A las dos de la madrugada se produjo un ataque aéreo desde el Mediterráneo, al oeste de Latakia, contra el segundo aeropuerto de Siria. Es un centro clave para la distribución de productos de primera necesidad a la población afectada por el terremoto del 6 de febrero, que ha dejado un saldo de 6.000 muertos y más de 500.000 personas sin hogar. Damasco habla de "misiles enemigos"; sin comentarios de Israel.
Otras noticias del día: la Guardia Costera de Filipinas avistó más de 40 embarcaciones de Beijing en un área en disputa del Mar de China Meridional; la policía paquistaní emitió órdenes de arresto contra el ex primer ministro Imran Khan; el emir de Qatar está "perplejo" por los retrasos en la ayuda a Siria después del terremoto; aumenta en Laos la venta ilegal del pangolín.
Mañana se celebrará la ordenación episcopal y la toma de posesión del arzobispo de los católicos sirios. Una zona que lleva años sin pastor ni sacerdotes permanentes, pero que supo mantenerse viva como comunidad. Fue secuestrado por el Isis y compartió el cautiverio con decenas de fieles durante meses. La "renovación de la formación teológica y bíblica" de los sacerdotes.
Nabil Antaki, médico de Alepo, critica las sanciones occidentales que determinaron una respuesta "diferente" para Siria y Turquía ante la emergencia. La gente "está desesperada", los desplazados necesitan un techo. En las primeras etapas faltaron máquinas y equipos que hubieran salvado vidas. Una "vergüenza" para Europa y Estados Unidos.
El vicario de Anatolia visitó el que puede considerarse el centro más afectado por el terremoto del pasado 6 de febrero. Empiezan a aparecer los primeros casos de cólera y el riesgo de "infecciones sanitarias" es muy elevado. La gente huye y al mismo tiempo disminuye la atención de la opinión pública. Terremoto y muerte de migrantes en el mar, como ocurrió ayer frente a las costas de Italia, son problemas relacionados y es indispensable una "visión de conjunto".
El pedido durante un encuentro en el Vaticano con algunos jóvenes sacerdotes y monjes de las Iglesias ortodoxas orientales. El relato de monseñor Claudio Gugerotti, que llevó a Alepo la cercanía de Francisco para las víctimas del terremoto: "Tantos ancianos solos y privados de lo necesario. Enormes dificultades de abastecimiento en la provincia de Idlib. Cuando termine la emergencia, reconstruir un futuro para todos".