26/10/2015, 00.00
TAIWAN-CHINA
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Padre John Rao: Mi Iglesia de Taiwan, los pobres y China

de Xin Yage
Gracias al llamado "efecto Francisco", en la isla crece la estima por la Iglesia Católica, y hay catecúmenos. La vida de la parroquia está signada por el testimonio de los laicos. Los jóvenes de Taiwan pasan uno o dos meses en China, para colaborar con los católicos del continente. La voz oficial de la Iglesia en las cuestiones sociales sigue siendo débil.

Taipei (AsiaNews) - El Padre John Rao (饒志成神父) trabaja en Taiwan hace casi 40 años. Luego de 10 años de formación en Europa, tuvo una larga experiencia pastoral en distintas parroquias de la isla, estuvo cinco años como superior en el seminario mayor de Taipei, y ahora es superior de la comunidad religiosa en la que vive. Conocido por todos los fieles católicos, su testimonio tiene un peso especial dentro de la Iglesia taiwanesa. Esto es cuanto nos ha dicho a propósito de la vida en la parroquia, del compromiso de los laicos y de la misión de lo católicos taiwaneses en China Popular. 


¿Cuáles son las cosas más importantes para ser un buen párroco en Taiwan? 

En mi larga experiencia pastoral, la cosa más importante es que la parroquia debe tener una visión universal, en el sentido de que el párroco no puede considerar solamente su propia parroquia o su propia ciudad. Con una visión más amplia, el párroco puede ofrecer a los fieles la posibilidad de comprender que la vocación cristiana no es algo cerrado y egoísta, privado, sino que es universal, en el sentido de que es para todos. En segundo lugar, el párroco debe, también, llevar adelante su propia espiritualidad, por ejemplo, si es una parroquia guiada por los salesianos, los jesuitas o los saverianos, estas espiritualidades debieran advertirse como un enriquecimiento dentro de la comunidad, y no como una limitación. Si, por ejemplo. hay una tradición ignaciana [jesuita-ndr] en una parroquia, es importante que esto sea visto desde afuera como algo especial. Que cuando los fieles de la parroquia se encuentran con quien está fuera, se puedan reconocer en esta espiritualidad particular.

Vinculado a esto, está un tercer punto, que es el de la formación: el párroco debe saber colaborar y ofrecer la mejor formación posible. Nosotros, por ejemplo, hemos tenido las "cinco semanas de formación" y las "ocho semanas de formación" destinadas a ayudar a los cristianos a rezar. Es un ciclo formativo tomado de la experiencia norteamericana. Fue el Padre Michael Lynch quien lo trajo hasta nosotros: ha buscado simplificar el camino de los ejercicios espirituales, adaptándolos al ritmo de los fieles de la parroquia con cinco semanas de simple oración cotidiana con el método ignaciano, en una modalidad muy simple. Comenzamos con un pequeño grupo de 30 personas, quienes han estado muy entusiastas, y quienes luego prosiguieron con la experiencia de las "ocho semanas" durante la Cuaresma. La cosa se amplió, y ahora en Tiapei hay 20 grupos que se sumergen en esta experiencia, incluso en las parroquias que son salesianas o que están guiadas por sacerdotes dicoesanos. Luego están los nuevos textos catequísticos, como el YouCat traducido y adaptado al contexto taiwanés, que ayudan mucho a inculturar la propuesta de fe de un modo muy práctico.


¿Cuánto crece el compromiso de los laicos?

La colaboración con los laicos es una cosa muy importante, porque se necesita brindarles confianza y un poder real en la evangelización. Es necesario ayudarlos a tener sólidas bases espirituales y a sentir la responsabilidad de la misión. Quienes pertenecen al consejo parroquial y a la comunidad ya formada, son llamados a acompañar a los recién llegados, porque es importantísimo que haya una atmósfera de bienvenida para todos los recién llegados, evitando que se sientan aislados. Para quien es responsable de este acompañamiento, esto representa un sacrificio, porque requiere de un serio compromiso semanal, pero se trata de una misión de gran responsabilidad. Esto tiene que ver con el acompañamiento a los catecúmenos, pero aún más, con los grupos de pertenencia permanente: quien termina el camino del catecumenado debe tener, inmediatamente a continuación, la posibilidad de pertenecer a un grupo con quien compartir la vida, de otro modo pierde el espíritu inicial. Y los recién llegados dan un gran entusiasmo a quien está presente desde hace tiempo. No hay que caer en el error de abandonar al catecúmeno luego del bautismo, de dejar que cada uno vaya por su propio camino.


¿Cuáles son los límites de la Iglesia de Taiwan?

Sobre todo a nivel de presencia oficial, en las cuestiones sociales. Si en cuanto a la proveniencia ideológica, en Taipei hay una mayoría “azul” (ligada al partido nacionalista del KMT, actualmente en el gobierno), La Iglesia católica en Taiwan no ha tenido, sin embargo, un sentido social profundo. Quizás porque la formación cristiana no ayudó a los cristianos a tener una actitud oficial abierta a los problemas sociales. Una cosa que inmediatamente aparece como evidente, es que la Iglesia católica no tiene voz en la sociedad. Jamás. Incluso cuando vivía el Card. Shan Kuo-hsi (單國璽), fue hecho cardenal, pero nunca estuvo la sensibilidad social de estar presente en los debates, como, por el contrario, sí ocurre en Corea. La Iglesia coreana, con el cardenal Kim, siempre intentaba ayudar a los necesitados o estar en primer fila en defensa de quienes eran perseguidos. Él estaba junto a esta gente y protestaba contra el gobierno, por ejemplo, en la manifestación pública frente a la catedral. Y el gobierno cambiaba de actitud frente a semejantes protestas. Esto, en Taiwan, jamás sucedió, jamás se ha visto a un obispo o a un sacerdote protestar abiertamente: el único ha sido el Padre José Ellacuría (古尚潔神父) - hermano del mártir jesuita de El Salvador, Ignacio Ellacuría, y también él jesuita - quien frecuentemente ha adherido a las protestas contra el gobierno llevadas a cabo por los trabajadores, mientras estuvo en vigencia la ley marcial. Y fue expulsado de Taiwan, y se le negó desde entonces la visa de entrada al país. .

 

¿Hay cambios en los últimos años?

En estos últimos años hay muchos emigrantes y trabajadores migrantes católicos que vienen del extranjero, y la atmósfera cambió también dentro de la Iglesia, donde también los curas son siempre extranjeros, pero no existe todavía una voz definida entre ellos. Por lo tanto, el hecho de que no haya una voz fuerte en los medios no significa que la comunidad cristiana no se comprometa con los pobres y los débiles. En este sentido, el compromiso de los grupos y de los individuos laicos es muy sensible y presente. En cambio, la voz oficial, la Conferencia Episcopal, casi no existe. Esto es mi deseo, es más, muchos lo dicen, pero depende mucho de los obispos. Todos los actuales obispos crecieron en Taiwán, pero falta una voz social fuerte en defensa de la justicia. No podemos siempre y solamente alinearnos al gobierno.

 

¿Contactos con el Continente?

Hay un modo fuerte de ocuparse y cuidar a la Iglesia de China. No de la Iglesia en manera oficial,  sino de los fieles, sobre todo jóvenes, que van al continente también por un mes entero cada año, sin ser pagados por ello, para ayudar en las actividades pastorales, en la formación parroquial en diversas zonas de China. Estas personas tienen realmente un sentido misionero que a veces llega a ser heroico. Hay siempre más de cien o doscientos jóvenes que se agregan para seguir la propuesta de formación. Los párrocos del lugar están contentísimos, nos invitan siempre. Por lo tanto, son los protagonistas de esta misión pastoral y catequética. Yo iba casi dos veces por año para formar en la oración a los sacerdotes y a los obispos. Como se sabe, la situación es muy delicada, porque no podemos hacer la pastoral en forma directa, pero siempre hay una manera de trabajar que substancialmente es bienvenida incluso por las autoridades gubernamentales, porque tiene un valor social.

 

¿Por qué la gente se acerca a la comunidad cristiana?

Ante todo, buscan el sentido de la vida. En el grupo de catequesis hay personas que buscan respuestas tanton en el budismo, como en las comunidades protestantes, y luego vienen aquí a la parroquia católica, y a ellos les gusta un nivel más racional y no sólo sentimental. Y están contentos en este tipo de ambiente. La propuesta católica aparece distinta, en el sentido de que es abierta, no tan estrecha como algunas propuestas integralistas. Además, el rol de la razón para la confesión católica es muy importante y éste es un punto más. En concreto, en estos últimos años existe el efecto “Papa Francisco”. Él encarna para muchos lo que debe ser la Iglesia, muy cercana a la gente normal. Su ejemplo es realmente tocante e influyente.

 

¿Qué sugiere a quien quiere ser párroco?

Estar con los cristianos es la parte más importante. Debes ser un líder estando con ellos, como nos enseña el Papa Francisco. Estar cerca de ellos, la Iglesia no es tuya, se va adelante juntos.

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