Tras la operación a gran escala en el KK Park que se encuentra en la región de Myawaddy, en la frontera con Tailandia, cruzaron masivamente la frontera cerca de mil personas empleadas por la fuerza en estas actividades ilícitas. El escepticismo de algunas fuentes locales: "Una operación de fachada debido a la amenaza de las sanciones, que incluso se reiteraron durante la cumbre de la Asean. Pero las redes criminales siguen teniendo raíces profundas y gozan de protección política".
En su intervención en la cumbre, el primer ministro chino Li Qiang llamó a “cerrar filas” frente a los desafíos globales, en primer lugar el comercial con Estados Unidos. Para el Sudeste Asiático es fundamental mantener abiertos los mercados y evitar verse envuelto en un duelo comercial entre superpotencias. Se ha actualizado el acuerdo de libre comercio Asean-China; el próximo año la presidencia pasa a Filipinas.
Desde ayer, Dili se ha convertido oficialmente en el undécimo país miembro del bloque de naciones del sudeste asiático. El final de un proceso que ha durado 14 años se ha celebrado con una ceremonia de gran carácter simbólico a la que han asistido todos los líderes regionales. El primer ministro Rala Xanana Gusmao ha sido el último en firmar. Quedan por delante los retos y las responsabilidades que conlleva la inclusión.
Mientras Kuala Lumpur se prepara para acoger a partir del 26 de octubre la cumbre más importante de los últimos años para la ASEAN, Malasia ha anunciado la construcción de una barrera de 50 kilómetros en el estado de Kelantan contra el tráfico ilegal procedente de Tailandia. Y la princesa de Bangkok dona fondos para construir un muro en la frontera con Camboya.
En la cumbre de la ASEAN que se llevará a cabo en Kuala Lumpur el 26 de octubre, Malasia quiere asegurar un alto el fuego definitivo entre Tailandia y Camboya. Pero detrás de la disputa fronteriza también pesa la cuestión de los centros de estafas en línea: Bangkok acusa a Phnom Penh de tolerar las actividades ilícitas y exige que sean desmanteladas como condición para la paz. Por su parte el primer ministro tailandés Anutin alimenta el nacionalismo en función de la propaganda política interna de cara a las próximas elecciones.
Después de más de 40 años en los campos, para miles de refugiados se vislumbra un cambio largamente esperado. Refugiado karen: «Nunca he visto mi patria» y «si Tailandia nos permitiera trabajar legalmente, todo cambiaría». Una mano de obra útil también para suplir la caída de camboyanos tras los enfrentamientos en la frontera. Nuevas incursiones aéreas de la junta en el estado de Shan.