Kirkuk, Anbar: 17 muertos en un doble atentado del ISIS

Es el segundo ataque del grupo yihadista en 24 horas. A los nueve policías muertos ayer en la ciudad norteña, se suman las ocho víctimas de hoy en el oeste del país. Las tribus locales intentaron repeler el asalto yihadista con sus propias manos. La presencia de pequeñas células y lobos solitarios que atacan sorpresivamente, aprovechando cualquier oportunidad que se presente.

Bagdad (AsiaNews) - El Estado Islámico (EI, ex ISIS) vuelve a azotar Irak y lo hace con una violencia y una intensidad que no se veían desde hace tiempo. La actividad del grupo yihadista estaba en franco declive pero la tendencia se invierte con una serie de ataques ocurridos en las últimas 48 horas. Esta mañana, un atentado dejó ocho muertos en la provincia de Anbar, -de mayoría suní- en el oeste del país. Las víctimas se suman a los nueve policías muertos ayer en Kirkuk, en una explosión -también reivindicada por los hombres del califato islámico.

Han pasado más de ocho años desde el ascenso del Estado Islámico en el verano de 2014. En el momento más álgido de su expansión, el ex ISIS llegó a conquistar grandes porciones del territorio de Siria e Irak. A pesar del tiempo transcurrido, siguen abiertas las heridas de la violencia y la brutalidad del grupo yihadista. Hoy, los milicianos controlan una pequeña zona a caballo entre los dos países -aunque cada vez más restringida, por el avance de los ejércitos regulares sirio e iraquí. Sin embargo, la ideología sigue viva y continúa azotando a través de lobos solitarios o incluso células independientes, y la derrota militar no disipa la amenaza.

En el ataque perpetrado en Anbar, los habitantes de una aldea al noroeste de Faluya intentaron enfrentarse a un grupo de combatientes del ISIS que habían llegado en motocicletas, pero fueron rápidamente arrollados. Uday al-Jadran, funcionario de la ciudad de Al-Jalis, donde se produjo el asalto, habló de "decenas" de lugareños que se enfrentaron a los yihadistas, incluso con sus propias manos, indefensos. En respuesta, las autoridades lanzaron un mega operativo para intentar capturar a los terroristas.

Los ataques en Anbar, señalan fuentes locales, se centran en personas a las que el ISIS acusa de "ayudar" al gobierno de diversas formas. Muchas de las tribus (suníes) que viven en la zona están armadas y despliegan una campaña militar en conjunto con las fuerzas de seguridad para tratar de erradicar las células del Estado Islámico que operan en el territorio. Analistas y expertos confirman la presencia de pequeños grupos o individuos que se desplazan por el desierto y las rutas escarpadas. Estos sujetos atacan de manera repentina, con operaciones marcadas por el "oportunismo".

Otro factor que acrecienta la tensión es la presencia de milicias respaldadas por Irán, aunque la mayor hostilidad de la población local sigue siendo hacia el ISIS. La semana pasada murieron tres soldados iraquíes por la explosión de una bomba -aún no hay reivindicaciones oficiales del atentado, pero las sospechas convergen en los hombres del califato-. El ataque se produjo durante una operación de las fuerzas de seguridad en el distrito de Tarmiyah, al norte de Bagdad.

Hace pocos días, la Iglesia caldea propuso un ayuno de tres días y una oración por la paz en la víspera de Navidad. Un llamamiento sumamente oportuno, dado el creciente clima de tensión y la escalada de atentados. La situación en Irak y en el mundo -subrayó el auxiliar de Bagdad, monseñor Basilio Yaldo- es crítica, necesitamos estabilidad con el nuevo Gobierno".