obispo de la ciudad, Mons. Vicente Zhu Weifang, que falleció el 7 de septiembre pasado.

Desde el punto de vista canónico, a la muerte de Mons. Zhu, debería sucederle Mons. Shao , habiendo sido ordenado como obispo coadjutor (con derecho de sucesión) con el mandato de la Santa Sede.  

En una declaración del 21 de setiembre, la sala de prensa de la Santa Sede, al difundir un obituario del obispo difunto, precisó que “de acuerdo con el derecho canónico, Mons. Pedro Shao Zhumin, coadjutor de la misma diócesis, sucede al prelado difunto”.

Pero actualmente el obispo se ve imposibilitado de desarrollar sus funciones pastorales y se encuentra bajo el control de la policía. Los fieles de la diócesis, oficiales y no oficiales, estiman mucho a Mons. Shao, que a menudo sufrió en la cárcel a causa de su fe.

Después de un período de fuertes divisiones entre las dos comunidades, la oficial y la clandestina, en los últimos años fueron muchos los gestos de acercamiento y de reconciliación, si bien -como afirma un fiel de Wenzhou- “el gobierno local hace de todo para que estemos divididos”.

Todos los católicos fueron exhortados a estar serenos, para crecer en la reconciliación y no prestarse a represalias y gestos violentos promovidos por las autoridades políticas. El temor de muchos fieles es que el gobierno, al no importarle las indicaciones canónicas vaticanas, ordene a otro obispo, precipitando a la Iglesia de Wenzhou a la división.