Puerto de Gwadar, las amenazas a la seguridad desalientan las inversiones

El gobierno de Islamabad colocó a 15 mil policías para proteger los proyectos chinos. Desde 2003, la provincia de Balochistán fue atacada por decenas de atentados. Diputado de la oposición denuncia el uso de detenidos chinos como mano de obra barata.

 


El gobierno de Islamabad colocó a 15 mil policías para proteger los proyectos chinos. Desde 2003, la provincia de Balochistán fue atacada por decenas de atentados. Diputado de la oposición denuncia el uso de detenidos chinos como mano de obra barata.

Gwadar (AsiaNews/Agenzie) – El clima de pesada inseguridad en la provincia paquistaní de Balochistán y la presencia de miles de policías “podrían desalentar las inversiones” en el puerto de Gwadar, la flor en el ojal del China-Pakistan Economic Corridor (Cpec). Lo apoyan diversos empresarios extranjeros llegados a Pakistán para inaugurar las operaciones de la escala comercial financiado por Beijing, que China presenta como la “cabeza de puente” de la “Nueva Vía de la seda” china.

El 26 de febrero al menos 8 mil delegados han participado en la apertura del edificio de las exposiciones de Gwadar. La ceremonia fue acompañada por grandes festejos y fuegos de artificio. Pero la preocupación de los inversores, eran los 15 mil policías que estaban para protegerlos en el puerto y en los hoteles que hospedaban a las delegaciones de 100 países extranjeros. Según Muhammad Zafar Paracha, director para el Pakistan di MoneyGram International, “ninguno vendrá aquí para hecer inversiones en este clima de miedo”.

Balochistán, en el sur del país es un bastión de varios grupos radicales, entre los cuales al-Qaeda y Isis. El portal South Asia Terrorism, que monitorea las afiliaciones islámicas y los eventos terroristas en toda Asia del sur, reporta que desde 2003 la provincia fue teatro de decenas de ataques kamikazes, en la cual murieron 900 personas y más de 1800 resultaron heridas. El territorio provincial es off-limits para los extranjeros, periodistas y turistas deben obtener permisos especiales por las agencias de inteligencia.

Los expertos sostienen que de parte de Islamabad tenga todo el interés en salvaguardar las inversiones de Beijing, que para el CPEC destinó cerca de 60 millardos de euros. Todo el área de la escala debería recalificar y transformarse de puerto en desuso en un primer puerto de aguas profundas del país. No obstante esto, no faltan las críticas por parte de numerosos paquistaníes. La más dura se refiere al hecho de beneficiar financiaciones sobre todo de China, que en las localidades en las cuales invierte no utiliza mano de obra local. Según las últimas estimaciones, en Pakistán viven unos 400 mil chinos, casi todos empleados en la edificación de las infraestructuras del Corredor económico. Además, algunos lamentan que la importación de trabajadores chinos aumentaría el número de crímenes cometidos en Pakistán. Recientemente, ciudadanos chinos fueron arrestados por una estafa en los distribuidores automáticos del transporte público y detenidos cuando trataban de sacar dinero de los cajeros bancarios con tarjetas falsificadas. En los allanamientos fueron secuestradas millones de rupias en efectivo.

Ayer, en concreto, un diputado de la oposición lamentó un modus operandi de Beijing conocido desde hace tiempo: el empleo de mano de obra barata en sus asentamientos de detenidos provenientes de las cárceles de China. Nawab Muhammad Yousif Talpur, exponente del Partito popular paquistaní (Ppp, Pakistan Peoples’ Party), dijo: “Vine a conocimiento que prisioneros llevados de las cárceles chinas trabajan en la construcción de las rutas. Ellos podrían estar involucrados en actividades criminales. Deben ser clasificados adecuados para la seguridad”.