El Cairo, aprobada la reforma constitucional ‘militarizada’. Los activistas, preocupados

Cerca de 90% de los votantes aprobó la nueva Carta Magna. En el referéndum participó el 44,33% de los habilitados a votar. Se extiende el mandato presidencial. Nuevas prerrogativas para nombrar jueces y al procurador. Al ejército se le asigna un rol de garante que excede la Constitución misma. El P. Rafic: “Esperaba una mayor participación. Líder cristiano: Nos estamos encaminando hacia un régimen militar.

 


El Cairo (Asianews)- Casi el 90% de los votantes en Egipto aprobó la reforma Constitucional impulsada por el presidente Abdel Fattah al-Sisi, que sanciona un mayor injerencia de los militares sobre el poder (incluso judicial) y la posibilidad de que el jefe de Estado pueda permanecer en el cargo hasta el 2030. Ayer, la Comisión electoral difundió los resultados definitivos del referéndum, de los cuales surge que el 88,83% de los electores aprobó las nuevas enmiendas, mientras que un 11,17% se opuso a ellas.

En los 3 días de votación, que se desarrolló del 20 al 22 de abril, participó el 44,33% de los habilitados a votar. Unos 23,4 millones de votantes -sobre una población total de casi 98 millones de personas-  aprobaron las consultas en las sedes habilitadas para el referéndum.

La consultación popular tuvo lugar una semana después de la votación en el Parlamento, que aprobó las enmiendas constitucionales con 531 votos favorables sobre 554. Entre las modificaciones están la extensión del mandato presidencial de 4 a 6 años, la abolición del límite de los dos mandatos, la restauración de la Cámara alta, que había sido abolida hace 5 años, y la concesión de nuevos poderes al presidente. Estos últimos incluyen prerrogativas para el nombramiento de jueces y del procurador general.

Además, la nueva Carta (y este es el elemento de mayor “criticidad y preocupación” para analistas y activistas) confía a los militares la tarea de “defender la Constitución y la democracia”.

El segundo mandato de al-Sisi caduca en 2022 y ahora se ha extendido hasta el 2024. El presidente luego podría apuntar a un tercer mandato, de otros 6 años, hasta el 2030. En este período tendrá la posibilidad de nombrar jueces y miembros del Ministerio Publicos, además de reforzar el control sobre el país. Una perspectiva que podrá poner en peligro la frágil democracia y el desarrollo institucional y social de la nación.

En un mensaje confiado a las redes sociales al-Sisi expresó "aprecio y orgullo” por la elección popular.  De la oposición surgen, en cambio, temores y preocupaciones, además de acusaciones de fraudes que habrían cambiado los resultados de la consultación. En un comunicado, el frente anti-reformas acusa a “la máquina de opresión de al-Sisi” de haber “negado al pueblo egipcio el derecho a expresar su opinión” obstaculizando “de todas las maneras posibles”  al frente crítico y “corrompiendo” a una parte del electorado.

Interpelado por AsiaNews, el p. Rafic Greiche, vocero de la Iglesia católica egipcia, resalta el dato de la participación, que no superó el 44%. “Un resultado que no es excepcional”, sobre todo, considerando que esto habrá de repercutir en numerosos aspectos de la vida del país .“Me esperaba una mayor presencia"-agrega el sacerdote.

Él no esconde su preocupación “por una separación de poderes que está garantizada en todas las constituciones modernas, y que podría quedar cercenada. Ahora el jefe del Estado goza de mayores poderes y esto podría ser un elemento de preocupación… mucho dependerá de la persona del presidente”. “Es necesario permanecer concentrados -concluye- y ver cómo será aplicada la ley, porque es evidente que hay motivos de preocupación”.

Preocupaciones y temores que comparte el activista cristiano egipcio, hoy en Londres, Mina Thabet, ex líder de la Maspero Youth Union y actual responsable de los programas sobre la libertad y minorías de la Egyptian Commission for Rights and Freedoms (ECRF). “ Pocos han subrayado el enorme poder del cual gozan ahora las fuerzas armadas- explica- . Un poder que excede lo que establece la misma Constitución, que los militares podrán “interpretar” para su propio interés. Ni siquiera la Corte constitucional, recuerda, “gozaba de tal discrecionalidad” en la lectura e interpretación de la Carta.

"Hoy Egipto" -prosigue el activista que en otra época estuvo a la vanguardia de las protestas que condujeron a la caída del ex presidente Mohamed Morsi- “parece haberse transformado en un régimen militar por vía de la Constitución” y los mismos civiles “podrían estar sujetos a los tribunales militares con jueces visitiendo uniformes y poder ilimitado”. A esto se agrega “la escasa credibilidad de los resultados electorales, en particular los relacionados con la participación”. “No creo en los números ni en la integridad del proceso todo concluye- porque no hubo espacio suficiente para expresar todas las ideas, para hacer entender las razones del voto contrario. Se habló de al-Sisi, de la extensión del mandato, pero el verdadero problema es el predominio del jefe de Estado sobre el poder judicial, el fin de la separación entre los poderes y el enorme poder en manos de los militares”.