23/12/2025, 15.15
CHINA
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En Navidad todo es luz. También en China

 Las luces en los locales de las metrópolis y las preguntas de los jóvenes chinos sobre la "fiesta exótica" de Occidente. La sorprendente capacidad de los católicos locales para combinar la cultura de masas y la evangelización. Una fuente de AsiaNews que vive en China: "Me gusta pensar que es una profecía oculta de la Luz Verdadera que todos los pueblos anhelan, y un resquicio de libertad para los que viven el gris cotidiano".

 

En las metrópolis chinas globalizadas de hoy también se abren paso las luces de Navidad. Y la cultura pop se convierte en una oportunidad para que los católicos locales compartan con todos su alegría. Como relata en este testimonio una fuente de AsiaNews que vive en China.

Todo es bello bañado de luz. Hasta las grises ciudades chinas, todas monótonamente  iguales.

Vistas de día y vistas de noche, las metrópolis chinas tienen dos rostros diferentes. Planas, en serie, anónimas, casi asfixiantes de día; cálidas, luminosas, vivaces, acogedoras de noche. Porque de noche los rascacielos resplandecen, los letreros se encienden, cobran vida luminarias de todo tipo y todo se vuelve más armónico. «Donde lo bello y lo horrible coexisten», decía Carlo Carretto a propósito de los rascacielos de Hong Kong.

Todo es bello bañado de luz, y sobre todo en Navidad.

También China la Navidad crea su atmósfera. Cafeterías, locales, tiendas, lugares dedicados a los shooting han adoptado el “romanticismo navideño” como una moda exótica-occidental. La Navidad en China es un poco como Halloween en algunas partes de Europa, una fiesta importada por su aspecto pintoresco más que por su significado.

Es normal que te pregunten: «¿Me explicas en qué consisten los regalos de Navidad?». O bien: «¿Cómo se viste la gente en Navidad en tu país?». Casi siempre: «¿La Navidad es como en las películas? ¡Qué hermosa debe de ser la atmósfera navideña entre ustedes!».

Obviamente nadie (salvo los cristianos) es consciente de su significado religioso, pero las generaciones más jóvenes han adoptado la fiesta como una oportunidad para salir a divertirse o crear contenido en las redes sociales. No es un día feriado, y la Navidad como tal pasa inadvertida; es más, algunos universitarios dicen que hay una directiva de intensificar los exámenes o cualquier tipo de pruebas cerca del 25 de diciembre, para disuadir a los estudiantes cristianos de participar activamente en las celebraciones y su preparación.

Se podría pensar que la Iglesia es reacia a este estilo comercial en favor de uno más austero. Nada más lejos de su mentalidad, porque cuando se trata de cultura de masas e inculturación, la Iglesia china siempre sorprende. Y es capaz de combinaciones que a nosotros nos parecen extravagantes, pero son perfectamente coherentes para ellos; el ejemplo más evidente son los divertidos stickers de WeChat con temáticas de Jesús, María, ovejitas, Matteo Ricci…

Durante el Adviento he pasado tardes enteras en el patio de la iglesia llevando astas de reno para adornar fotografías bajo el árbol en medio de nubes de purpurina. O he visto voluntarios vestidos de Papá Noel que acompañaban a algunos curiosos a hacerse fotos junto al pesebre. Incluso he pasado algunos domingos bajo el árbol de Navidad cantando villancicos a pleno pulmón (así, por diversión), pasando del Gaudete a Last Christmas como si pertenecieran al mismo género. Y, a propósito de géneros musicales y de la percepción de la cultura occidental por parte de los católicos chinos, una vez en el KTV (el local de karaoke n. d. r.) los vi buscar, convencidos de que la encontrarían, “Resta qui con noi” ( Quédate con nosotros, ndt) en la sección de canciones internacionales (obviamente no la encontraron, pero en compensación estaba “Bella ciao”, rigurosamente en italiano).

También suele ocurrir que los agentes de policía encargados de vigilar de las celebraciones - para Navidad y Pascua a las iglesias principales de las ciudades se les asigna una vigilancia especial, sobre todo para controlar el contenido de las homilías - vienen a felicitar a los voluntarios por el hermoso ambiente navideño.

En mi opinión, este “estilo espontáneo” que combina cultura de masas y evangelización forma parte del espíritu chino y su estilo pastoral, que en realidad se extiende más allá del momento navideño. He visto que en una parroquia se ofrecía masajes de pies gratuitos a los transeúntes en la calle: la gente entra con curiosidad en la iglesia y mientras recibe el masaje observa el ambiente, escucha la música de fondo y a menudo pregunta por qué “en esa sala” hay un hombre colgado en una cruz. Entonces se los invita a participar en alguna actividad, y luego una cosa lleva a la otra.

Todo es hermoso bañado de luz. Y en Navidad viene al mundo la luz verdadera, la que ilumina a todos los hombres.

La luz que ilumina los rascacielos de las metrópolis o las luminarias de la masificación no es necesariamente corrupción consumista. Me gusta pensar que es una “profecía oculta” de esa Verdadera Luz que todos los pueblos anhelan y un resquicio de libertad para los que viven el gris de la vida cotidiana.

Estamos hechos para vivir de belleza, y la belleza ha puesto su tienda en medio de nosotros. De esa manera, incluso un mar de rascacielos de cemento todos iguales puede convertirse en una humilde gruta que custodia la luz, que custodia la esperanza.

 

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