Teherán, elecciones parlamentarias: rechazan a miles de candidatos reformistas

Llamados a las urnas 58 millones de personas de un total de más de 83 millones. Hay más de 7.000 candidatos compitiendo por los 290 escaños del Majlis. La mayoría de ellos son expresiones de la facción conservadora y radical. Moderados y reformistas rechazados por ser acusados de corrupción o infidelidad al islam. Llamamiento a la participación de Khamenei y Rouhani.


Teherán (AsiaNews) - En estos días ha comenzado la semana de campaña electoral en Irán y terminará el 21 de febrero con las elecciones parlamentarias, un paso clave para verificar el peso de los distintos componentes - conservadores, moderados y reformistas - en el Majlis. Hay más de 7.000 candidatos que compiten por uno de los 290 escaños que componen la Asamblea Consultiva Islámica; para los expertos la verdadera lucha es entre el ala dura y radical del país y los conservadores, porque la mayoría de los candidatos moderados y reformistas no fueron admitidos en la revisión electoral.

Unos 58 millones de votantes de un total de más de 83 millones de habitantes serán llamados a expresar su preferencia. Entre las razones aducidas para justificar el rechazo de un número tan elevado de candidatos se encuentran las acusaciones generales de "corrupción" o "infidelidad al islam".

Los analistas y expertos señalan que el voto constituye una prueba para el presidente Hassan Rouhani, un moderado que trata de cumplir sus promesas de crecimiento a pesar del marco internacional desfavorable. Las elecciones se celebran en un contexto de fuertes tensiones y dificultades económicas: desde la retirada de los Estados Unidos del acuerdo nuclear (Jcpoa) hasta la introducción de sanciones, desde el asesinato del general Qassem Soleimani hasta las represalias en Teherán, en cuyo contexto el derribo del avión ucraniano, hay muchas cuestiones aún sin resolver.

El peligro para el líder iraní está representado por el abstencionismo, en un contexto en el que prevalecen los candidatos cercanos al establecimiento religioso fundamentalista.

En los últimos tiempos, Rouhani ha hecho repetidos llamados a la participación electoral. A continuación, criticó duramente al Consejo de Guardianes de la Constitución -un órgano constitucional llamado a evaluar la idoneidad de los candidatos- por haber rechazado miles de nombres (en el campo moderado y reformista), entre ellos 90 parlamentarios en ejercicio.

Con motivo de las celebraciones de los 41 años de la Revolución Islámica, el presidente instó a los iraníes a "no ser pasivos" y a acudir a las urnas a pesar de "las posibles quejas y críticas". Un llamamiento similar vino del líder supremo, el gran Ayatolá Ali Jamenei, quien dijo que el voto es un acto de patriotismo en un contexto de fuertes tensiones con los Estados Unidos.

Según muchos observadores, el próximo parlamento estará dominado por extremistas y radicales, entre otras cosas porque el 90% de los candidatos reformistas no podrán competir en la revisión electoral. En 2016, el bloque de reformistas y moderados había ganado el 41% de los 290 escaños, el 29% fue para conservadores y radicales vinculados al liderazgo religioso y el 28% para independientes.

Entre las personalidades que compiten por un escaño en la Asamblea está el exalcalde conservador de Teherán, Mohammad Baqer Qalibaf. El presidente saliente del Parlamento, Ali Larijani, y el moderado Mohammad Reza Aref, líder del ala reformista, no serán de la partida. Entre los nombres que fracasaron en la selección de candidatos destaca Ali Motahari, un moderado, y el reformista Mahmud Sadeghi que representa al distrito electoral de la capital.