31/01/2019, 13.51
VATICANO
Enviar a un amigo

Papa: los sacerdotes sean alegres como don Bosco

En el día dedicado al fundador de los salesianos, Francisco dijo que los curas deben mirar “con ojos de hombre y con los ojos de Dios”. Él no fue sólo con el Catecismo y el Crucifijo; ‘hagan esto…’”. No. “Los hizo jugar, los formó en grupos, como hermanos… anduvo, caminando con ellos, sintió con ellos, vio con ellos, lloró con ellos y los llevó adelante, así”.

 

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Los sacerdotes sean alegres y miren “con ojos de hombre y con los ojos de Dios”, como hizo san Juan Bosco. Lo dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa celebrada esta mañana en la casa S. Marta, en el día dedicado al santo fundador de los salesianos.

Francisco ante todo recordó que el día de la ordenación de don Bosco, la mamá, una mujer humilde, campesina, ‘que no había estudiado en la facultad de teología”, él dijo: ‘Hoy comenzarás a sufrir’. Ciertamente quería subrayar una realidad pero también atraer la atención porque si el hijo hubiese creído que no había sufrimiento, quería decir que algo no iba bien. ‘Es un profecía de una mamá’, una mujer simple pero con el corazón lleno de del espíritu. Por lo tanto para un sacerdote el sufrimiento es una señal que la cosa va bien pero no porque ‘sea faquir’ sino por aquello que hizo don Bosco que tuvo el coraje de mirar la realidad con los ojos de hombre y con los ojos de Dios. ‘Él- subrayó el Papa Francisco- vio en aquella época masónica, de come curas”, de ‘una aristocracia cerrada, donde los pobres eran realmente los pobres, el descarte, él vió en las calles a aquellos jóvenes y dijo. ´¡No puede ser!’”.

“Ha mirado con los ojos de hombre, un hombre que es hermano y papá también, y dijo: ‘Pero no, ¡esto no puede ir así’! Esto jóvenes quizás terminarán en lo de don Cafasso, en la horca… no, no puede seguir así’, y se conmovió como hombre y como hombre comenzó a pensar caminos nuevos para hacer crecer a los jóvenes, para hacer madurar a los jóvenes. Caminos humanos. Y luego tuvo la valentía de mirar con los ojos de Dios e ir a lo de Dios y decir: ‘Pero, hazme ver esto… esto es una injusticia… que se hace delante de esto...Tú creaste a esta gente para una plenitud y ellos son una verdadera tragedia…’. Y así, mirando la realidad con amor de padre- padre y maestro, dice la liturgia de hoy- y mirando a Dios con los ojos de un mendigo que pide algo de luz, comienza a caminar”.

Don José Cafasso de hecho confortaba a los encarcelados en la Torino del ochocientos y a menudo acompañaba hasta al patíbulo a los condenados a muerte. Fue un gran amigo de san Juan Bosco.

El sacerdote debe tener “estas dos polaridades”: “mirar la realidad con los ojos de hombre” y “con los ojos de Dios”. Y esto significa pasar “tanto tiempo delante del tabernáculo”. “El mirar así le hizo ver el camino, porque él no fue solamente con el Catecismo y el Crucifijo, ‘hagan esto…’...Los jóvenes le habrían dicho: ‘Buenas noches, nos vemos mañana’. No, no: él se acercó a ellos, con la vivacidad de ellos, sintió con ellos, vio con ellos, lloró con ellos y los llevó adelante, así. El sacerdote que mira humanamente a la gente, que siempre está a la mano”.

El Papa subrayó también que los sacerdotes no deben ser funcionarios o empleados que reciben “de 15 a 17.30”. “Tenemos tantos funcionarios. Pero, el cura no es un funcionario, no puede serlo”. Mirando con ojos de hombre “llegará a tí aquel sentimiento, aquella sabiduría de entender que son tus hijos, tus hermanos. Y luego, tener la valentía de ir a luchar allí: el sacerdote es uno que lucha con Dios”.

El Papa sabe que “siempre existe el riesgo de mirar demasiado lo humano y nada de lo divino, o demasiado lo divino y nada de lo humano, pero “si no arriesgamos, en la vida no haremos nada”. Un papá ciertamente se arriesga por el hijo, un hermanos se arriesga por un hermano cuando hay amor. Esto ciertamente comporta sufrimiento, comienzan las persecuciones, el chusmerío: “este cura está allí, en la calle” con estos jóvenes maleducados que con el balón “me rompen los vidrios de la ventana”.

Luego el Papa agradeció a Dios por “habernos dado” a san Juan Bosco que desde niño inició a trabajar, sabía que era ganarse el pan de cada día y había entendido lo que era la piedad, “cual era la verdadera verdad”. “Y ¿cuál es la señal de que un cura va bien, mirando la realidad con los ojos de hombre y con los ojos de Dios? La alegría. La alegría. Cuando un cura no encuentra alegría adentro de sí, se detenga inmediatamente y se pregunte el por qué. Y la alegría de don Bosco es conocida: es el maestro de la alegría, ¿eh? Porque él alegraba a los otros y se alegraba él mismo. Y él mismo sufría. Pidamos al Señor, por intercesión de don Bosco, hoy, la gracia que nuestros curas sean alegres: alegres porque tienen el verdadero sentido de mirar las cosas de la pastoral, al pueblo de Dios con los ojos de hombre y con ojos de Dios”.  

 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
​Obispo de Bangalore: En Navidad compartamos la alegría de Dios con aquellos que nos hacen el mal
23/12/2015
Kanchan Kumari Sao: Quiero ser una empresaria de mí misma, contra los matrimonios infantiles
05/10/2017 13:51
Papa: el salesiano, un educador que abraza las fragilidades de los jóvenes marginados
11/01/2019 14:54
Papa: El hombre nos es dueño del tiempo, que pertenece a Dios
26/11/2013
Calcuta inaugura el Mes misionero extraordinario en un Instituto de Don Bosco (Video)
08/10/2019 11:24


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”