08/03/2015, 00.00
VATICANO
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Papa: En cuaresma construyamos a Dios un templo en nuestra vida, permitiéndole que "haga limpieza". El saludo a las mujeres.

En el Angelus el Papa Francisco pide que hagamos de nustra existencia "un signo de su amor para nuestros hermanos, especialmente para lo más débiles y los más pobres". Limpiarnos de las "actitudes de avidez, celos, mundanidad, envidia, odio, de aquella costumbre de hablar mal de los otros". Un agradecimiento a las mujeres: allí donde son emarginadas, "el mundo es estéril". Estar cerca de las personas que viven momentos de dificultad.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- El tiempo de Cuaresma es un período en el cual "nosotros construimos a Dios un templo en nuestra vida", pero es necesario preguntarse "¿Le permitimos hacer "limpieza" en nuestro corazón y echar a los ídolos...que quizás se instalaron?". Es cuánto el Papa Francisco dijo a los peregrinos reunidos en la plaza de S. Pedro para  el Angelus de hoy. Desúés de la plegaria mariana el pontífice saludó también a todas las mujeres, en ocasión de la Fiesta de ellas, hoy 8 de marzo.

El Papa ante todo, comentó el Evangelio del tercer domingo de Cuaresma (Jn.2,13-25), en el cual se narra  cuando Jesús echa a los vendedores del Templo y se da el primer anuncio de la muerte y resurrección del Señor ("Destruyan este templo y en tres días yo lo reconstruiré"(v.19).

"Este gesto de Jesús- explicó- y su mensaje profético se los entiende plenamente a la luz de la Pascua...su cuerpo, destruido en la cruz por la violencia del pecado, se convertirá en la Resurrección el lugar del encuentro universal entre Dios y los hombres. Por esto su humanidad es un verdadero templo, donde Dios se revela, habla, se hace encontrar; y los verdaderos adoradores de Dios no son los custodios del Templo material, los que tienen el poder y del saber religioso, sino aquellos que adoran a Dios "en espíritu y verdad" (Jn 4,23).

"En este Templo de Cuaresma- agregó- nos estamos preparando a la celebración de la Pascua, cuando renovaremos las promesas de nuestro Bautismo. Caminemos en el mundo como Jesús y hagamos de toda nuestra existencia un signo de su amor por nuestros hermanos, especialmente por los más débiles y los más pobres, nosotros construimos a Dios un templo en nuestra vida. Y así lo hacemos "encontrable" para tantas personas que encontramos en nuestro camino".

Entonces apartándose del texto preparado, dijo: "Pero - nos preguntamos y cada uno de nosotros pregúntese - el Señor se siente como en casa en mi vida? La aventura de hacer 'limpieza' en mi corazón y echar fuera a los ídolos (es decir, esas actitudes de la codicia, los celos, la mundanalidad, la envidia, el odio, que el hábito de conversar y despellejar a los otros? Todas esas actitudes en contra de Dios y al prójimo? Todo el mundo pregúntese esto en su corazón)".

  "Padre, pero tengo miedo! No tengas miedo, Jesús hace la limpieza con la misericordia y la ternura. Deje que Cristo venga a limpiar. El látigo de Jesús es su misericordia. Abramos la puerta a que lo haga un poco de ¿limpieza'",

"Cada Eucaristía - concluyó - que celebramos con fe nos hace crecer como templo vivo del Señor, gracias a la comunión con su Cuerpo crucificado y resucitado. Jesús sabe lo que hay en cada uno de nosotros, y sabe incluso nuestro más ardiente deseo: ser habitado por Él, sólo por Él. Que venga a nuestras vidas, a nuestras familias y en nuestros corazones, María Santísima, morada privilegiada del Hijo de Dios, acompañe y nos sostenga en nuestro camino cuaresmal, para que podamos redescubrir la belleza del encuentro con Cristo, que nos libera y nos salva".

 Después de la oración del Ángelus, Francisco saludó a todas las mujeres, en la fiesta del 8 de marzo. "Hoy, 08 de marzo - dijo -. Un saludo a todas las mujeres [aplausos de la muchedumbre] las mujeres que a diario tratan de construir un mundo más humano y amable. Y un gracias fraterno a aquellas que de mil maneras testimonian el Evangelio y laboran en la Iglesia. Es esta una oportunidad para nosotros de reafirmar la importancia de las mujeres y la necesidad de su presencia en la vida. Un mundo donde las mujeres son marginadas, es un mundo estéril. Las mujeres no sólo dar vida sino que nos permiten ver más allá...".

 El pontífice también dirigió otra invitación cuaresmal: "Durante la Cuaresma, tratamos de estar más cerca de las personas que están pasando por momentos difíciles: acerquémonos con el afecto, la oración y la solidardaridad..

 

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