El Papa en Venecia a los artistas: imaginen ciudades donde nadie sea extranjero

En la histórica visita a la laguna, el encuentro con 80 reclusas de la cárcel de mujeres de la Giudecca. "Cárcel dura realidad, pero lugar de renacimiento, moral y material". En el pabellón "Con mis ojos" de la Santa Sede para la Bienal de 2024, las palabras a los artistas: "Valorizar la contribución de las mujeres". La invitación a escuchar "la alegría y el sufrimiento que se unen en lo femenino de forma única".

Venecia (AsiaNews) - "El mundo necesita artistas". Este fue el mensaje que el Papa Francisco tuvo que pronunciar esta mañana desde la isla de Giudecca, primera etapa de su histórica visita a la ciudad de Venecia. Aquí, en la Iglesia de la Magdalena, el Pontífice se encontró con artistas y mujeres artistas, después de reunirse con 80 reclusas en el patio interior de la Cárcel de Mujeres Venecia-Judecca, que acoge el Pabellón de la Santa Sede en la Bienal de 2024 titulado "Con mis ojos". "El arte tiene la condición de ciudad refugio que desobedece el régimen de violencia y discriminación para crear formas de pertenencia humana". Las "prácticas artísticas" del arte, dijo, colaboran para "liberar al mundo de las antinomias sin sentido" que se imponen en el racismo, la xenofobia, la desigualdad y la aporofobia.

" Les confieso que junto a ustedes no me siento un extraño: me siento en casa", dijo el Papa argentino dirigiéndose a los artistas. Para contrarrestar las antinomias, detrás de las cuales "siempre está el rechazo del otro", les dirigió una invitación implorante. "Imaginen ciudades que aún no existen en el mapa: ciudades en las que ningún ser humano es considerado un extraño". A partir de aquí Bergoglio articuló una reflexión en torno al tema del pabellón, que recuerda la necesidad de todos los individuos de "ser mirados y atrevernos a mirarnos a nosotros mismos". Jesús es Maestro de esta mirada. Él mira a todos con la intensidad de un amor que no juzga -explicó-. El arte nos educa a este tipo de mirada". Una forma de mirar que el Papa Francisco calificó de "contemplativa".

"Los artistas están en el mundo, pero están llamados a ir más allá", añadió. Advirtió a los creadores de arte del peligro de confundir a este último con el mercado. En efecto, el peligro es que el mercado "vampirice la creatividad, robe la inocencia y, por último, instruya fríamente sobre lo que hay que hacer", a pesar de su reconocida función de promoción y canonización. A continuación, se dedicó un comentario a la ubicación simbólica del pabellón "Con mis ojos". En la plaza de la Cárcel, uno de los cuatro institutos femeninos de Italia, Bergoglio aterrizó esta mañana hacia las 8 en helicóptero, después de haber despegado del helipuerto vaticano a las 6.32. Le ha recibido, entre otros, el Patriarca de Venecia, monseñor Francesco Moraglia. "Hay una alegría y un sufrimiento que se unen en lo femenino de forma única y que debemos escuchar, porque tienen algo importante que enseñarnos", dijo, citando a algunas artistas famosas: Frida Khalo, Corita Kent y Louise Bourgeois. De ahí la esperanza de que el arte contemporáneo ayude, ampliando la mirada, a "valorar adecuadamente la contribución de las mujeres, como coprotagonistas de la aventura humana". Por último, la petición a las artistas de que guarden en su corazón una pregunta que "empuja hacia el futuro": "¿Qué fueron a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué fueron a ver?" (Mt 11,7-8).

Antes, a las 80 reclusas de la Casa de Detención de la Giudecca, el Papa Francisco les dijo: "Ustedes ocupan un lugar especial en mi corazón". Compartiendo la esperanza, al inicio del encuentro, de vivirlo no como una "visita oficial", sino como un momento en el que "nos regalamos tiempo, oración, cercanía y afecto fraterno". "La cárcel es una dura realidad", continuó, refiriéndose al lugar al que el Pontífice ha decidido hacerse cercano hoy como en otras ocasiones -del que destacó los aspectos críticos como el hacinamiento y los episodios de violencia-. "Sin embargo, también puede convertirse en un lugar de renacimiento, tanto moral como material", explicó. De hecho, según el Papa, el tiempo pasado en una cárcel puede resultar muy valioso. Sobre todo porque puede representar "el comienzo de algo nuevo a través del redescubrimiento de una belleza insospechada en nosotros mismos y en los demás". Así lo atestigua la guarnición artística que alberga la prisión. Una estancia aquí "puede ser como una obra de reconstrucción, en la que mirar y evaluar con valentía la propia vida".

Por ello, el Obispo lagunero de Roma lanzó un llamamiento para que "el sistema penitenciario ofrezca a los presos y presas instrumentos y espacios de crecimiento humano, espiritual, cultural y profesional". Para que las obras en favor de los detenidos contribuyan no a "aislar la dignidad", sino a dar "nuevas posibilidades". Tras las citas en la isla de la Giudecca, el Santo Padre se dirigió a la Basílica de Santa Maria Salute para encontrarse con 1600 jóvenes del noreste de Italia. A continuación se trasladó a través de un puente flotante sobre el Gran Canal a la Plaza de San Marcos, donde a las 11.00 horas presidió la Santa Misa, seguida del rezo del Regina Caeli ante la Basílica.