Acusan a Moscú de fomentar discordias entre Bulgaria y Macedonia del Norte

de Vladimir Rozanskij

Persistentes tensiones históricas entre los dos países de la OTAN. La cuestión del ingreso de Skopje en la Unión Europea. Los rusos están acostumbrados a actuar como amos en Bulgaria, gracias al control que ejercen sus servicios de seguridad.

Moscú (AsiaNews) - Detrás de las recientes disputas entre Bulgaria y Macedonia del Norte, dos países de la OTAN, muchos ven la mano del Kremlin.

El 4 de febrero, un nutrido grupo de ciudadanos búlgaros intentó cruzar la frontera con Macedonia para celebrar el 150 aniversario de la muerte de su héroe revolucionario, Gotse Delčev, quien inspiró los levantamientos contra el Imperio Otomano. Al cabo de varias horas de bloqueo, que dejó a más de 200 personas en una zona neutra entre las fronteras, y algunos enfrentamientos violentos, las autoridades arrestaron a los manifestantes más exaltados.

Anteriormente se había producido otro episodio en la ciudad macedonia de Okhrid, cuando el secretario de un centro cultural búlgaro, Kristian Pendikov, de 21 años, fue objeto de ataques violentos "por motivos de odio nacionalista", según declaró posteriormente el fiscal local. El joven fue internado en un hospital de Sofía en estado muy grave.

Al comentar este episodio ante el Consejo de Seguridad, el presidente de Macedonia, Stevo Pendarovski, dijo que los servicios secretos rusos están detrás de esta "campaña contra el estado". Estarían manipulando algunas "estructuras organizadas" en el país para exacerbar las tensiones entre Macedonia del Norte y Bulgaria. ”.

Sin embargo, el eurodiputado búlgaro de extrema derecha Angel Džambazki, que llama a sus vecinos "administradores temporales de nuestra Macedonia", acusó a los macedonios de atacar y ofender constantemente a sus compatriotas. En su opinión, Skopje expresa al mismo tiempo posiciones de "nazismo, fascismo y bolchevismo, y por eso debemos vetar el ingreso de Macedonia a la Unión Europea".

El ministro de Relaciones Exteriores de Macedonia, Bujar Osmani, también echó leña al fuego en los últimos días, hablando de "terceras fuerzas interesadas en mantener una situación de conflicto permanente en la región". Cuando los periodistas le pidieron que diera nombres, respondió "la Federación Rusa".

Las disputas entre los dos vecinos llevan ya muchos años y se exacerbaron sobre todo desde 2004, cuando los macedonios solicitaron ingresar en la UE. Después de largas disputas con los griegos, acordaron agregar el título "del Norte" para dejar una parte de la identidad macedonia a la región griega de Tesalónica. Posteriormente Sofía presentó en 2019 el reclamo de que no se denominara "macedonio" el idioma que se habla en el país, al que considera un dialecto búlgaro, y se deje de denominar "ocupación fascista" a la presencia de los búlgaros, aliados de los nazis, en este territorio.

La Comisión Europea hizo aceptar con mucho esfuerzo la "fórmula francesa" de compromiso, incluyendo en la Constitución macedonia la referencia a la "minoría búlgara" presente en el país, lo que permitió levantar el veto de Sofía. Sin embargo, la integración no avanza mucho debido a los continuos estallidos de protesta en ambas partes. En las manifestaciones en Okhrid adquirieron notoriedad pública tanto Dimitar Apasiev, líder del movimiento macedonio prorruso Levitsa, como el líder opositor Kristian Mitskoski, que propone "anular el acuerdo de amistad con Bulgaria".

Pendarovski también habla de "amenazas híbridas" de Rusia en los últimos años. En el último foro de Davos renovó las acusaciones contra el Kremlin. Macedonia se adhirió sin reservas a todas las sanciones contra Rusia desde el primer día, imponiendo a los rusos visas de ingreso y cerrando el espacio aéreo a Moscú, junto con Bulgaria y Montenegro. Eso enfureció a los dirigentes rusos, sobre todo cuando fue rechazado incluso el avión del Ministro de Relaciones Exteriores Lavrov.

Rusia acusa a la UE de no ser capaz de defender a sus miembros y aliados, y de "ocultar bajo la alfombra sus problemas étnicos y de identidad", citando repetidamente la disputa búlgaro-macedonia como ejemplo de la situación entre rusos y ucranianos. Los rusos están acostumbrados a actuar como amos en Bulgaria gracias al arraigo de sus servicios de seguridad, situación que no es muy del agrado de los propios búlgaros aunque tampoco son capaces de controlar, dejando una grieta abierta en el corazón de los Balcanes.