Las restricciones migratorias impuestas por la administración Trump han tenido un impacto devastador en los ciudadanos de Myanmar, afectando de manera desproporcionada a los refugiados y estudiantes. Muchos de ellos, que llevan años esperando en campos de refugiados, ven ahora cómo se rompen sus sueños de una vida mejor en Estados Unidos, mientras que las nuevas políticas corren el riesgo de sentar un peligroso precedente a nivel mundial.
Acepta la invitación de los países de la ASEAN, pero el gobierno en la sombra de la oposición denuncia que al menos 300 civiles han muerto desde el terremoto hasta la fecha. Mientras tanto, en la región de Mandalay, el régimen de los generales está movilizando nuevas tropas alrededor de algunos gasoductos chinos conquistados por los rebeldes. Preocupación por las nuevas inundaciones en los campos de refugiados debido a la temporada de monzones.
En los últimos días el ejército golpista de Myanmar ha atacado el "Bangkok IDP Camp" en la frontera entre los Estados de Shan y Kayah. En el último año las bombas han destruido escuelas y varias viviendas, como parte de una estrategia deliberada de violencia para debilitar la resistencia al régimen.
En Rakhine, el Arakan Army —además de la junta militar— recluta por la fuerza a hombres y mujeres, lo que agrava el conflicto civil y la crisis humanitaria. Por otro lado, cuando huyen al extranjero los rohingya se enfrentan a continuos abusos: el gobierno indio es acusado de rechazos ilegales en el mar y detenciones arbitrarias, lo que alimenta un creciente estigma contra los refugiados musulmanes.
La declaración que se firmó en la cumbre de la ASEAN, a propuesta del presidente pro tempore Anwar Ibrahim, plantea una serie de objetivos para 2045 con el propósito de fortalecer el papel del organismo regional. Nuevo llamado a Myanmar para que prorrogue un alto el fuego que dé paso a un verdadero diálogo entre las partes. Se solicitó una reunión con Trump para tratar el tema de los aranceles. Pero también avanza la cooperación trilateral con Beijing y los Países del Golfo.
El Gobierno de Unidad Nacional en el exilio denunció la ejecución sumaria de miembros de los equipos de protección local que llevó a cabo un batallón de los Assam Rifles en el Estado nororiental de Manipur, sacudido por la violencia étnica desde hace dos años. Mientras Delhi habla de "militantes armados" y reivindica la incautación de un arsenal de armas, la resistencia birmana pide una investigación y que se suspenda la construcción de muros en la frontera indo-birmana.