Fue modificado el Art. 107, que impedía a mujeres y hombres estar en la misma sala durante los concejos comunales. Desde mediados de octubre, se abrieron las puertas al universo rosado en el ejército. Ciertos influencers con millones de seguidores reciben una paga por mostrar el rostro “positivo” del reino. Pero no pueden hablar con la prensa ni conceder entrevistas.
Riad (AsiaNews)- En Arabia Saudita caen otros tabúes que afectaban a las mujeres en la vida pública e institucional del país. De hecho, en estos días, el ministerio de Asuntos rurales y municipales modificó un artículo del estatuto que reglamenta los concejos comunales, para permitir a hombres y mujeres sentarse en la misma mesa, en la misma sala. Previo a ello, el gobierno había permitido a las mujeres -como sucede desde hace tiempo en muchas otras partes del mundo- ingresar a las filas del ejército, con el rol de sargento o como grupo privado.
Según informa el diario Al-Watan, en base al Art. 107, abolido hoy, las mujeres elegidas en los concejos comunales (una “revolución” reciente, de diciembre de 2015) tenían que sentarse en salas separadas y estaban conectadas a través de monitores de circuito cerrado. El estatuto introducido por el ex ministro Abdullatif Al-Ashaikh hoy fue reformado por el titular actual del ministerio Majed Al-Gossabi, luego de un debate que duró más de 3 años.
Hoy, hombres y mujeres podrán sentarse juntos en la misma sala, participar en encuentros, reuniones, debates y en todas aquellas actividades relacionadas con el cargo que ocupan. Según los críticos, la norma anterior impedía la confrontación y la discusión, obstaculizando de hecho la eficacia del trabajo de las concejeras, que hoy se podrán sentar con toda libertad.
A mediados de octubre, el reino wahabita también abrió las puertas del ejército a las mujeres, una medida que fue recibida en las redes sociales como “otro paso” hacia su “responsabilización”.
Por décadas, las mujeres de Arabia Saudita fueron reprimidas por su activismo y de poco han valido las tan enarboladas “reformas” del príncipe Mohammad bin Salman (MBS), entre ellas, la prohibición de conducir. Otras medidas draconianas, como la tutela masculina, aún siguen vigentes y lo cierto es que el mismo príncipe heredero impuso el arresto de activistas pro derechos humanos de primera línea, como Loujain al-Hathloul.
En los últimos meses surgieron protestas a raíz del descubrimiento de una enorme base de datos online llamada “Absher”, a la cual luego se sumó una aplicación móvil, para impedir que las mujeres puedan escapar del país Un control que se vio reforzado en el último año, después de casos que han conquistado la atención de la crónica internacional como Rahaf Mohammed, recibida en Canadá, o las dos hermanas que huyeron luego de renunciar a la fe islámica. Su ejemplo está haciendo escuela.
La imagen reformista del reino y los cambios deseados por MBS también han quedado envueltos en un manto de sombra luego de que el periodista disidente Jamal Khashoggi, voz crítica de la dirigencia del país, fuera asesinado brutalmente en el consulado saudita de Estambul en octubre de 2018. Según una investigación de la ONU, el príncipe heredero estaría entre los responsables (por lo menos “morales”) del caso. Para “limpiar” la imagen de la nación y atraer un número creciente de turistas, Riad confía en un influenciador de primer plano, incluso mujeres, que son seguidos por millones de personas en todo el mundo.
Es por eso que en el último tiempo se han multiplicado las fotos e imágenes de mujeres jóvenes, vestidas con el velo tradicional, fotografiadas en lugares del mayor interés turístico. Hay estrellas de la web llevadas con helicópteros, hospedadas en hoteles de lujo, acogidas en balnearios del Mar Rojo y guiadas entre ruinas y sitios históricos, para dar pie a miles de “like” y obtener pagas fabulosas.
Analistas y expertos afirman que el reino wahabita invirtió millardos de dólares para “reparar su imagen” en Occidente. De hecho, para evitar comentarios negativos, ha silenciado a la prensa. Es exactamente lo que sucedió, según The Guardian Australia, con 2 influenciadores- sobre unos 50 contratados por Riad- que tienen más de 4,65 millones de seguidores: cancelaron la entrevista 5 minutos antes del horario previsto. Todo esto sucede mientras siguen las prohibiciones y restricciones como no mostrar cercanía en público, no simpatizar con Qatar ni practicar otra religión que no sea el islam, y tampoco hacer comentarios irónicos o críticos hacia la religión, el país o su dirigencia.