'Yo judía, aquel crucifijo y Nostra Aetate'
El testimonio en el Vaticano de Sarah Bernstein, directora del Rossing Center para la Educación y el Diálogo de Jerusalén. "El documento promulgado por el Concilio Vaticano II hace 60 años nos ha enseñado que el diálogo debe afrontar las realidades candentes que quisiéramos evitar. Los ataques de extremistas judíos contra cristianos y musulmanes y sus lugares de culto traicionan nuestros fundamentos". León XIV: "La Iglesia no puede tolerar el antisemitismo".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "La Iglesia no tolera el antisemitismo y lo combate, en razón del Evangelio mismo". En la audiencia general dedicada esta mañana a los 60 años de la declaración Nostra Aetate, el Papa León XIV quiso destacar en particular el tema de las relaciones entre la Iglesia y el mundo judío, que en ese documento del Concilio Vaticano II tuvieron un punto de inflexión crucial. Las palabras que pronunció hoy el pontífice son significativas en el contexto de las incomprensiones que hah surgido en los últimos dos años en torno al drama de la guerra en Gaza. Y precisamente sobre la actualidad de la orientación que ha dado Nostra Aetate a las relaciones entre cristianos y judíos, incluso en estos difíciles momentos, habló anoche durante la conmemoración oficial en el Aula Pablo VI del Vaticano la Dra. Sarah Bernstein, directora ejecutiva del Rossing Center para la Educación y el Diálogo de Jerusalén, relatando su experiencia personal como judía israelí en diálogo con los cristianos. Publicamos a continuación el texto íntegro de su intervención.
Shalom, Salaam, buenas noches.
Era mi primer día en la universidad. Entré en mi habitación e inmediatamente vi un crucifijo que mi compañera de cuarto había colgado en la pared. Me horroricé. ¿Cómo era posible que yo, una joven judía de 19 años, me viera obligada a dormir en una habitación con un crucifijo? Pensé en cambiar de habitación; llamé a mi madre, quien me dijo: "Todo estará bien" - así que respiré hondo y conocí a Caroline, una católica devota. Gracias a nuestra amistad superé mis miedos. El diálogo comienza con la relación, pero he visto que los lazos que sobreviven a los momentos de crisis son aquellos que se han construido sobre conversaciones sinceras, por difíciles que sean. El trabajo consiste en afrontar nuestras reacciones más sensibles e instintivas, como la amenaza que sentí cuando vi el crucifijo.
Nostra Aetate fue un llamado valiente y revolucionario a luchar contra las opiniones negativas profundamente arraigadas con respecto a las religiones diferentes a la nuestra. Como judía, le estoy profundamente agradecida. Los desafíos interreligiosos a veces parecen insuperables, pero Nostra Aetate nos ha enseñado que el diálogo debe afrontar las realidades candentes de nuestro tiempo, incluso si preferiríamos evitarlas. En Israel-Palestina esto significa que debemos afrontar nuestras diferencias nacionales, además de las religiosas. Nostra Aetate destacó el sustrato judío de Jesús, María y los apóstoles. Para los cristianos palestinos de hoy, el judío es el soldado israelí que los detiene y registra en un puesto de control. El contexto lo es todo.
Desde el 7 de octubre la desesperación ha sido una tentación siempre presente. He sentido un profundo dolor por quienes fueron asesinados y tomados como rehenes, angustia por la devastación en Gaza y vergüenza por la ceguera moral de mi sociedad. Estoy inmensamente perturbada por el aumento de los ataques de extremistas judíos contra cristianos y musulmanes y sus lugares de culto. Traicionan los fundamentos de lo que somos como judíos. Se equivocan. También estoy consternada por el aumento global del antisemitismo y la islamofobia. La tarea de Nostra Aetate todavía no ha terminado.
En el Rossing Center for Education and Dialogue, nuestro equipo judío, cristiano y musulmán reúne a israelíes y palestinos para escuchar, aprender y sanar. Incluso durante esta terrible guerra, nuestra metodología "Healing Hatred" (Sanar el Odio), basada en elementos de counselling espiritual, nos ha ayudado a mantener el diálogo cuando en tantos lugares del mundo se ha interrumpido. En el espíritu de Nostra Aetate, abordamos las convicciones profundamente arraigadas que nos dividen. Cada curso de formación, ya sea para líderes religiosos o para educadores, cada taller en el que se enseña a adultos o niños a respetar en vez de odiar, cada expresión de empatía: estos actos concretos cambian la realidad. Como dijo un participante: "Puedes buscar en Google qué es la Navidad, pero no puedes buscar en Google cómo hacerte amigo de tu enemigo".
El intelectual palestino Edward Said enseñaba: "Cuando se trata de crueldad e injusticia, la desesperación es sumisión". Rendirse/abandonar significaría ser cómplice de la oscuridad. Debemos oponer resistencia a la desesperación, debemos insistir en la esperanza como un imperativo moral. La esperanza no es solo un sentimiento. Es una serie de acciones, una decisión consciente diaria de seguir trabajando por el cambio, incluso cuando todo parece perdido. Para mí, judía israelí en 2025, esta es la lección de Nostra Aetate.
*directora ejecutiva del Rossing Center for Education and Dialogue de Jerusalén
18/10/2013
17/01/2016 20:41
20/09/2025 12:04
