El resurgimiento del conflicto no solo se debe a la disputa fronteriza: a lo largo de la frontera operan decenas de centros de estafas en línea (scam centers), complejos gestionados por redes criminales vinculadas a las élites camboyanas. Bangkok los considera objetivos militares estratégicos y al mismo tiempo utiliza la guerra para fortalecer el frente nacionalista de cara a las elecciones. La oposición tailandesa del People's Party ha pedido que se vuelva a la diplomacia.
En la audiencia general en la Plaza de San Pedro, el Papa hizo un llamamiento a los dos países del Sudeste Asiático, nuevamente sumidos en el conflicto. En la catequesis semanal, reflexionó sobre la muerte y su "valor pedagógico" más allá de las censuras de nuestro tiempo. Advirtió también sobre el transhumanismo que teoriza la prolongación de la vida mediante la tecnología: "¿La ciencia puede garantizarnos que una vida sin muerte también sería una vida feliz?".
El conflicto entre Tailandia y Camboya se ha reanudado con nuevos ataques aéreos y cientos de miles de desplazados en ambos lados de la frontera. Detrás de la crisis militar crecen las tensiones políticas internas tailandesas: el gobierno de Anutin Charnvirakul, en dificultades y al borde de la disolución del Parlamento, está explotando la retórica nacionalista para fortalecer el consenso. Mientras tanto, precisamente en los últimos días Camboya se ha acercado militarmente a Vietnam.
Pocos días después de firmar el acuerdo con Tailandia para enfriar el conflicto (que de ninguna manera ha terminado) por la frontera en disputa, la administración estadounidense revocó la medida adoptada en 2021 por Biden. La medida está directamente relacionada con el enfrentamiento con China por la base de Ream, pero también con la cuestión de los derechos humanos en Camboya (que desde entonces ha sufrido nuevos retrocesos).
En su intervención en la cumbre, el primer ministro chino Li Qiang llamó a “cerrar filas” frente a los desafíos globales, en primer lugar el comercial con Estados Unidos. Para el Sudeste Asiático es fundamental mantener abiertos los mercados y evitar verse envuelto en un duelo comercial entre superpotencias. Se ha actualizado el acuerdo de libre comercio Asean-China; el próximo año la presidencia pasa a Filipinas.
Desde ayer, Dili se ha convertido oficialmente en el undécimo país miembro del bloque de naciones del sudeste asiático. El final de un proceso que ha durado 14 años se ha celebrado con una ceremonia de gran carácter simbólico a la que han asistido todos los líderes regionales. El primer ministro Rala Xanana Gusmao ha sido el último en firmar. Quedan por delante los retos y las responsabilidades que conlleva la inclusión.