Karjat, 3 mil católicos y no católicos en el centenario de Fátima. Cardenal Gracias: Oren por la paz (Fotos)
de Nirmala Carvalho

El santuario en Maharashtra es el más antiguo de Asia. El arzobispo de Bombay bendijo el nuevo altar. Todos los fieles se refrescaron con el almuerzo. Las familias consagradas al Inmaculado Corazón de María.

 


Mumbai (AsiaNews) - Alrededor de 3 mil católicos y de otras religiones coparon las celebraciones por el centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima en el santuario de Karjat, en el Maharasthra, el primero en ser dedicado a la Virgen del rosario en Asia. En esta ocasión, el Card. Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, ha consagrado y bendecido el altar de la iglesia. El cardenal también ha renovado el acto de consagración de la archidiócesis al Corazón Inmaculado de María. A la multitud en la celebración, dijo: "Vivan el mensaje de Fátima. Oren por la paz y hagan sacrificios con énfasis en el poder de la oración".

Las celebraciones se llevaron a cabo el 13 de mayo, coincidiendo con la canonización en Fátima de los dos pastorcitos  Francesco y Jacinta Marto. Los fieles acudieron al santuario desde las primeras horas de la mañana, a pesar de que el inicio de la misa estaba prevista para las 10:30 de la mañana.

Hablando frente a los devotos de la Virgen, cuyo culto se está convirtiendo cada vez más popular entre los no cristianos, el cardenal dijo: "En Fátima, la Bendita Virgen habló de la Segunda Guerra Mundial. Las guerras continúan hasta hoy, con diferentes formas y peligros, tumultos, agitación y violencia en todo el mundo. Las guerras están también en nuestra vida personal, en la lucha entre el bien y el mal". Por ello, subrayó, "es importante orar, orar por la paz."

De acuerdo al cardenal Gracias "en las familias hay una creciente necesidad de orar." Por lo que invitó a todos a "rezar el Rosario en las familias, la oración por la paz en nuestros hogares, en las relaciones familiares y en el mundo".

Durante la liturgia, el arzobispo de Bombay ha bendecido el altar del santuario, rociando agua bendita y aceite crisma. Callistus P. Fernandes, rector del santuario, informa que al final de la celebración "todos los peregrinos fueron renovados con el almuerzo. Por la tarde fue seguido por la adoración eucarística y la consagración de las familias".

El sacerdote muestra la gran fe de los presentes, que se han reunido en oración ante la imagen de la Madonna. Muchos de ellos, añade, "tenía las mejillas surcadas por las lágrimas de emoción, mientras que oraban e invocaban la intercesión de María."