El frente de la propaganda entre Bangkok y Phnom Penh

Diez días después de reiniciar las hostilidades en la disputada frontera, la tensión no da señales de disminuir. Phnom Penh habla de los desplazados como la emergencia más grave desde la época de los Jemeres Rojos. Y cuando Tailandia pide a los camboyanos "sinceridad" en el compromiso con el desminado, responde denunciando el uso de bombas de racimo por parte de la aviación de Bangkok. Ministerio de Turismo tailandés: "No hay ninguna cancelación en Phuket".

Milán (AsiaNews) - Lleva ya diez días, entre acusaciones cruzadas y declaraciones precipitadas sobre un alto el fuego que luego no se reflejan en la realidad. A pesar del activismo de Trump y del primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, presidente de turno de la ASEAN, el conflicto en la frontera entre Tailandia y Camboya, que volvió a estallar el pasado 7 de diciembre, no da señales de disminuir. Bangkok y Phnom Penh no libran esta guerra solo con armas, sino también a golpes de propaganda.

Se puede ver en las cifras oficiales de víctimas en los diez días de enfrentamientos. Oficialmente, los muertos hasta la fecha son cerca de treinta; pero hay que tomar las cifras con mucha cautela. Por parte tailandesa, por ejemplo, después del anuncio de ayer de la "primera víctima civil", hoy ya pasaron a ser 16. Camboya habla de 15 civiles muertos, pero no hace ninguna mención de víctimas militares, algo poco probable dado que los ataques aéreos de la aviación tailandesa están penetrando en profundidad en territorio camboyano.

Lo que sí está a la vista de todos son los cientos de miles de desplazados debido al nuevo estallido de violencia en ambos lados de la frontera: solo Phnom Penh habla de 423 mil personas alojadas en refugios de emergencia entre las provincias de Preah Vihear, Oddar Meanchey, Banteay Meanchey, Battambang, Pursat, Koh Kong y Siem Reap, en lo que el gobierno de Hun Manet califica como la "peor crisis de refugiados desde la época de los Jemeres Rojos". En medio de la movilización general, la primera dama Pich Chanmony hizo un llamado a los guías scouts camboyanos para que comiencen a cultivar hortalizas en todo el país, a fin de que las cosechas se puedan utilizar para alimentar a los desplazados".

En el frente político, la portavoz del ministro de Asuntos Exteriores de Tailandia declaró hoy que "en su calidad de agresor en territorio tailandés, Camboya es la que debe anunciar primero el alto el fuego", y añadió que Phnom Penh debería cooperar "con sinceridad" en las operaciones de desminado a lo largo de la frontera. Del otro lado de la barricada –obviamente– la narrativa es exactamente contraria. Los medios camboyanos atribuyen la agresión a Tailandia y señalan la desproporción entre el poderoso ejército de Bangkok y la "pequeña" Camboya. Hoy el gobierno de Hun Manet respondió a Bangkok - que desde hace meses acusa a Phnom Penh de haber sembrado nuevas minas antipersona en la frontera en disputa - enviando al ministro de Asuntos Exteriores de Laos, que actualmente preside la Convención contra el uso de bombas de racimo, una denuncia contra Tailandia, que supuestamente está haciendo amplio uso de las mismas en el conflicto. Bangkok, por otra parte, no se encuentra entre los países firmantes del documento que las prohíbe, adoptado en Dublín en 2008.

Los medios tailandeses, en cambio, han publicado noticias sobre la supuesta presencia de mercenarios rusos entre las tropas camboyanas. Las embajadas de Moscú en Phnom Penh y Bangkok se apresuraron a desmentirlo, y afirmaron que Rusia mantiene "relaciones amistosas" con ambos países y apoya una solución pacífica de la controversia fronteriza.

En términos generales, si por parte camboyana prevalece el relato sobre la emergencia en el país, el gobierno de Anutin –el primer ministro tailandés saliente que se encuentra en campaña para las elecciones anticipadas del 8 de febrero– pretende transmitir la imagen de un país que avanza con normalidad, a pesar del conflicto en el norte. En el artículo que dedica hoy a la guerra, el Bangkok Post retoma las declaraciones del ministerio de Comercio según las cuales "a pesar del cierre de los pasos fronterizos con Camboya desde el mes de julio, el valor de las exportaciones tailandesas en los primeros diez meses de este año creció un 13%". Por su parte, el Ministerio de Turismo asegura que "no se han registrado cancelaciones por parte de los viajeros que tenían planeado visitar importantes destinos turísticos como las provincias de Phuket, Chiang Mai, Chiang Rai, Krabi y Chon Buri".