Chinos asesinados en la frontera entre Tayikistán y Afganistán: Beijing evacúa al personal
Tras dos ataques que causaron cinco muertos y cinco heridos, la embajada de Beijing en Dushanbe ha ordenado la evacuación de las zonas fronterizas. El gobierno de Tayikistán y los talibanes han afirmado que colaborarán, mientras crecen los temores de que detrás de los ataques (aún no reivindicados) se encuentren combatientes del Partido Islámico del Turkestán (TIP). La inestabilidad amenaza la cooperación regional y los proyectos chinos de la Belt and Road Initiative.
Dushanbe (AsiaNews/Agencias) - La embajada china en Dushanbe ha instado a las empresas y al personal chino a abandonar todas las zonas fronterizas con Afganistán tras dos ataques en los que murieron cinco ciudadanos chinos y otros cinco resultaron heridos. Las autoridades de Tayikistán informaron que en el primer ataque, ocurrido el pasado viernes, murieron tres ciudadanos chinos. El domingo, en un segundo asalto en la frontera, murieron otros dos.
Las fuerzas de seguridad se encuentran en alerta máxima, mientras que los talibanes informaron que habían arrestado a dos sospechosos en el distrito de Maimay, en Badakhshan, la región fronteriza con Tayikistán. Ningún grupo armado ha reivindicado los atentados hasta el momento. El ministro de Asuntos Exteriores talibán, en una llamada telefónica a su homólogo tayiko, atribuyó los ataques a individuos que "buscan sembrar el desorden, la inestabilidad y la desconfianza entre los países de la región", y añadió que el gobierno talibán "está dispuesto a compartir información, colaboración técnica y realizar evaluaciones conjuntas para identificar a los responsables de lo ocurrido".
En realidad, Tayikistán mantiene desde hace mucho tiempo tensas relaciones diplomáticas con Afganistán, a pesar de que en el país vive una importante minoría tayika (históricamente contraria al gobierno de los talibanes, que son en su mayoría de etnia pastún). En el pasado, el presidente Emomali Rahmon - que condenó los atentados y reforzó la seguridad en las fronteras - ya había denunciado la presencia de narcotraficantes y contrabandistas de oro a lo largo de la frontera. Las fuerzas tayikas también llevaron a cabo una serie de operaciones militares e incluso se enfrentaron con las fuerzas fronterizas afganas en agosto.
Es probable que Beijing imaginara que tarde o temprano se reanudarían las actividades terroristas en la región. Hace aproximadamente una semana el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, se reunió con Rahmon en Dushanbe para discutir los crecientes riesgos de seguridad que plantea Afganistán.
China se ha convertido en los últimos años en uno de los mayores inversores en la ex República soviética, donde los trabajadores chinos se dedican principalmente a proyectos de minería y de construcción. De hecho, todos los países de Asia Central están tratando de expandir el comercio y la cooperación con Kabul a pesar de que persisten los desafíos en el tema de la seguridad. A su vez este proceso se enmarca en un contexto más amplio: en los últimos meses Pakistán ha atacado reiteradamente a Afganistán debido al apoyo de Kabul a los talibanes paquistaníes (TTP), que pretenden recrear en Pakistán un Estado basado en el modelo del Emirato Islámico. Islamabad sigue expulsando a refugiados afganos en un intento de ejercer más presión sobre Kabul, y los pasos fronterizos están cerrados desde hace más de 50 días, generando pérdidas de 200 millones de dólares, según las estimaciones. Por esa razón Afganistán está tratando de expandir las relaciones comerciales con los Estados de Asia Central.
Por su parte Beijing está preocupada desde hace tiempo por el auge de algunos grupos terroristas en Asia Central tras la reconquista talibán de 2021, que ha potenciado diversas organizaciones que aprovechan las fronteras porosas de la región para desplazarse. Precisamente por eso en septiembre se llevó a cabo el primer ejercicio conjunto del China-Central Asia Special Police Skills Challenge. Ochenta agentes de élite de China, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán se enfrentaron en una especie de competición cuyo objetivo era construir sólidas alianzas para la lucha contra el terrorismo y las actividades criminales transfronterizas. El ejercicio se llevó a cabo en Urumqi, en Xinjiang, una región conocida por la represión de Beijing contra la minoría uigur.
El Partido Islámico del Turkestán (conocido internacionalmente por sus siglas TIP) es fuente de especial preocupación. El año pasado el líder del movimiento, Abdul Haq Turkistani (con base en Afganistán), poco antes del derrocamiento del ex dictador Bashar al-Assad en Siria, había advertido: “Si Dios quiere, los infieles chinos pronto recibirán el mismo trato que han recibido los infieles en Siria”. De hecho, el TIP era muy activo en Siria, y no es casualidad que en el último año Beijing haya expresado su preocupación por la incorporación de miles de combatientes uigures al ejército sirio.
Varios analistas habían predicho desde hace tiempo que el TIP estaba esperando el momento oportuno para regresar a Xinjiang y relanzar una campaña separatista. Sin embargo, las carreteras y las fronteras chinas que conducen a la provincia autónoma siguen siendo impenetrables, por lo que es probable que los milicianos se hayan posicionado entre Afganistán, Uzbekistán y Tayikistán, donde se encuentran los campos de entrenamiento de los talibanes. Esto los coloca en una posición ideal para atacar los proyectos de la Belt and Road Initiative china.
Si el TIP reivindica el ataque, Kabul — que, aislada internacionalmente, está tratando de asegurarse una parte de las inversiones chinas — se encontraría en una situación compleja, y correría el riesgo (como ocurrió con Pakistán) de perder oportunidades de desarrollo económico debido a los grupos armados que se encuentran en su territorio y a lo largo de sus fronteras.
29/09/2021 16:41
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