Cisjordania, P. Bashar: los colonos llevan a cabo “ataques y provocaciones” continuas e impunes
La denuncia del párroco de Taybeh confirma el panorama de creciente agresión de los grupos pro-ocupación, con la protección de las autoridades. El sacerdote explica que se vive “sin seguridad ni protección”. Palestinos expulsados de sus casas, ataques y expropiación de tierras. También fueron liberados los últimos dos extremistas detenidos por las incursiones en Kafr Malik y el ataque a la base de las FDI.
Jerusalén (AsiaNews) - “Vivimos sin seguridad ni protección”, es el grito de alarma que lanza a AsiaNews el P. Bashar Fawadleh, párroco de Taybeh en Cisjordania, una aldea de 1500 habitantes con tres iglesias, que se encuentra a 30 km al norte de Jerusalén y al este de Ramallah, famosa por ser la última aldea palestina habitada íntegramente por cristianos. Más de 600 residentes son católicos latinos, mientras que el resto se distribuye entre greco-ortodoxos y católicos greco-melquitas. La semana pasada la zona fue escenario de un ataque de colonos judíos, que asaltaron e incendiaron casas, y en los últimos días se han repetido las agresiones.
“Somos víctimas —denuncia el sacerdote, nativo de Jerusalén— de una situación de provocaciones y ataques cotidianos”. Sobre todo los últimos casos de “acciones provocatorias” (en las fotos) son obra de un “colono armado” que ha tomado la costumbre de “pastorear las vacas entre las casas de la ciudad de Taybeh. Hace unos días —continúa el P. Bashar— expulsó a un hombre de su propia vivienda, que estaba construyendo en la Zona B, dentro de los límites de la aldea de Taybeh. Hay muchas imágenes y videos —concluye— que muestran al colono que nunca deja de aterrorizar a la gente de la zona”.
La escalada, que no perdona bienes y propiedades de los cristianos, comenzó mucho antes del 7 de octubre de 2023 con el ataque de Hamás a Israel y el comienzo del conflicto en Gaza. Pero la guerra en la Franja y la de los 12 días con Irán han dejado en la sombra estos ataques diarios, lo que ha dado vía libre a colonos y extremistas que ya operan en la más total impunidad, si no connivencia de las autoridades. La semana pasada más de 100 personas atacaron la aldea palestina de Kafr Malik, cerca de Ramallah, y mataron a tres personas. Según el movimiento activista Yesh Din, las violencias se habrían producido en presencia de los soldados del ejército israelí, que después habrían abierto fuego contra los palestinos —desarmados— que se habían reunido en la entrada de la aldea para protegerla.
Como confirmación de la libertad de acción de la que gozan los colonos y grupos radicales, en estas horas también han sido liberados los últimos dos sospechosos del ataque contra la aldea palestina de Kafr Malik, durante el cual se registraron fuertes enfrentamientos con las fuerzas de defensa israelíes. Posteriormente, un grupo de extremistas atacó el cuartel general de las FDI en la zona (en el centro de Cisjordania), con una violencia y una brutalidad tales que provocaron la condena incluso de miembros del gobierno y ministros pro-ocupación. Durante el ataque, el comandante del contingente fue acusado de ser un “traidor”, los colonos intentaron atropellar a los militares con automóviles y vandalizaron jeeps militares, arrojaron cócteles molotov y destrozaron neumáticos. Después atacaron una base militar cerca de Ramallah, donde quemaron servidores, equipos y vehículos, y vandalizaron con grafitis en hebreo.
En los días siguientes la magistratura abrió una investigación, pero a la fiscalía le resulta difícil formular cargos y entre tanto las seis personas detenidas ya han sido puestas en libertad, las últimas dos ayer, cuando llegó la notificación de arresto domiciliario. Analistas y expertos hablan de “auge” de grupos paramilitares vinculados a los colonos, que ya es parte de una “estrategia” de los líderes del Estado judío para apoderarse de tierras palestinas en Cisjordania. En algunos casos se trata de verdaderas “milicias de colonos” que operan con el “apoyo” de los líderes políticos.
Uno de los últimos ataques se registró el pasado 2 de julio, cuando jóvenes israelíes irrumpieron en una casa palestina en el Valle del Jordán y desalojaron a la familia que vivía allí Las fotos del pueblo de Mu’arajat al-Sharqiya muestran a colonos que se relajan y fuman fuera de la casa después de que la familia había huído. Los atacantes también robaron dinero en efectivo y un aire acondicionado, según informa la ONG activista Looking the Occupation in the Eye. En otra parte de la aldea, otros colonos tomaron posesión de una casa deshabitada y permanecieron allí durante toda la noche y la mañana siguiente. Mu’arajat, un pequeño caserío a las afueras del valle, es una de las pocas comunidades rurales palestinas que quedan entre Ramallah y Jericó; en los últimos dos años la mayoría de los aproximadamente mil residentes de las comunidades de pastores de la zona han huido o han sido desplazados por la fuerza por los colonos.
17/12/2016 13:14