Katmandú (AsiaNews) – En el día en que se celebra la Jornada Mundial por las Personas Desaparecidas (30 de agosto), y en memoria de las víctimas de desapariciones forzadas, diversas organizaciones humanitarias pidieron hoy al gobierno de Nepal que haga justicia a las más de 1400 víctimas civiles, de quienes se perdieron definitivamente los rastros, antes del año 2006. Sanjaya Magar, hijo de un desaparecido, refiere a AsiaNews: “el 30 de agosto de cada año, desde que tenía 10 años, celebramos la Jornada Mundial por las Personas Desaparecidas. Pero el recuerdo nos provoca aún más dolor. ¿Por qué celebrar este aniversario, si todavía no hemos obtenido resultado alguno?”.
Diversas organizaciones a favor de los derechos humanos han presentado una investigación a Rakam Chamjong, Ministro de Paz y Reconstrucción, pidiendo justicia para las personas desaparecidas durante el decenio en el cual la guerra civil enfrentó al ejército con los guerrilleros maoístas. Durante 11 años los rebeldes combatieron con el objetivo de derribar a la monarquía e instituir la República Popular de Nepal. El conflicto concluyó con un acuerdo global de paz entre ejército y maoístas, firmado el 21 de noviembre de 2006 frente a la ONU y a la comunidad internacional (el Comprehensive Peace Accord). El conflicto provocó más de 12.800 muertes y que aproximadamente 100.000 personas fueran desplazadas. En dicho clima de anarquía, el ejército, que controlaba las áreas urbanas, y los maoístas, presentes en las zonas rurales, se mancharon con crímenes contra la población civil, haciendo desaparecer a los disidentes y, al mismo tiempo, a todos aquellos que denunciaban los hechos.
Maar recuerda que su padre fue llevado por los rebeldes maoístas “de nuestra casa, de noche, mientras todos dormíamos. El Estado es responsable por su desaparición, porque ahora los maoístas [UCPN-M, Partido Comunista Unificado de Nepal-Maoístas ndr] se han unido al gobierno. Es nuestro derecho saber, luego de 10 años, qué le ocurrió a nuestro padre. Nosotros celebramos esta fecha, pero las autoridades de Katmandú no nos escuchan.” El padre de Krishna Prasad Adhikari, Nanda Prasad Adhikari, también murió es un hospital estatal de Katmandú, luego de una huelga de hambre. Los culpables de la violencia que él sufrió no han sido todavía arrestados.
Bishnu Bhandari, hijo de otro desaparecido, relata: “Ya pasaron 14 años de la desaparición de mi padre, continúo en su búsqueda, y represento a miles de familiares que continúan esperando conocer el paradero de sus seres queridos. Mi padre fue llevado obligado por las fuerzas de seguridad, y fue golpeado en público y torturado. Luego desapareció del campo de detención. Los malvivientes y la policía tuvieron el mismo rol en este drama criminal. El día del aniversario nos devuelve al tiempo en que nuestros familiares fueron torturados y asesinados sin piedad. Todavía somos ignorados por las autoridades, y no existe un espacio para que las víctimas expresen su voz”. Y lo que es más grave, continúa, “es que centenares de perseguidores han sido identificados, pero el gobierno no ha hecho nada. En el caso de mi padre, en noviembre de 2014, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU solicitó a las autoridades de Nepal que se investigara y se hiciera justicia a las familia. Pero Katmandú ni siquiera respondió al requerimiento, y tampoco nos contactó a nosotros”.
Los activistas piden, entre otras cosas, que el país firme y ratifique lo antes posible la Declaración para la Protección de Todas las Personas de las Desapariciones Forzadas [aprobada por la Asamblea General de la ONU en el año 2006 - ndr]. Al día de hoy, son 81 los países que han firmado dicho documento, pero sólo 13 parlamentos nacionales la han ratificado. Para su entrada en vigor se necesitan siete ratificaciones más.
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