Beirut: Masivo ataque de Israel, doble mensaje a Hezbolá y Trump

de Fady Noun

En vísperas de la fiesta de Eid Al Adha, el ejército israelí lanzó una de las más imponentes oleadas de ataques. El vano intento de Aoun de bloquear la operación militar y las reiteradas amenazas del ministro israelí de Defensa. Hezbolá usa la “diplomacia lenta” al estilo iraní. En contraste, hay una cierta impaciencia de Israel debido a las políticas de EE. UU. en la región.

Analistas y expertos la califican como una de las oleadas de ataques más imponentes que ha llevado a cabo Israel desde el 27 de noviembre de 2023, cuando comenzó el conflicto en territorio libanés con las milicias chiítas de Hezbolá, que intervinieron en apoyo de Hamás en Gaza. Ayer por la noche, en vísperas de la gran fiesta musulmana de Eid Al Adha, el Estado judío lanzó una serie de ataques contra la periferia sur de Beirut que afectaron no menos de cuatro barrios y obligaron a sus habitantes a concentrarse en las calles y las plazas públicas. El objetivo declarado de la operación eran los edificios cuyos sótanos se utilizan para la producción y almacenamiento de drones.

Afortunadamente el ejército israelí había requerido previamente la evacuación de esos barrios. Mientras tanto, el jefe de Estado Joseph Aoun había multiplicado los canales de diálogo y los intentos de contacto para impedir los ataques, afirmando que las fuerzas armadas libanesas controlarían los cinco edificios designados como objetivos por el portavoz militar israelí. Sin embargo sus esfuerzos fueron en vano y todos sus pedidos fueron rechazados.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, justificó la operación afirmando que “el Líbano debe respetar los acuerdos vigentes”. “Si no hace lo que se le requiere - prosiguió -, continuaremos actuando, y con mucha fuerza”. La reacción verbal del presidente Aoun a las incursiones fue inmediata, con una nota en la que habla de “ataques no dirigidos contra todo el Líbano”. El primer ministro Nawaf Salam afirmó que eran “una flagrante violación de la soberanía libanesa y de la resolución 1701”. En el Líbano es fuerte el temor de que esta evolución pueda dañar lo que debería ser una prometedora temporada turística. Al mismo tiempo, sorprende que las incursiones israelíes de ayer no interrumpieran el tráfico ni los vuelos en el Aeropuerto Internacional de Beirut.

Mensaje claro y directo

La escalada israelí es un “mensaje claro y directo” a las autoridades libanesas, a las que se critica - según los observadores - por el retraso en el desarme de Hezbolá. Por otra parte, se produce un día después del lanzamiento de un misil desde el sur de Siria hacia las Alturas del Golán, anexadas por el Estado judío. El ataque fue reivindicado por un grupo hasta ahora desconocido, la “Resistencia islámica siria”. Sin embargo, diversos observadores consideran probable que este grupo lleve la firma de Hezbolá, por su propio nombre de “resistencia islámica”.

Independientemente de esta evolución, la advertencia se dirige sobre todo al presidente Aoun, a quien Israel y Washington le piden que honre sus compromisos en relación con el monopolio del Estado libanés sobre las armas. Por su parte, el jefe del Estado justifica la relativa “lentitud” del proceso con el propósito de evitar un enfrentamiento entre los milicianos chiítas y el ejército. “El poder en el Líbano no es autocrático como en Siria y no puede ser igual de eficaz” se argumenta también en las altas esferas institucionales, subrayando además que Aoun lleva en el cargo solo cinco meses.

Hezbolá: diplomacia lenta

Por parte de Hezbolá cabe señalar que, si bien el desmantelamiento de las posiciones del “partido de Dios” al sur del río Litani parece estar casi completo, con no menos de 500 posiciones entregadas al ejército, al mismo tiempo no hay ninguna intención de hacer lo mismo en otros puntos. Al menos no antes de que Israel cumpla su parte del acuerdo deteniendo los ataques y los asesinatos, liberando a los prisioneros libaneses que retiene y retirándose de las cinco alturas que ha decidido mantener como “puntos de observación” dentro del territorio libanés.

Si bien el argumento no es del todo falso y descabellado, el partido también podría estar inspirándose en la “diplomacia lenta” que practica Irán en sus discusiones nucleares, lo que resulta igualmente evidente en la decisión libanesa de desarmar en forma gradual los doce campos palestinos en Líbano a partir del 15 de junio. Esta decisión, que se tomó apresuradamente durante la reciente visita al Líbano de Mahmud Abás, jefe de la Autoridad Palestina, chocó con la negativa de facciones como Hamás y Yihad Islámica - presentes sobre todo en Aïn el-Héloué, cerca de Saïda, el campamento más grande del Líbano - a respetar las disposiciones del presidente palestino, cuya autoridad no reconocen.

Impaciencia de Israel

Por último, algunos consideran que las incursiones de ayer también se explican por una cierta impaciencia de Israel, que teme una inversión de la política estadounidense en Oriente Medio. En las últimas semanas, tres funcionarios estadounidenses conocidos por su cercanía al Estado judío parecen haber sido alejados de la administración de Donald Trump: Merav Ceren, responsable de Israel y de Irán en el Consejo de Seguridad Nacional, Eric Trager, responsable de Oriente Medio y África del Norte, y sobre todo Morgan Ortagus, la enviada de EE. UU. para el Líbano. La prensa israelí lamenta profundamente la destitución de esta última, considerada una "halcón", que se distinguía por su franqueza y sus posiciones extremas. Se teme que, en el contexto de la impredecible evolución de la política exterior del presidente estadounidense, Ortagus sea reemplazada por una figura más conciliadora.