18/08/2020, 10.39
IRAK
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Mons. Yaldo: Iglesia y gobierno, a favor del retorno de los cristianos a Irak

Ciudadanía, la situación en la Llanura de Nínive y los cristianos azotados por las explosiones en el Líbano: fueron los temas centrales del encuentro entre el primer ministro y el patriarca caldeo. Para el obispo auxiliar de Bagdad, las prioridades son el trabajo y la reconstrucción de las viviendas. El llamado a escuchar la voz de los jóvenes que se manifiestan en las plazas. El afecto de Al-Kazemi por papa Francisco.

Bagdad (AsiaNews) - El retorno de los cristianos a Irak, ofrecer ayuda para la repatriación de cuantos emigraron al Líbano y que también fueron azotados por el trágico accidente del 4 de agosto, la ciudadanía como fundamento de la convivencia y la emergencia desatada por el nuevo coronavirus. Son estas las prioridades que surgieron en el reciente encuentro entre el patriarca caldeo, el card. Louis Raphael Sako, y el primer ministro Mustafa Al-Kazemi, tal como comenta a AsiaNews mons. Basilio Yaldo, obispo auxiliar de Bagdad y estrecho colaborador del purpurado. “Fue un encuentro bello y cordial  - confirma el prelado - con una persona que conocemos desde hace mucho tiempo, desde la época en que estaba a cargo de los servicios secretos, y que ya nos ha recibido en más de una ocasión”. 

“Luego de saludarnos - cuenta Mons. Yaldo - el primer ministro expresó gran satisfacción por este encuentro que es fuente de aliento y apoyo, ya que surge del responsable de la Iglesia católica, y es un incentivo para continuar trabajando”. El primer ministro “ha pedido que hagamos llegar sus saludos a papa Francisco y, al hablar del pontífice, ha exaltado su sencillez, humildad y carisma… él siente un gran afecto por el Papa”. 

Ahondando en los detalles del encuentro entre el card. Sako y el primer ministro Al-Kazemi, el auxiliar de Bagdad resalta que “hablamos del retorno de los cristianos caldeos del Líbano y de todos los iraquíes en general”. Ellos, al igual que toda la población, también han sido azotados por esta doble explosión que ha destrozado parte de la capital. Y es tarea de las autoridades iraquíes “ayudar a todos los que quieran regresar a su patria. Nosotros, como Iglesia, junto al gobierno, también queremos colaborar y favorecer el regreso de estas personas, que reviste mayor urgencia luego de este desastre”. 

Además de centrarse en los iraquíes de la diáspora,  el pensamiento y las preocupaciones de las autoridades de la Iglesia caldea también se dirigen “a los cristianos en Irak: para mantener la comunidad y nuestra fe vivas - explica el prelado - es necesario garantizar respuestas respecto a la reconstrucción de las viviendas y del trabajo, sobre todo para los jóvenes.  Muchos han terminado sus estudios pero están sin trabajo. El gobierno debe hacer más por ellos. Le pedimos al premier y a sus colaboradores que la voz de los manifestantes que protestan sea escuchada”.  

Desde el primero de octubre, la nación ha devenido escenario de una vasto movimiento de protesta contra el gobierno y las autoridades. Las manifestaciones, reprimidas enérgicamente por la policía, culminaron con la dimisión del premier Adel Abdul Mahdi, pero los manifestantes - sin distinciones de etnia, confesión ni religión - apuntan a la caída de toda la clase política. La situación se volvió más tensa a fines de noviembre, luego del doble asalto al consulado iraní en Najaf, que culminó con más de 450 muertos y 20.000 heridos. 

Protestas, economía, desocupación y emergencia por coronavirus, “que representa el reto más importante para el país, hoy”, como confirma mons. Yaldo, figuran entre los numerosos temas por resolver. “En materia de economía - explica el prelado - es fundamental garantizar un espacio a los empresarios y a los hombres de negocios iraquíes que tienen fortuna en el exterior. Hay que incentivarlos a invertir en su país, a volver y a contribuir a su desarrollo y a su riqueza. Por eso hemos pedido al gobierno que haga un llamamiento a la personas de la diáspora y que hagan esfuerzos para que vuelvan”. 

Por último, el patriarca Sako y el primer ministro abordaron la cuestión de los cristianos que se encuentran en la Llanura de Nínive y que huyeron en el verano del 2014, luego del ascenso del Estado Islámico (EI, ex ISIS). Conversaron sobre los proyectos necesarios para garantizar el regreso de estas personas en condiciones seguras. “Con este gobierno - cuenta mons. Yaldo - tenemos más esperanza, porque hay pruebas de buena voluntad, aún cuando el contexto siga siendo difícil. Él dijo que su intención es tener un rol pacificador y promover proyectos de convivencia en un marco seguro, incluso en las áreas más controvertidas”. Para hacer esto, concluye, es necesario “recuperar la ciudadanía como fundamento para la convivencia. Es un tema que preocupa particularmente al patriarca caldeo y el primer ministro manifestó su deseo de apoyarlo, porque somos todos iraquíes. Como símbolo de unidad, nuestra propuesta fue tocar el himno nacional en cada evento, convenio o iniciativa a nivel estatal”. 

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