16/11/2016, 18.41
CHINA
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Pena de muerte para Jia Jinglong: mató al secretario del partido, que le había demolido la casa

de Wang Zhicheng

La sentencia fue llevada a cabo ayer. Durante dos años, Jia solicitó un resarcimiento por el hecho, sin recibir ninguna respuesta. La demolición fue hecha bajo amenazas. Expertos en derecho de la universidad de Beijing: la corte siempre es más clemente cuando se trata de condenar a los miembros del Partido. El caso de Gu Kailai, la mujer de Bo Xilai, salvada de la condena a muerte, a pesar de haber matado. 

Beijing (AsiaNews/Agencias) – En la mañana de ayer fue ejecutada la condena a muerte de un hombre chino oriundo de Hebei, hallado culpable de haber matado al jefe de su pueblo, que había dado la orden de demoler su casa. En los medios sociales se debate sobre las dos varas y las dos medidas que los tribunales chinos usan en relación a sus ciudadanos.

En mayo de 2013, Jia Jinglong, de 30 años de edad, estaba  a punto de casarse. Quince días antes del matrimonio, el jefe de su pueblo, que se había puesto de acuerdo con una empresa constructora, hizo demoler la casa de Jia; un grupo de vándalos, pagados por la empresa, golpeó e hirió a Jia y a su hermano, cuando ellos trataron de detener a las topadoras.   

En realidad, la firma para autorizar la demolición fue colocada por el padre de Jian, quien luego declaró que había sido constreñido a firmar la misma bajo las amenazas del jefe del pueblo: si se negaba, él no apoyaría el pedido de pensión para la abuela de Jia.

Dos años después de lo ocurrido y con la vida destrozada (la muchacha de Jia ya no quiso casarse con él), el hombre se vengó, y con una pistola disparó y mató al jefe del pueblo, quien a la vez se desempeñaba como secretario local del Partido.

Un tribunal de Hebei lo condenó a muerte en mayo de 2015, y tras ser apelada, la sentencia fue ratificada en noviembre pasado. En la mañana de ayer, sus familiares pudieron reunirse con el joven antes de que le aplicaran la inyección letal.

Los casos de demolición forzada en nombre del desarrollo edilicio son muy comunes en China. Lo mismo ocurre con los nulos o míseros resarcimientos que se obtienen, que al ser demasiado bajos, no permiten adquirir una nueva vivienda.

Este caso en particular atrajo la atención de varios abogados y estudiosos del derecho, que han escrito una carta abierta dirigida al juez de la Corte suprema, Zhou Qiang. Entre los expertos figuran Zhang Qianfan y He Weifang, de la universidad de Beijing.

 

Ellos resaltan que Jia fue víctima de una demolición forzada ilegal, y que fue sujeto de intimidaciones ilegales. Pero sobre todo, se cuestiona la pena de muerte aplicada a Jia, cuando en el pasado, por casos mucho más graves, la corte supo ser más clemente, quizás porque se trataba de miembros del gobierno, que eran corruptos.

Entre los abogados se cita el nombre de  Gu Kailai, la  mujer de Bo Xilai, líder de Chongqing, que en el año 2011 asesinó a un hombre de negocios británico, Niel Heywood. En su caso, la pena de muerte fue suspendida.

El vocero de la Corte suprema, que aprobó la ejecución, afirmó que el crimen de Jia fue premeditado, y que en el mismo estuvo presente una “fuerte malicia”. No citó el hecho de que Jia Jinglong solicitó durante dos años el resarcimiento o la recompensa por su casa demolida, sin recibir jamás una respuesta. 

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