25/11/2022, 14.35
INDIAN MANDALA
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Ferrocarriles de la India, el cementerio de los migrantes internos

de Louis Prakash *

La emigración no mata solo en el mar: en la India millones de trabajadores de los estados más pobres, como Bihar, se están trasladando a las grandes ciudades. Y casi todos los días encuentran cadáveres a lo largo de las vías. Para recuperar los cuerpos, las familias deben afrontar gastos estratosféricos. El padre Luois Prakash, SJ afirmó: "El infierno de las caravanas a pie hacia los pueblos y aldeas durante la pandemia no nos ha enseñado nada"

Patna (AsiaNews) - Una de las caras más ocultas del gran fenómeno global de la migración son los desplazamientos internos, dentro de las fronteras nacionales, desde las zonas más pobres hacia las grandes ciudades en busca de trabajo. Publicamos hoy este testimonio del P. Louis Prakash, jesuita de la provincia de Patna, cofundador de South Asian People's Initiative (SAPI) y colaborador del Indian Social Institute en Nueva Delhi y Bangalore.

La migración interna en la India -de un estado a otro o incluso dentro de las fronteras del mismo estado- es un fenómeno común. Involucra sobre todo a personas marginadas de estados menos desarrollados como Bihar, Uttar Pradesh, Madhya Pradesh, Jharkhand y Assam. El desempleo, el subempleo, los salarios extremadamente bajos, la falta de pago de salarios, la escasez de tierras y bienes, los bajos ingresos de la agricultura, la opresión de las castas, la explotación, la falta de instituciones educativas, la ausencia de industrias y oportunidades de empleo son algunos de los factores que obligan a los más pobres de los pobres a emigrar para ganarse la vida. En la mayoría de los casos eso les  permite sobrevivir a los miembros de la familia que se han quedado en casa, y ganar un poco más significa poder invertir en la educación de los hijos. Y luego están los jóvenes que emigran atraídos por el estilo de vida de los grandes centros urbanos.

Madhesh Manjhi era originario de Masaurhi, a solo 30 kilómetros de Patna, la capital de Bihar. Como no encontraba un trabajo estable y bien remunerado, en la primera semana de noviembre partió con algunos aldeanos hacia Katpadi, en Tamil Nādu, para trabajar como jornalero. El 7 de noviembre comunicaron a su familia que la policía ferroviaria había encontrado su cuerpo en Bapatla, distrito de Guntur, Andhra Pradesh. Conmocionada por la noticia, la familia recurrió a una ONG que ayuda a inmigrantes en dificultades en el distrito de Patna para averiguar lo que había ocurrido y llevar los restos del difunto de regreso a Masaurhi.

A pesar de los esfuerzos de muchas personas y de la sociedad civil, fue imposible: para trasladar el cuerpo desde Bapatla, donde se encontraba en la morgue del hospital público, los ferrocarriles pidieron 700.000 rupias (más de 8.000 euros ndr.). Una cifra que ni la familia ni la ONG que la ayudaba pudieron reunir. Al final la policía simplemente se deshizo del cuerpo de Madhesh Manjhi.

Los inmigrantes en dificultad son aquellos que acaban realizando los trabajos más humildes y difíciles en el lugar al que emigran. Las condiciones de trabajo y de vida a las que están sometidos son deprimentes. Pero esta historia nos revela que en la India muchas personas ni siquiera llegan a destino, porque mueren o tienen accidentes en el mismo viaje. El solo hecho de trasladarse al sur de la India sin conocer las lenguas locales aumenta sus gastos y los peligros que corren.

La muerte de Madhesh Manjhi no es un caso aislado. Todos los días se conocen historias de este tipo a través de agencias que trabajan por una migración segura. Sonot Tudu, del distrito de Dumka, Jharkhand, estaba yendo al sur de la India para trabajar como jornalero  migrante. Salió de su casa un sábado de octubre y el martes siguiente la familia recibió una llamada de la policía ferroviaria de Erode, Tamil Nādu, para avisar que habían encontrado su cuerpo en las vías del tren. Demoraron 10 días en movilizar a los familiares e ir a reclamar el cuerpo. Como este se había descompuesto, volvieron con las cenizas y realizaron los ritos funerarios en su casa.

Sonot dejó una viuda y 5 hijos sin medios económicos para alimentarlos y educarlos. Tanto las viudas como los huérfanos quedan librados a sus fuerzas. Pero al menos su familia no se siente culpable por no haber podido siquiera celebrar un funeral. Madhesh Manjhi no ha tenido esa suerte y su familia sigue sufriendo.

La condición de los migrantes internos en la India llamó la atención en 2020 durante la pandemia, cuando cientos de miles de personas se vieron obligadas a abandonar los grandes centros urbanos durante el confinamiento y regresar a sus pueblos incluso caminando miles de kilómetros. En el viaje algunos perdieron la vida; pero esa terrible experiencia también dejó otras secuelas, como las depresiones, la disminución de la escolaridad, el aumento del trabajo infantil y los matrimonios precoces.

En ese drama resultó evidente el trato desigual que recibieron los migrantes internos y externos por parte de las autoridades de la India. Para aquellos que habían recibido una educación más completa y a bajo costo en las mejores instituciones educativas del país, y después decidieron irse al exterior en busca de pastos verdes, durante la emergencia del Covid se organizaron vuelos especiales de regreso, mientras que los migrantes internos se vieron obligados a recorrer a pie miles de kilómetros. Pero no es sólo un problema de este momento. La brecha entre el trabajo intelectual y los oficios más humildes es un problema social e histórico en la India. Considerados personas de segunda categoría, los migrantes internos son sometidos a la deshonra, la falta de respeto y condiciones deplorables.

 

Lo que resulta aún más lamentable es que ni siquiera después de esta tragedia los gobernantes hayan aprendido la lección. Necesitamos una política que aborde los factores que están en la base de la migración, una capacitación previa a la partida para una migración segura, vínculos entre los lugares de origen y destino, oficinas de cada uno de los Estados que se ocupen de los problemas de los migrantes internos. El gobierno de Modi, por motivos de propaganda, sigue hablando del proyecto "Un país, una tarjeta de racionamiento". Pero solo si estas palabras se traducen en hechos concretos, los migrantes podrán beneficiarse. Ciertamente, hasta que el país aborde la cuestión de los desplazamientos internos seguirá cavando su propia tumba.

* Jesuita de la provincia de Patna, cofundador de la South Asian People’s Initiative (SAPI)

(con la colaboración de Nirmala Carvalho)

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