Tregua entre Delhi e Islamabad: llamamientos a una reconciliación duradera
Mientras los gobiernos de Delhi e Islamabad reivindican cada uno la victoria tras el alto el fuego en Cachemira, sobre el terreno la tregua trae alivio a una población exhausta. El odio que alimentan los extremistas en las redes sociales y la tensión política siguen siendo un obstáculo para el diálogo. Los obispos de ambos lados de la frontera han llamado a construir un futuro de paz para el desarrollo común.
Nueva Delhi/Islamabad (AsiaNews) - Tanto la India como Pakistán han declarado la victoria cuando se anunció el alto el fuego a fin de restablecer la normalidad en la región de Cachemira tras cuatro días de enfrentamientos. En las televisiones indias se transmitió el mensaje "Pakistán se rinde", mientras que el gobierno pakistaní elogió al ejército por haber llevado a cabo una nueva hazaña en la "historia militar" del país, reiterando una vez más la superioridad que ha demostrado su aviación en combate. "En pocas horas nuestros aviones silenciaron las armas de la India de una manera que la historia no olvidará pronto", subrayó el primer ministro Shehbaz Sharif, en referencia a la noticia - que nunca fue confirmada por Delhi - según la cual habrían derribado cinco aviones de combate de las fuerzas armadas de la India.
Como reveló la CNN, fue precisamente el gobierno indio el que pidió la intervención de los Estados Unidos para poner fin a las hostilidades. Es probable que el primer ministro indio Narendra Modi - como muchos observadores internacionales - no esperara una respuesta tan decidida por parte de la aviación de Islamabad, apoyada por Beijing, y por lo tanto se encontró en dificultades para declarar el fin de las hostilidades sin poder mostrar una victoria de algún tipo para contentar a su base de partidarios, compuesta en su mayoría por extremistas hindúes. El subsecretario de Relaciones Exteriores de la India, Vikram Misri, se vio obligado a cerrar su perfil en X después de anunciar el alto el fuego, porque su cuenta fue atacada por cuentas de la extrema derecha que lo acusaron de ser un "traidor" por no haber continuado la guerra. Ningún miembro del gobierno condenó la obra de lo que se denominó "trolling" ni expresó su solidaridad con Misri.
En Cachemira, en cambio, la noticia del fin de los combates fue recibida con alivio. Mons. Ivan Pereira, obispo de la diócesis de Jammu-Srinagar, declaró a AsiaNews: "Estábamos en el corazón y en la mente del Papa León XIV en el primer Regina Coeli, y esto nos ha dado ánimo, alegría y esperanza".
"Hemos recibido con satisfacción la noticia del alto el fuego y rezamos para que se respete", añadió el prelado. "El domingo celebramos misas en todas las iglesias, aunque participó poca gente. Se rezó de manera especial por la paz y por el Papa León XIV". Mons. Pereira difundió también una declaración en la que invita a la población a acoger a los desplazados provenientes de la zona fronteriza donde se produjeron los enfrentamientos entre los dos ejércitos en los días pasados. "Muchas casas en la zona fronteriza han sido dañadas por los bombardeos de uno y otro lado de la frontera, y hemos acogido a la gente en nuestras escuelas e instituciones y también en las casas", explicó el obispo.
Los mismos sentimientos son compartidos del otro lado de la frontera: "El anuncio de un alto el fuego entre la India y Pakistán trae consigo gratas noticias de paz y esperanza, y se debería aprovechar este momento como una oportunidad para construir una estabilidad duradera en la región", declaró el arzobispo de Islamabad-Rawalpindi, Mons. Joseph Arshad. "Este alto el fuego también sirve para recordar el poder de la diplomacia sobre el conflicto. Es fundamental que ambos países sigan manteniendo conversaciones significativas para abordar cuestiones de larga data y buscar soluciones duraderas que prioricen el bienestar y la seguridad de sus pueblos. Un futuro de paz para la región del sur de Asia comienza con la cooperación, el diálogo, el respeto mutuo y el compromiso con la paz". La sociedad civil se ha unido al llamamiento del prelado.
Samson Salamat, presidente de la organización Rwadari Tehreek, afirmó que "la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos y otras partes, puede desempeñar un papel de facilitador promoviendo las conversaciones de paz. La vieja disputa sobre Cachemira se debe abordar mediante una solución pacífica y negociada. Se debería mantenerl Tratado de las aguas del Indo, un pacto fundamental para el reparto del agua, y se deberían organizar conversaciones para garantizar su efectiva aplicación, después de que la India ha suspendido el tratado".
Kashif Aslam, activista por los derechos humanos, reiteró preocupaciones similares por el futuro de los dos países: "Tanto la India como Pakistán están afrontando desafíos económicos significativos, con millones de personas que viven por debajo del umbral de pobreza y muchas otras que tienen dificultad para cubrir los gastos básicos. Mientras una de las partes expresa preocupaciones por el agua y la otra habla de represalias, estos enfoques descuidan cuestiones más amplias y urgentes como el cambio climático, que afecta a ambos países por igual. Es alentador que, a veces, la razón y la sensatez prevalezcan. Dada la historia, la geografía y los desafíos comunes, la paz entre la India y Pakistán no es solo deseable sino esencial. Como vecinos, ambos países deben dar prioridad al diálogo y a la cooperación, porque la paz es el único camino sostenible para el bienestar de sus pueblos y para la estabilidad de toda la región".
23/06/2021 14:54