18/11/2014, 00.00
FILIPINAS SIMPOSIO
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Cardenal Tagle: Iglesias de Asia de mártires sin nombre, testigos en Nombre de Jesús

En el Simposio Internacional de AsiaNews, el arzobispo de Manila, describe la fuerza de las Iglesias de Asia: a pesar de ser un "pequeño rebaño", ha dado tantos mártires a la Iglesia. Desde el Concilio Vaticano II hasta hoy el compromiso para hacer que el mensaje cristiano sea cercano a la mentalidad asiática. Los nuevos actores de la evangelización: los migrantes filipinos. Las redes sociales nuevo campo misionero.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "La Iglesia en Asia sería siempre siendo un pequeño rebaño, pero tiene muchos mártires, la mayoría de ellos sin un nombre. Es sólo una Iglesia sin nombre, pero que profesa y sigue profesan el Nombre que está sobre todo nombre, Jesucristo", es la conclusión del discurso del cardenal  Luis Antonio Tagle de Manila dicho hoy en el Simposio Internacional de AsiaNews sobre la "Misión en Asia: de Juan Pablo II al papa Francisco".

Para el joven cardenal, aquello de una "pequeña" Iglesia que es un "gran" testimonio de la fe y la pureza del mensaje que la Iglesia de Asia puede ofrecer al mundo: "En Asia estamos habituados a ser un pequeño rebaño, pero los números no siempre determinan la vitalidad de la Iglesia en la vida y en misión. En su pequeñez, una comunidad es siempre la Iglesia, la presencia del pueblo de Dios. La alegría misionera se puede experimentar incluso en un estado de minoría humilde. Hay una fuerza inexplicable desde el la fe, el flujo dinámico de flujo en la debilidad y el sufrimiento".

Hablando más concretamente, de las Filipinas, el card. Tagle dijo que "nuestra nación se ve afectada cada año por un promedio de 20 tifones, para no hablar de los frecuentes terremotos, erupciones volcánicas y enorme corrupción: no es de extrañar, por tanto, que existen millones de personas pobres".

En la visión del card. Tagle (y del papa Francisco), los pobres no son sólo los "asistidos", sino también "los grandes maestros de la fe", con "historias de esperanza y coraje" para escuchar.

Frente a estos desafíos, la misión de la Iglesia en las Filipinas se ha ampliado para incluir la cercanía a los pobres (alimentos, salud, educación, salud, trabajo...); compromiso social y para la protección de la creación, ambas inspiradas en la doctrina social de la Iglesia; esfuerzos hasta en los medios de comunicación, no sólo de radio y televisión, sino también las redes sociales que se han convertido en un nuevo Areópago.

En Filipinas también se ha afectado los nuevos actores de la misión. A los sacerdotes, laicos, misioneros Fidei Donum y ad gentes, a los movimientos, se añaden los millones de filipinos y los migrantes filipinos que llenan "las iglesias de las naciones en las que trabajan", como en Japón, Corea, Oriente Medio, China y que viven en la unidad de trabajo y la misión.

El cardenal también mostró cómo el Concilio Vaticano II, la encíclica Ecclesiam suam de Pablo VI, el compromiso de la Federación de Obispos de Asia (FABC), la obra de Juan Pablo II, el viaje a Corea de Francisco, han siempre más dirigido la Iglesia de Asia para comprender y vivir la misión no como "conquista triunfal", sino como una proclamación de Jesucristo en el diálogo, dando sus frutos más allá del perímetro de la Iglesia, la humanización de la sociedad y lo que es más cercano a la fe y la mentalidad asiática.

 

 

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