'Inmigrantes ilegales' por una peregrinación: nuevos arrestos de católicos clandestinos de Wenzhou
En la provincia china de Zhejiang, para convencer al obispo clandestino Shao Zhumin de que se registre, en las últimas semanas han sido duramente atacados sacerdotes, religiosas y fieles que el año pasado participaron en un viaje al exterior. También son blanco de ataques los lugares de culto y los familiares de los sacerdotes clandestinos. "Solo queremos seguir nuestra conciencia sin tener que someternos a las exigencias políticas del Partido".
Wenzhou (AsiaNews) – En las últimas semanas varios sacerdotes, religiosas y fieles de la Iglesia clandestina de la diócesis de Wenzhou han sido arrestados por las autoridades Y acusados de "inmigración ilegal". El gobierno utiliza estas detenciones para presionar al obispo Shao Zhumin para que "se convierta"; las autoridades locales afirman que, si acepta la conversión, los religiosos serán liberados; de lo contrario podrían ser formalmente imputados.
Según algunas fuentes, desde la muerte del Papa Francisco las autoridades de Wenzhou han intensificado los esfuerzos para "convertir" a la Iglesia clandestina. Desde principios de mayo han interrogado a todos los que el año pasado participaron en una peregrinación fuera del país, arrestaron a un sacerdote, dos religiosas y dos fieles acusándolos de "migración ilegal". El fin de semana pasado arrestaron a otra religiosa. Las autoridades dijeron a los religiosos que si su obispo Shao se convierte, todos serán liberados.
Cuando se preguntó cómo puede tratarse de "migración ilegal" cuando los participantes ya regresaron a su país, las autoridades respondieron que habían partido con un visado de turista, pero habían participado en actividades religiosas en el exterior, lo que "no correspondía" al propósito declarado. Una fuente comentó: "Si participaron en eventos no conformes con el turismo, corresponde al país de destino establecer si eso viola las leyes, no a China. Es un caso evidente de acusaciones falsas".
El término "conversión" referido al obispo Shao significa que debe "aceptar los principios de la Asociación Patriótica Católica China", es decir, la independencia y la autogestión de la Iglesia, separada del Vaticano. La fuente explica que la Iglesia clandestina está dispuesta a registrarse y respetar las leyes, pero no a renunciar al vínculo con Roma, y eso se ha mantenido con firmeza durante más de medio siglo. Si se abandona esta posición, temen que la libertad de conciencia sea suprimida progresivamente con nuevas exigencias políticas: reuniones de propaganda, cursos ideológicos, etc. Y si pierde la fuerza moral para oponerse a todo esto, la fe corre el riesgo de ser vaciada desde dentro.
A medida que los sacerdotes jesuitas de la histórica zona misionera de Shanghái están envejeciendo, las diócesis clandestinas de Mindong (Fujian), Wenzhou (Zhejiang) y Fuzhou (Jiangxi) se han convertido en el "triángulo de hierro" de la resistencia de los católicos clandestinos en el sureste. Después del acuerdo provisional entre China y el Vaticano de 2018 sobre el nombramiento de obispos, el primero en "convertirse" fue monseñor Vincenzo Guo Xijin de Mindong; en 2022, monseñor Giuseppe Peng Weizhao fue públicamente instalado como obispo auxiliar en Jiangxi. En consecuencia, ha aumentado la presión sobre Wenzhou.
Según otra fuente, la división entre la Iglesia oficial y la clandestina en Wenzhou se remonta a las elecciones de los misioneros que regresaron en la década de 1980. Las dos realidades se han desarrollado paralelamente, con un número similar de fieles. La diócesis de Wenzhou es hoy la más grande de Zhejiang, y tiene entre 180 y 200 mil fieles, 46 sacerdotes oficiales y más de 20 clandestinos. Salvo uno o dos sacerdotes "externos" que han sido convencidos de unirse a la Iglesia oficial (uno fue "convertido" en mayo), los sacerdotes locales restantes siguen firmemente al obispo Shao.
También hay más de 60 religiosas clandestinas pertenecientes a las congregaciones del Sagrado Corazón de Jesús y de las Hermanitas de Teresa. Las tres religiosas arrestadas pertenecen a estas congregaciones.
El obispo Shao ha sido detenido varias veces a lo largo de los años, y a menudo lo "envían de viaje" durante la Pascua o Navidad para impedir que celebre misa en público. Pero este año la presión se ha incrementado. Según algunos, el gobierno quiere aprovechar el período de transición después de la muerte del Papa Francisco para consolidar una posición favorable en las negociaciones con el Vaticano. Desde abril ha puesto en marcha una operación a gran escala: clausura de lugares de culto clandestinos, interrogatorios individuales a los sacerdotes, amenazas a las familias. A los familiares de los sacerdotes que trabajan en la administración pública se les exige que convenzan a los religiosos de "convertirse", bajo amenaza de perder su empleo.
Muchas iglesias clandestinas de la diócesis tienen sus propias capillas y lugares de oración, donde los sacerdotes residen permanentemente. Desde abril de este año, seis departamentos del gobierno local (entre ellos la Oficina de Asuntos Religiosos y la Policía) han llevado a cabo operaciones conjuntas: o se acepta la supervisión de la Asociación Patriótica y se permite que los sacerdotes oficiales celebren misa, o estos lugares se cierran y se arresta a los presentes. Actualmente todos los sacerdotes clandestinos se han visto obligados a abandonar sus viviendas. Uno de los fieles estima que el 90% de los lugares de culto clandestinos han cerrado. Algunos, como el centro de oración de Yishan (Cangnan), han aceptado un sacerdote oficial para no perder la estructura construida con millones de yuanes recaudados por la comunidad. Durante la misa dominical, sin embargo, muy pocos aceptan recibir la comunión.
Muchos fieles, entrevistados telefónicamente, dicen que la situación es demasiado complicada y angustiosa, y que reciben poca información. Algunos cuentan que han sido interrogados sólo por haber compartido en línea la noticia del arresto del obispo tres meses antes, y se los considera sospechosos de haber sido la fuente de la noticia para medios extranjeros. Uno fue reiteradamente amenazado, pero como no había pruebas, la intimidación fracasó, aunque ha quedado con mucho miedo.
Cuando le preguntaron qué esperanzas tenía con respecto al nuevo Papa, un sacerdote clandestino respondió: "La Asociación Patriótica afirma que obedece al Papa en la doctrina, pero en realidad toma todas las decisiones con el gobierno. No han conmemorado la muerte del Papa Francisco, ni siquiera con un obituario. Todo lo que hacen está dirigido por el Estado. Incluso afirman que la Asociación ha 'salvado' a la Iglesia y ha abierto 'una nueva era de evangelización'. No ven la fuerza del Espíritu, desprecian la sangre de los mártires. El Papa Francisco veía nuestros sufrimientos, pero nunca decía que teníamos razón. Esta ambigüedad a veces parecía incluso legitimar a la Asociación Patriótica y eso nos hizo sufrir mucho".
Otro sacerdote añadió: "Sabemos que el Estado interfiere con la Iglesia, y no lo aceptamos. Pero no podemos hacer nada al respecto. 'Convertirse' significaría aceptar la interferencia del ateísmo: prohibir la entrada de los niños a la iglesia, impedir la catequesis a los jóvenes. No convertirse significa seguir sufriendo presiones. El Vaticano guarda silencio, pero promueve a oportunistas de la Iglesia oficial, que obtienen visibilidad y reconocimiento tanto en los círculos religiosos como políticos. Los fieles ven estos 'éxitos' y nos preguntan: ¿tiene sentido seguir resistiendo? Pero nosotros queremos seguir nuestra conciencia. Esperamos que el nuevo Papa León XIV reconozca el valor de nuestra fidelidad".
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09/11/2018 14:49
31/01/2018 14:36