Líderes religiosos a favor de la pena de muerte para los crímenes de terrorismo

de Nina Achmatova

La propuesta vino de la Duma, pero el Kremlin la frenó de inmediato. Aunque con reservas, tanto los representantes de la Iglesia ortodoxa como los musulmanes se muestran favorables a ella. Se oponen los judíos y los activistas a favor de los derechos humanos. En Rusia está vigente una moratoria sobre la pena capital.

Moscú (AsiaNews) - La introducción de la pena de muerte es posible en algunas situaciones, no obstante sería mejor desestimarla. Quien habla es el jefe del departamento para las relaciones entre la Iglesia y la sociedad del Patriarcado de Moscú, el prelado Vsevolod Chaplin, quien junto a algunos líderes musulmanes se ha expresado a favor de la eliminación de la moratoria sobre la pena de muerte, como fue propuesto recientemente por un diputado de la Duma para castigar a los crímenes de terrorismo.

“Sería mejor desestimar la pena de muerte, pero hay situaciones en las cuales las amenazas a la sociedad son demasiado fuertes, y se puede usar dicho método para defenderse”, dijo Chaplin a Interfax el 20 de noviembre, luego de los atentados de París, y luego de que Moscú reconoció la matriz terrorista que tuvo la explosión del vuelo A321 de la compañía rusa Metrojet en el Sinaí. El representante del Patriarcado ruso-ortodoxo recordó luego que las bases de las políticas sociales de la Iglesia rusa afirman que la pena de muerte fue reconocida en el Antiguo Testamento, y en el Nuevo Testamento se presentan indicaciones sobre la necesidad de abolirla.

Quien propuso la moratoria sobre la pena de muerte por terrorismo fue el jefe del partido Rusia Justa, Serghei Mironov. Inmediatamente después, el vocero del presidente ruso, Dmitri Peskov, tuvo que garantizar que la moratoria no será anulada. “La pregunta sobre el restablecimiento de la pena de muerte en Rusia debería proceder, no de las emociones, sino del buen sentido común”, lo cual fue replicado por Serghei Ivanov, jefe de la administración presidencial.

“Debemos discutir y decidir sobre esta cuestión - continuó Chaplin - evaluando las amenazas, el nivel de seguridad de la sociedad y los diferentes métodos para asegurarla, del mismo modo. Los terroristas, y, asimismo, las organizaciones y los sponsors de los ataques terroristas pueden y deben ser eliminados sin proceso alguno cuando los órganos de seguridad determinen que estamos hablando de personas que representan un peligro público”. El muftí supremo de la oficina central del Centro espiritual musulmano de Rusia, Talgat Tajuddin, también expresó su apoyo a la idea. “No se trata de introducir una nueva ley, sino de restaurar una vieja ley”, dijo, recordando que la pena capital está prevista por la ley islámica (sharia).

Completamente contraria a la idea se manifestó, en cambio, la Federación de las comunidades judías de Rusia ; según el jefe del departamento de relaciones públicas, Boruch Gorin, “quien comete un homicidio no se detiene ante la amenaza de la muerte”. La histórica activista rusa Lyudmila Alexeyeva, jefe del Helsinki Group de Moscú, habló de ésta como una propuesta “inaceptable”. También se dijo contrario a la misma el jefe del Consejo para los Derechos Humanos ruso, Mikhail Fedotov, quien rotuló la idea de Mironov como "populista", viéndola en el trasfondo de las próximas elecciones federales previstas para el 2016. “Para un yihadista kamikaze, la amenaza de la pena de muerte es ridícula, así como es ridícula la amenaza de tortura para un masoquista”, declaró Fedotov.

La cuestión de la pena de muerte en Rusia está ligada a la adhesión de Moscú al Consejo de Europa. Uno de los requisitos para todos los miembros del organismo es que la pena de muerte no puede ser aplicada para crimen alguno. A propósito de esta regla, en 1996 el Consejo solicitó a Rusia que aplicara una moratoria inmediata y la abolición total de la pena de muerte dentro de un plazo de tres años. Pocos meses después, Moscú aceptó, volviéndose miembro del Consejo.

Actualmente, las relaciones entre Rusia y el Consejo de Europa, así como con la asamblea parlamentaria de dicho organismo, son muy tensas debido a la crisis ucraniana. La tensión ha llegado a tal nivel que Moscú, en varias oportunidades, ha amenazado con retirarse del Consejo de Europa.