16/03/2024, 15.00
MUNDO RUSO
Enviar a un amigo

La apatía del consenso popular en Rusia

de Stefano Caprio

El resultado de las elecciones presidenciales y el porcentaje de votantes ya están decididos cuando la gente acude a las urnas. El disidente Vladimir Kará-Murzá, encerrado en un campo de concentración siberiano, definió el consenso al régimen de Putin como un mero efecto "del terror y la apatía". Y el eterno zar es sólo la apariencia de un sistema que excluye el alma humana.

 

Todavía se están desarrollando las elecciones presidenciales en Rusia pero la Comisión Electoral Nacional (VITS) prácticamente ya publicó hace unos días los resultados, que dan como ganador al (nunca) presidente saliente Vladimir Putin con cerca del 80%, sobre una cifra similar de participación en las elecciones. La afluencia es el dato más intensamente buscado y garantizado, más allá de la baja disposición de los electores a acudir a las urnas, pese tanto a la obligatoriedad para los empleados públicos y los empleados de las empresas que quieren tener futuro en Rusia, como a la manipulación del voto electrónico, un mecanismo que dejó de regalo el Covid y ahora es imprescindible para redondear las cifras de asistencia "a distancia", una dimensión del mundo virtual que sustituye cada vez más al real.

El consenso respecto al régimen de Putin ha sido definido por el disidente Vladimir Kará-Murzá - encerrado en un campo de concentración siberiano a la espera del golpe de gracia de la "muerte súbita" al estilo navalnista - como un mero efecto "del terror y la apatía", los sentimientos que caracterizan a la población rusa actual, en deferencia a sus tradiciones seculares, los llamados "valores morales y espirituales": el terror es la moral, la apatía es el espíritu del espíritu del que se han nutrido los rusos durante más de mil años. En realidad, según el VITS, el apoyo a Putin se puede calcular fácilmente en un 100% o más, sumando los resultados de los otros candidatos de relleno y habiendo eliminado al posible y pálido opositor Boris Nadezhdin.

En efecto, al 80% de Putin se le puede sumar fácilmente el 4% de Nikolaj Kharitonov, el candidato de los comunistas del KPRF, el partido que resurgió en 1996 contra Yeltsin y que fue precursor de la Rusia Unida de Putin. En los últimos años, los llamados de Aleksei Navalny a un "voto útil" habían intentado involucrar a los comunistas, al menos en parte, en una alternativa "ideológica" si no en una oposición real, apelando al orgullo de una formación ligada a las glorias del largo dominio soviético. Pero Kharitonov, de 76 años, sin duda no es un representante del ala más intervencionista del Partido, ya que desde 2021 preside la Comisión de la Duma para el desarrollo del Extremo Oriente y el Ártico, y ha recibido el reconocimiento de Putin como "Héroe del Trabajo" apenas el año pasado. Mucho menos atractiva resulta la candidatura de Leonid Slutsky, de 56 años, acreditado con un 3%, miembro de los liberal-nacionalistas del partido LDPR, fundado en la época de Yeltsin por el mayor populista ruso de las últimas tres décadas, Vladimir Zhirinovsky, a quien la muerte prematura ha privado de la alegría que tanto ansiaba: asistir a la revancha de Rusia contra el mundo entero en la guerra de Ucrania.

Tal vez podría considerarse en cierto modo distanciada de la apoteosis de Putin la participación como candidato en las elecciones de Vyacheslav Davankov, un hombre de 40 años de Smolensk presentado por el partido "Hombres Nuevos", formación creada en 2020 con una orientación "comunitaria, liberal y progresista", que en realidad ha sido acusada de ser un proyecto patrocinado por el Kremlin con el propósito de quitarle votos a los navalnistas. Davankov es actualmente vicepresidente de la Asamblea Federal, una estructura supra parlamentaria que parece menos involucrada en la retórica bélica, y ha sido señalado por algunos como un posible nombre alternativo al consenso plebiscitario putinista, tras la eliminación de Nadezhdin. Por eso sus porcentajes oscilan entre el 5 y el 7%, y queda una franja estimada entre el 6 y el 9% de indecisos. Si estas cifras se atribuyen también al apoyo del presidente, Putin en realidad gana con más del 100% de los votos. Otras encuestas menos oficiales sitúan a Kharitonov y Slutsky por delante de Davankov, pero el orden de los factores no cambia las sumas totales.

La lucha por el segundo puesto, para recoger las migajas del consenso indiscutible del zar reinante, ciertamente no tiene gran importancia para el futuro de la política en Rusia, sobre todo porque ya en las elecciones anteriores para el tercer o cuarto mandato se habían presentado otros candidatos del frente para embellecer la consagración "democrática" del presidente. Pero estas elecciones son especiales, tanto por el estado de guerra que obliga a Rusia a reavivar el patriotismo militante, como por la gran manifestación del "fin de toda disidencia" que supone la muerte de Alexei Navalny hace exactamente un mes, seguida del cortejo fúnebre de flores depositadas en su tumba como expresión muda y flagrante de la solidaridad popular con los perseguidos por el régimen. Navalny había propuesto el "mediodía contra Putin", es decir, acudir todos juntos a las urnas a la misma hora, un gesto imposible de prohibir oficialmente, aunque fácil de confundir con horarios controlados por los escrutadores y las fuerzas del orden. Por si acaso, las autoridades han hecho una advertencia a los que se propongan participar en "concentraciones sediciosas al mediodía". Por lo demás, la confusión reina entre los seguidores del político asesinado en el campo de concentración de Kharp. La esposa de Navalny, Julia, propuso escribir el nombre de su marido en la papeleta, o en todo caso anularla escribiendo frases a favor de la paz y de condena a la opresión del régimen. Sin embargo, muchos han objetado que las frases ajenas a la lista de candidatos pueden ser ignoradas, asignando el voto a Putin, y por eso han propuesto anular la papeleta votando por dos o tres candidatos al mismo tiempo, o votar por Davankov para mostrar con algunos puntos porcentuales el deseo de una alternativa.

Ante estas incertidumbres, resuenan con más fuerza aún las palabras del propio Navalny desde el campo de concentración, pocos días antes de su muerte: "Ustedes se están angustiando, mientras yo disfruto. Yo no tengo el problema que tienen ustedes, porque los condenados no pueden votar, pero tengo otro problema: me preocupa la angustia de ustedes, porque no saben qué hacer al mediodía del 17 de marzo. Los he invitado a votar contra Putin, es decir por cualquier otro candidato, pero por más que repito que no tiene importancia ni política ni matemáticamente por quién voten, igualmente tendrán que entrar a la cabina de votación y tomar la papeleta. ... el único voto útil es contra Putin, no a favor de cualquier otro, pongan un nombre al azar". El único voto que no se puede emitir es el voto "contra todos", una opción que existía en los años '90 y que desapareció con la llegada de Putin en el 2000. Probablemente le recordaba el vote blanc de la Revolución Francesa, que se calculaba como porcentaje no de abstención, sino de rechazo de todos los candidatos, y ni siquiera esta modalidad puede ser aceptada en la Rusia de Putin, porque abriría una ventana a sentimientos de insatisfacción inaceptables.

En cualquier caso, la procesión de flores ante la tumba de Navalny, que continúa incesantemente a pesar de que ya han pasado los días del funeral, sigue siendo una manifestación de protesta mucho más eficaz que cualquier mínima estrategia electoral, hasta el punto de que la Fiscalía General ha instituido el nuevo delito de tsvetopoloženje, la “colocación de flores” frente a monumentos y lugares públicos. Sin embargo, no se pueden prohibir en el cementerio de Borisovo, sobre todo en esta época del año en que comienzan las celebraciones cuaresmales, y las visitas a los difuntos son cada vez más frecuentes a medida que se acerca el deshielo de la primavera y el pregón pascual, cuando todos los fieles ortodoxos son invitados a acudir junto a los restos de sus seres queridos para comunicarles la Radonitsa, la alegría de la resurrección de Cristo. La expresión del pensamiento alternativo sigue siendo un factor importante, no sólo en la emotiva participación en la tragedia de Navalny, sino en tantas otras manifestaciones de disenso reprimidas con los métodos del terror, desde arrestos y multas por frases o sonrisas no gratas hasta torturas y asesinatos en los campos de concentración. Hay sacerdotes pacifistas excomulgados, intelectuales marginados y activistas de cualquier tipo de asociación a los que se les impide continuar con sus iniciativas, incluidas las ecologistas o en defensa de los animales. Hay millones de rusos que han huido al exterior y son seguidos con aprensión por sus familias que quedaron a merced del monstruo estatal. Más que el terror y la persecución, sin embargo, queda la cuestión verdaderamente angustiosa de la condición del pueblo ruso, obligado a doblegarse ante el endiosamiento zarista que amenaza al mundo con una guerra nuclear. Queda la apatía, la ausencia de todo deseo de expresarse uno mismo y de expresar el propio espíritu, la noche del alma que caracteriza a la Rusia de Putin.

Los rusos conservan la memoria de los tiempos antiguos y de los soviéticos, cuando la motivación de cualquier iniciativa estaban preestablecida por la ideología del zar o del Estado, y las condiciones de paz y bienestar de la vida social no incluían asumir personalmente ninguna responsabilidad, ni por parte de los individuos, ni de las familias ni de ningún otro grupo, oficial o espontáneo. El trauma del decenio "liberal" de Yeltsin, con la prevaricación de todo principio y de todo derecho por parte de los más violentos, los más arrogantes y los más descarados, los oligarcas y bandidos, hasta los políticos que sólo buscan el poder, ha hecho surgir el deseo de entregarse nuevamente en manos de un "sistema" estable y garantizado, más aún que en las de un "hombre fuerte" autoritario o carismático. El eterno Putin es sólo la apariencia de un sistema que excluye el alma humana, y nada cambiaría si en su lugar estuviera un doble o un fantasma que proyecta su sombra sobre Rusia y sobre el mundo entero.

 "MUNDO RUSO" ES EL BOLETÍN DE ASIANEWS DEDICADO A RUSIA.

¿QUIERES RECIBIRLO TODOS LOS SÁBADOS EN TU CORREO ELECTRÓNICO? SUSCRÍBETE AL BOLETÍN EN ESTE ENLACE

 

TAGs
Enviar a un amigo
Vista para imprimir
CLOSE X
Ver también
Moscú: condenan a la navalnista Ljubov Sobol por el ‘asunto sanitario’
04/08/2021 10:25
El Papa desearía visitar Bielorrusia. En tanto, llega el nuevo nuncio
17/09/2020 10:19
Kondrusiewicz sigue siendo ciudadano bielorruso. Navalny quiere regresar a Rusia
16/09/2020 10:31
El futuro de Putin y del putinismo
07/07/2017 12:05
La candidata de Navalny triunfa en Tomsk
15/09/2020 10:04


Newsletter

Suscríbase a la newsletter de Asia News o cambie sus preferencias

Regístrese
“L’Asia: ecco il nostro comune compito per il terzo millennio!” - Giovanni Paolo II, da “Alzatevi, andiamo”